Destinos de Estambul
Desde el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) me sugieren que en este blog se anuncie la serie de conferencias y actos culturales programados en torno a la ciudad de Estambul, lo cual a su vez forma parte de un ciclo sobre grandes ciudades de Oriente Próximo. Por supuesto, merece la pena que los lectores y amigos estén informados de este evento, tanto por las interesantes personalidades que participarán en él, como por el pequeño ciclo cinematográfico que lo acompaña. Una excelente ocasión para entender la que, para muchos, es ciudad de ciudades.
Destinos de Estambul
CCCB, 3-6 de noviembre de 2007
Estambul es, junto con Atenas y Roma, uno de los tres grandes centros históricos y culturales del Mediterráneo. Sustituida por Ankara como capital turca desde el inicio del período kemalista, durante les últimas décadas ha experimentado transformaciones importantes. Por un lado ha surgido un gran interés por los pasados cristiano y otomano, así como por los diferentes pueblos y culturas que han confluido y confluyen en la ciudad. Asimismo, el fin de la URSS y de los regímenes comunistas de los Balcanes ha traído nuevas conexiones comerciales y marítimas con el Mar Negro y más allá. Finalmente, mientras que una parte de la intelectualidad turca ha intentado recuperar Estambul como un modelo de cosmopolitismo y tolerancia, la inmigración masiva desde la Anatolia rural ha cambiado el carácter de buena parte de la ciudad y la ha convertido en el centro de las nuevas fuerzas islamistas.
En este debate (el quinto de la serie sobre ciudades de Oriente Próximo), se presentan un conjunto de visiones sobre el papel de Estambul en la Turquía actual y en Europa. Intervienen investigadores y escritores turcos y armenios, y las sesiones se acompañan con la proyección de películas y documentales sobre la ciudad. El objetivo de estas jornadas es constituir un foro de debate donde se cuestionen los estereotipos del pasado y se analicen los retos de la ciudad contemporánea.
Fred Halliday
Sábado, 3 de noviembre
19 h PROYECCIONES
Hrant Dink: a Video of Conversations, Nouritza Matossian, 2007, 14’, VOSC
Con la presencia de la autora, que presentará la pieza y responderá las preguntas de los asistentes.
Hrant Dink era un periodista turco de origen armenio, activista en favor de la reconciliación entre los dos países. En enero de 2007 fue asesinado mientras volvía a casa. Esta pieza fue preparada por la escritora Nouritza Matossian con motivo de un homenaje póstumo.
Crossing the bridge, Fatih Akın, 2005, 90’, VOSE
Quien no conoce la música de un lugar, no lo conoce realmente. Con esta premisa, el bajista alemán Alexander Hacke realiza un viaje por la diversidad musical de Estambul, bajo la atenta mirada de la cámara de Fatih Akın, director del filme.
Domingo, 4 de noviembre
19 h PROYECCIÓN
Mozart in Turkey, Mick Csáky, 2003, 88’, VOSE
El realizador británico Mick Csáky filma en el palacio de Topkapi de Estambul la obra de Mozart El rapto en el serrallo. Escrita desde el punto de vista de un occidental que no pisó nunca Turquía, la ópera se representa por primera vez en el escenario original, en una película que nos muestra también el proceso mismo de la filmación.
Lunes, 5 de noviembre
19 h DEBATE: «Istanbul: cosmopolitismo y nuevos retos sociales».
Presentación: Josep Ramoneda, director del CCCB.
Ponentes:
Ayhan Aktar, profesor de Sociología de la Universidad Bilgi de Estambul.
«Estambul 1870-1970: de ciudad portuaria y cosmopolita a megalópolis».
Soli Özel, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Bilgi de Estambul y director de la edición turca de Foreign Policy.
«La posición estratégica de Estambul después del colapso de la Unión Soviética».
Umut Özkırımlı, politólogo y director de Estudios Turcogriegos de la Universidad Bilgi de Estambul.
«Estambul: una historia de dos ciudades. Los turcos blancos y los turcos negros».
Moderador: Fred Halliday, profesor de Relaciones Internacionales de la London School of Economics y profesor visitante del Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI).
21.30 h PROYECCIÓN
Uzak, Nuri Bilge Ceylan, 2002, 110’, VOSE.
La película explica la historia de Yusuf, un joven que deja el campo para buscar una vida mejor en Estambul, donde convivirá con su primo Mahmut. Galardonada con el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2003.
Martes, 6 de noviembre
19 h DEBATE: «Explosión urbana y cultural de una ciudad caleidoscopio».
Ponentes:
Murat Belge, profesor de Literatura Comparada de la Universidad Bilgi de Estambul y activista por los derechos humanos.
«Estambul, capital de tres imperios».
Nouritza Matossian, escritora armenia.
«El papel de la comunidad armenia en Estambul».
Moderador: Francisco Veiga, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor de El turco (Debate, 2006).
Organiza:
Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona
Colabora:
"El País"
Información:
Hay servicio de traducción simultánea al catalán
Entrada gratuita a todas las sesiones, aforo limitado
Todas las proyecciones serán en formato vídeo
Las sesiones tienen lugar en el CCCB: Auditorio (proyecciones) y Mirador (debates)
Montalegre, 5 - 08001 Barcelona
93 306 41 00 / http://www.cccb.org/
Etiquetas: CCCB, cine, Estambul, Turquía, urbanismo
Encuentro de las economías del Mediterráneo
Javier Albarracín, un antiguo alumno y actual responsable del Área Mediterránea y Oriente Medio del Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña (COPCA) remite noticia de un "Encuentro de las economías del Mediterráneo" organizado por dicha institución y que se celebrará en la Fira de Barcelona los días 21 y 23 de noviembre.
Las jornadas incluirán una serie de seminarios con personalidades y expertos nacionales e internacionales de los diferentes campos de mayor impacto en esta zona, y van dirigidas a profesionales, empresarios, políticos, expertos, investigadores y estudiantes de cursos avanzados interesados en conocer las tendencias económicas más relevantes en el Mediterráneo.
Entre los países que merecerán una atención especial destacan dos de los doce socios comerciales más importantes de Cataluña: Marruecos y Turquía. Precisamente, si la convocatoria se publica en este blog es porque Javier Albarracín se ha convertido en un verdadero experto de primera línea en el sector empresarial turco, a partir de su trabajo en el COPCA. Por su parte, esta institución, adscrita al Departamento de Innovación, Universidades y Empresa, es el instrumento del Gobierno de la Generalitat de Cataluña para promover la internacionalización de la empresa catalana y su adaptación a las nuevas pautas de la economía mundial. El COPCA es una entidad muy competente que está logrando abrir nuevos espacios internacionales para la empresa catalana, y que para el evento anunciado contará con la colaboración de expertos del Banco Europeo de Inversiones, de la Corporación Financiera Internacional (IFC), del Grupo Banco Mundial, de la Comisión Europea (área relaciones económicas euromediterráneas), de la Red Mediterránea de Agencias de Promoción (ANIMA), analistas de sectores clave en la zona, como telecomunicaciones, y responsables del Instituto Halal Sede del COPCA en el Paseo de Gracia de Barcelona
Para un programa de las jornadas, pulsar aquí, donde el lector también podrá inscribirse en las diversas conferencias y grupos de trabajo. De todas formas, el resúmen del encuentro es el siguiente:
Día 21: a) Principales tendencias de futuro en sectores clave del Mediterráneo; b) La revolución del sector de las telecomunicaciones en los mercados del Mediterráneo; c) Presente y futuro del mercado egipcio: principales sectores y tendencias
Día 22: a) Requisitos para la exportación y comercialización de productos y servicios halal en el mundo islámico; b) La realidad del sector financiero en el Norte de África; c) Presentación del Informe de Competitividad de las economías árabes; d) El futuro económico de las relaciones euromediterráneas.
Día 23: a) Oportunidades de inversión en los países MEDA: Cómo y por qué invertir en la región; b) Instrumentos financieros multilaterales para el Mediterráneo; c) El presente y el futuro de las relaciones económicas Unión Europea-Turquía
Etiquetas: COPCA, economía, Generalitat de Catalunya, jornadas, Mediterráneo, proceso de integración en la UE, telecomunicaciones, Turquía
Patriotismos y espejismos
Un niño sostiene en alto un cartel del PIS durante al reciente campaña electoral en Polonia. El nacionalismo polaco ultra de raíz católica, es heredero del que alumbró Solidaridad en los años 80 y fue fervorosamente aplaudido y sostenido desde Occidente
A continuación, artículo enviado a "El País" el pasado 29 de agosto y rechazado formalmente el pasado 11 de octubre. Justificación oficial ofrecida: con el advenimiento del nuevo formato del periódico (ya saben, recuerden ese anuncio tan relamido de la tele en el que aparece una especie de Roncagliolo paseándose por ciudades del mundo y haciendo rimas alocadas y supuestamente trascendentes en plan: "La perra, Camberra, discursos de Guerra, Alfonso, ¡qué sonso!, un chiste de Moncho... Borrajo, carajo, currele a destajo: ¡la sopa de ajo!" ) el periódico ha decidido "vaciar nevera" y hacer tabla rasa. ¿Ustedes se lo creerían? Bueno, aceptemos pulpo como animal de compañía, tal como se decía en aquel popular anuncio televisivo. Dentro de unas horas, si nos recuperamos de la conmoción nacional que supondrá el nuevo formato del rotatico ya con el acento en el título, podremos entrever lo sucesido. Quizá. Como reza la impresentable sintaxis a base de dos infinitivos que ha ideado su publicitario: "Querer saber". Ok, Tarzán.
[Adenda a 25 de octubre: Convenientemente reducido a 5.700 caracteres, con algunas actualizaciones y un título diferente, la pieza fue publicada por el nuevo cotidiano "Público" a día de hoy, espacio: "Dominio público", en edición de esa misma fecha, pag. 12]Jaroslaw Kaczynski en un mitin ante el logo de su partido, el PIS, que incluye el águila heráldica de Polonia con la corona
Patriotismos y espejismos: de Polonia a Kosovo
A mediados de los 80, los brotes de nacionalismo en Europa oriental tenían ya unos cuantos años. Se puede decir que todo comenzó de forma muy clara con el nacionalismo de raíz católica reactivado en torno al sindicato Solidaridad en Polonia desde 1980. Procesiones con popes o el dramático periplo de los restos del príncipe Lazar que se vivieron en Serbia en la segunda mitad de esa misma época, tuvieron de hecho su precedente y equivalente en las emotivas misas y confesiones públicas celebradas en los astilleros de Gdansk o las peregrinaciones al santuario de Częstochowa. Los medios de comunicación occidentales se extasiaron ante la resurrección de la catolicidad anticomunista, símbolo eterno del nacionalismo polaco, y se mofaron de la ortodoxia balcánica convertida en bandera del nuevo nacionalismo serbio. Pero en realidad formaban parte de un mismo discurso político, de la misma generación, de un área geográfica similar y de unas circunstancias históricas muy parecidas.
De ese ambiente surgió un agresivo nacionalismo y de él son hijos los gemelos Kaczynski, que tantos quebraderos de cabeza vienen dando a Bruselas desde hace meses. Por fin en crisis, es deseable que esa especie de extraña experiencia onírico-política desaparezca; pero posiblemente el nacionalismo polaco seguirá presionando en un futuro. Ahí estaba ya, hace tres años, en los duros momentos finales de la negociación con Bruselas para el acceso de Polonia a la Unión Europea, bajo la presidencia de Aleksander Kwasnieski y el gobierno del socialdemócrata Miller. Es natural que sea así, porque una parte considerable de los polacos están desconcertados. La Polonia surgida de la Segunda Guerra Mundial, renació con unas nuevas fronteras que le supusieron destacados beneficios: una costa con puertos para desarrollar el comercio marítimo y el negocio de los astilleros. Antiguas regiones alemanas, que aportaron infraestructuras, minas y materias primas; incluso una porción importante de Prusia Oriental, corazón de lo más germánico del derrotado vecino. ¿Quién garantizaba esas fronteras? La Unión Soviética. Cuando esa potencia desapareció, todo descansó en la buena voluntad alemana de no volver a abrir viejas heridas. Pero ¿cuánto perdurará tal actitud?¿Dependerá de que Polonia juegue un papel subordinado en el seno de la Unión Europea?
El primer ministro socialdemócrata Leszek Miller en un momento de cordialidad con el entonces canciller alemán Gerhard Schröder. A pesar de la aparente distensión, el gobierno polaco demostró ser un duro negociador ante Bruselas. Y desde luego, sobre las relaciones germano-polacas continúan planeando las nubes negras del pasado
Este tipo de temores son muy delicadas y en la mitad occidental del continente las rehuimos. Pero no son ajenas a la cultura nacionalista de países como Polonia. Y por si faltara algo, el país debe depender más si cabe de Alemania y la UE ante una Rusia que parece estar recuperando su estatus de potencia amenazadora. Por lo tanto, a Polonia han regresado las viejas pesadillas de comienzos del siglo pasado, la vetusta idea de que el país tiene el trágico destino histórico de estar situado entre rusos y alemanes. No es de extrañar que se vuelvan desesperadamente hacia los Estados Unidos, dispuestos a acoger cualquier proyecto estrafalario de un presidente Bush en caída libre, pero que no renuncia a agitar las aguas de la “Vieja Europa” haciendo lo único que sabe: inventarse peligros de destrucción masiva.
Dentro de la misma lógica dominante basada en espejismos y veteranos fantasmas, también es comprensible que tanto serbios como albaneses estén desconcertados y crean que no es tiempo de olvidarse de las histerias nacionalistas. Hace algunos años, Ralf Dahrendorf dio unas declaraciones a este mismo periódico en las que, refiriéndose a los Balcanes, dijo que los occidentales “no sabemos lo que queremos”. Llevaba razón: en nombre del oportunismo, del desconcierto ante el chantaje, del doble rasero y del manejo temerario de ideas trasnochadas sobre supuestos derechos nacionales, propugnamos la desmembración de Yugoslavia porque los diversos pueblos “no podían convivir entre sí”. Eso fue en 1991; en cambio, durante los cuatro años siguientes, las potencias occidentales involucradas en la guerra de Bosnia se esforzaron por mantener unidos en dicha república a serbios, bosníacos y croatas, y de hecho dieron luz verde a una especie de mini Yugoslavia en 1995. En 1999 intervinieron en Kosovo porque albaneses y serbios no podían coexistir, y apenas intentaban repetir la experiencia federal puesta en marcha en Bosnia. En cambio, sí que impusieron la unidad de Macedonia cuando los albaneses de esa república se sublevaron con un claro programa de autodeterminación, en la guerra de 2001.
El filósofo Ralf Dahrendorf. "El País" publicó sus interesantes declaraciones sobre los Balcanes el 5 de octubre de 1998, pero sin darles mucho espacio ni relevancia. Nunca volvió a hacerlo
Ahora, la misma ONU ha lanzado un plan para respaldar una “independencia tutelada” de Kosovo, que desde el primer día no gustó ni a los nacionalistas serbios ni a los albaneses. Rusia, que durante la guerra de 1999 experimentó en Kosovo una humillación diplomática busca resarcirse y ha forzado la continuación de unas negociaciones entre serbios y albaneses tuteladas por las grandes potencias. Pero a estas alturas ya casi todo es inútil: ningún bando parece aceptar nada que no sea la imposición en bloque de sus respectivas opciones, basadas más en consideraciones emocionales que prácticas. De nuevo, como desde hace dos siglos, serbios y albaneses intentan conseguir sus objetivos presionando a sus importantes padrinos, sin importarles que a estas alturas la cuestión de Kosovo es un asunto especialmente molesto para casi todas las potencia intervinientes, a excepción de los Estados Unidos.
Y más que nadie, para la misma ONU. Si realmente impone la soberanía de la región añadirá un clavo más a su propio ataúd, después de los fallos garrafales cometidos en las crisis de los noventa, desde la debacle de Somalia al genocidio de Ruanda (1994) y la mala gestión de la guerra en Bosnia o la incapacidad de hacer nada por salvar a Irak. Por eso Bush está tan empeñado en la independencia kosovar: sabe que con el Plan Ahtisaari la ONU crea un precedente insólito al conceder la soberanía a un territorio que anteriormente pertenecía a un estado, contraviniendo su propia resolución 1244 de 1999 en la que no se hablaba de independencia, sino de una autonomía sustancial.
Martty Ahtisaari: su plan sobre Kosovo es una carga de profundidad para la ONU. Debido a ello y a que Rusia vetaría su aplicación en el Consejo de Seguridad, la UE será la encargada de aplicarlo; o eso parece que va a suceder en diciembre
Pero si es la Unión Europea la obligada a alumbrar el parto, se encontrará ante la tesitura de apoyar la independencia de un nuevo estado nación de corte decimonónico, cuando la filosofía del proceso de integración va por el camino opuesto. Por lo tanto, se está dando un enorme rodeo para montar un tinglado que dentro de un tiempo deberá desmontarse de una u otra forma. Primero, porque al día siguiente de su independencia, Kosovo será lo que en términos diplomáticos se denomina un “estado fallido”: una administración deficiente, incapacidad de hacer cumplir las leyes, carencia de un sistema fiscal eficaz, serios problemas para gestionar la economía y muy poco atractivo para la inversión exterior. ¿Qué ocurrirá a continuación? Muy posiblemente, las inversiones las harán los vecinos directamente interesados en controlar al nuevo estado, y quizás en esa operación descuelle Serbia, apoyada financieramente por Rusia. Como contrapartida, y dado que el poder de la UE como generadora de ayudas y subsidios tiende a menguar, Kosovo no se va a poder beneficiar de un apoyo a largo plazo desde ese lado, ni siquiera si termina integrándose de aquí a una década.
Por otra parte, si la soberanía de Kosovo respaldada por la ONU tenderá a vaciar de contenido a esa institución, lo mismo ocurrirá con la UE, en mayor o menor medida. A ojos de algunos países miembros podría sugerirles que formar parte del club no es garantía para verse arrinconados frente a la política de los hechos consumados bajo el pretexto de mantener la “solidaridad comunitaria”, una vez que algunos países ya han montado la operación que deseaban consumar. Y volvemos a Polonia y sus miedos; pero también a los de Rumania, Bulgaria, Hungría y, en general, casi todos los nuevos socios del Este. Etiquetas: Bulgaria, Hungría, Kaczynski, Kosovo, ONU, plan de Ahtisaari, Polonia, proceso de integración en la UE, Rumania, Serbia, Solidaridad, Unión Europea
NOTA: Turquia bombardea Wall Street
Caída de Wall Street ayer, 15 de octubre, aunque con rebote final. Gráfica de
InvertiaPrimera cosecha de consecuencias de la tensión en la frontera turco-iraquí: caída de las bolsas internacionales cuando apenas comenzaban a recuperarse de la crisis de las "subprimes" de este pasado verano. El Dow Jones cayó un 0,8% y el resto de las bolsas siguieron por ese camino: el FTSE 100 nada menos que un 1,3%; el DAX un 0,9%, el CAC 40 un 0,6% y la bolsa italiana un 1,3%. El IBEX 35 español, muy volatil desde hace meses, descendió un 0,5%.
En las últimas horas, por lo tanto, parece que son los turcos quienes empiezan a tener la sartén por el mango. Por supuesto, el Alto Mando norteamericano no parece tener planes de contingencia para el caso de que se produzca una incursión turca en profundidad y prolongada en el tiempo. Se supone que, ante esa situación, fuerzas norteamericanas deberían enfrentarse a los invasores, lo cual podría suponer situaciones muy desafortunadas y hasta peligrosas para ellas. ¿O sería mejor cruzarse de brazos y dejar que los turcos hicieran su trabajo libremente? Tal actitud supondría abandonar a su suerte al aliado kurdo Massud Barzani. En ese caso, la imagen de las fuerzas norteamericanas destacadas en Irak todavía caería más bajo, si cabe.
Por otra parte, cobra relevancia la posición de Turquía como distribuidor de combustibles hacia el Mediterráneo oriental y Europa. A continuación, dos artículos de entre los muchos que se publicaron en la red, ayer lunes.
Paracaidistas norteamericanos en Irak. ¿Cuál sería la reacción de las fuerzas de coupación ante los nuevos invasores?
MERCADO Digital, Argentina
Lunes, 15 de octubre, 2007
Turquía golpea Wall Street, lleva el crudo a US$ 86,10, el euro a 1,42 y el oro a 760 la onza
Los ataques turcos sobre el noreste de Irak sacuden los mercados. El WTI marca récord nominal en US$ 86,10 por barril. El Dow Jones industrial pierde 0,91%. Otras materias primas también suben. El euro vuelve a US$ 1,42,
A US$ 760 la onza troy, el oro torna a fines de enero de 1981 y se acerca al pico nominal absoluto, US$ 850, el 20 de ese mes, hace casi 27 años. Entretanto, el euro remonta a US$ 1,42 y el dólar no pasa de R 1,815 en San Pablo. Por su parte, los crudos tejanos rebotaban a US$ 86,10 y el Brent nórdico a 82,85. En ambos casos, máximos nominales.Hasta el lunes 8, a la sazón, muchos analistas afirmaban que la serie de balances trimestrales castigados por bancos y firmas de valores marcaba el fin de dos crisis, la hipotecaria y la de liquidez financiera. Por ende, no harían falta nuevas rebajas en los tipos básico (hoy en 4,75% anual) y de redescuento (5,75%) y Wall Street subiría.
Minutas en mano, los gurúes volvieron a darse vuelta el martes y se lanzaron a anticipar –para dentro de unos días- otra rebaja de medio punto, con la cual las tasas citadas cederían a 4,25 y 5,25% anual. Fue una fiesta, pero no duró. El miércoles, fue suficiente para añadir récords, que se pincharon el jueves, trataron de recomponerse el viernes y volvieron a ceder este lunes. Ahora, en medio de una crisis geopolítica desatada por Turquía.
EEUU: petróleo termina en récord de 86,13 dólares en Nueva York
NUEVA YORK (AFP) — Los precios del crudo terminaron este lunes por primera vez sobre los 86 dólares el barril (86,13 USD) en Nueva York, sostenidos por el incremento de la tensión en la frontera turco-iraquí, que hacen temer una nueva disparada de las cotizaciones y alcanzaron un nuevo récord en Londres.
En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el baril de "light sweet crude" para entrega en noviembre subió 2,44 para terminar en 86,13 dólares, un récord de cierre.
El lunes, los precios subieron netamente, franqueando por primera vez la barra de los 85 dólares, en los intercambios electrónicos previos a la apertura, luego la de los 86 dólares a comienzos de la tarde. El barril llegó al nivel jamás alcanzado antes, de 86,22 dólares, superando en más de dos dólares su precedente marca del 20 de setiembre (84,10 dólares).
En el Intercontinental Exchange de Londres, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en noviembre también fue impulsado a niveles récord, superando los 82 dólares (82,90 USD), contra su anterior marca de 81,05 dólares a fines de setiembre. Finalmente cerró en alza de 2,20 dólares en 82,75 dólares.
Este claro impulso de los precios estuvo alimentado principalmente por la creciente inestabilidad en la frontera de Turquía e Irak.
"Si Turquía interviene militarmente en Irak contra los rebeldes kurdos, se teme la desestabilización del norte de Irak, una región hasta ahora relativamente calma. Ello aumentaría la amenaza que pesa sobre la producción de petróleo en la región", explicó John Kilduff, analista de MF Global.
La tensión entre Turquía y los rebeldes separatistas kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK), que se refugian en el norte de Irak, se intensificaron, luego de que el gobierno enviara al parlamento turco el lunes una moción sobre una incursión militar en el norte de Irak.
Por esa zona pasa un oleoducto que transporta el petróleo extraído en los yacimientos de Kirkuk, en el norte de Irak, hasta la terminal de Ceyhan, en el Mediterráneo.
"Es la principal preocupación del momento. Actualmente la producción no está afectada, pero el mercado teme que lo sea", explicó Robert Montefusco, analista de la casa de corretajes Sucden.
"No son solamente las tensiones geopolíticas que impulsan al mercado, también los temores sobre una oferta que se reduce", agregó Phil Flynn, analista de Alaron Trading.
Al aproximarse el invierno boreal, cuando se incrementa la demanda de combustible para calefacción, los operadores se inquietan ante toda señal que ponga en evidencia la precariedad de la oferta de crudo para fin de año.
La semana pasada, el departamento de Energía estadounidense había anunciado un neto descenso de los stocks de crudo en Estados Unidos. Al mismo tiempo, la Agencia Internacional de Energía (AIE) subrayó la precariedad del aprovisionammiento en los países desarrollados.
Pero según Eric Wittenauer, analista de AG Edwards, el brusco ascenso del precio del crudo se debe en primer término "al dinero de los fondos que entran al mercado".
Luego de haberse retirado de los mercados de materias primas durante la crisis financiera de agosto, los fondos especulativos, alentados por los nuevos récords, refuerzan sus posiciones, lo que amplifica los movimientos del mercado.
Etiquetas: Irak, mercado bursátil, petróleo, PKK, Turquía
Diplomacia al borde del abismo
Hacia Irak. Tropas turcas, con equipo completo, están siendo dirigidas hacia la frontera
Un lector habitual de este blog plantea sus dudas sobre la relación entre la resolución en el Congreso norteamericano con respecto al genocidio armenio y la posibilidad de que tal suceso posea alguna intencionalidad concreta con respecto a lo que parece una inminente intervención turca en el norte de Irak. La duda es totalmente justificada y la forma en que se formula la pregunta es inteligente y abre una serie de reflexiones. A continuación y debido a que los acontecimientos son muy graves y la situación evoluciona con rapidez, unas apresuradas consideraciones aclaratorias al respecto.
a) La prensa occidental (y por supuesto, la española) tiende a aceptar que la resolución plantada en el Congreso norteamericano por el Comité de Relaciones Exteriores está directamente relacionado con la política interior norteamericana y que le hace un flaco favor a la administración Bush al complicarle las cosas en Irak. Mi tesis (que puede estar completamente equivocada, por supuesto) va en un sentido contrario.
b) Los analistas que asumen la hipótesis comentada no parecen tener en cuenta el orden cronológico de los acontecimientos, que por sí solo parece aportar una pista importante. La intención turca de atacar en el norte de Irak no es posterior a la resolución del Comité de Relaciones Exteriores en el Congreso, sino todo lo contrario: es muy anterior. Recordemos que a comienzos de agosto, Erdoğan y al Maliki se reunieron y acordaron intensificar su colaboración en la lucha antiterrorista, en particular contra la guerrilla del PKK. El mandatario árabe dijo que su gobierno "estaba de acuerdo con Turquía sobre la lucha contra el terrorismo" y agregó: "Irak no permite (al PKK) estar presente en su territorio y no lo permitirá (tampoco) en el futuro". Sin embargo, las autoridades iraquíes, que están desbordadas por la situación de caos general en su propio territorio no hicieron nada, y en las últimas semanas, el PKK intensificó sus acciones contra las fuerzas turcas, liquidando a un total de 17 soldados en poco tiempo. Ante esta escalada, las fuerzas armadas turcas, respaldadas políticamente por el gobierno, reactivaron su plan de intervención en Irak. O lo llevan a cabo ahora, o dentro de escasas semanas las circunstancias climáticas en la zona lo harán más complicado.
Una escena que muchos conductores pudieron ver a lo largo de las carreteras en la frontera turco-iraquí
c) Por lo tanto, se veía venir la ofensiva turca. Y en ese contexto, qué casualidad, se presenta la resolución sobre el genocidio armenio en el Congreso norteamericano. La pregunta es, ¿qué buscaba exactamente esa iniciativa en relación con los planes turcos de atacar en Irak ?
En primer lugar, la cuestión clave que le precede es: ¿Qué podía hacer la administración Bush para pararle los pies a Ankara hace una semana o diez días? Prácticamente nada. Las relaciones turco-americanas no eran tan malas como para que Washington tuviera posibilidades de lanzar un órdago duro como, por ejemplo, amenazar con sanciones. En diplomacia, un amigo no cambia hacia esa actitud de un día para otro. Además, como se ha repetido muchas veces en las últimas horas, un porcentaje muy elevado de la logística norteamericana con respecto a Irak, pasa sobre el espacio aéreo y territorio turcos, y la base de İncirlik es la piedra angular del poder aéreo norteamericano en Oriente Próximo. Por lo tanto, el asunto era muy delicado. Además, moralmente, los norteamericanos tampoco podían recriminarle a los turcos su actitud. El PKK tampoco es plato de gusto para Washington, pero saben que militarmente, hoy por hoy, apenas pueden hacer nada contra ellos; ni siquiera les conviene, porque pondrían en aprietos a los aliados kurdos en el norte de Irak. Imaginemos si, además, el PKK está recibiendo ayuda exterior. Pongamos por caso, que alguna potencia europea interesada en desestabilizar políticamente a Turquía, les estuviera enviando ayuda técnica o información sensible a través de terceros, como Siria, Libia o la misma Armenia (es un ejemplo hipotético).
Bien: los americanos no tienen, hoy por hoy, capacidad de intervención directa sobre Turquía y ante la emergencia deciden jugar la carta de la “diplomacia al borde del abismo”. Esto es, forzar la situación para llevarla a un punto de ebullición y aprovechando el momento, arrancar unas negociaciones dramáticas que salven la cara de todos y, de paso, precisamente a través del llanto y crujir de dientes, se reconozca indirectamente la legitimidad de las quejas turcas. Y es ahí donde entra la “bomba” de la resolución presentada por el Comité de Relaciones Exteriores sobre la muy explosiva cuestión del genocidio armenio.
Claro está, la maniobra no la podía llevar a cabo la propia administración Bush, porque eso hubiera sido un gesto de hostilidad directo hacia Ankara, un punto automático de no retorno, al que hubiera seguido la ruptura inmediata. Además, George Bush hubiera quedado no como un imbécil -eso es poco- sino como un verdadero demente. Por lo tanto, la piedra tenía que tirarla otro: el “poli malo”. El presidente haría de “poli bueno”.
En realidad, piénsenlo bien, no debió ser difícil lograr que la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso presentara la resolución sobre el genocidio armenio el pasado miércoles. Y en la pedrada venía envuelta en varios mensajes dirigidos a Ankara:
Mensaje nº 1. A pesar de lo mal que le van las cosas, Washington todavía puede actuar ofensivamente de formas diversas. Por ejemplo, convirtiendo a un país cualquiera en un paria internacional, a través de diversas formas de presión y denuncia. Como, también por ejemplo, y aunque pueda parecer surrealista, la cuestión del genocidio armenio acaecido hace casi un siglo.
Mensaje nº 2. Por ello, el gobierno de Erdoğan debe refrenar su apoyo a los militares en la proyectada ofensiva sobre Irak. Si no lo hace, el estamento castrense terminará por controlar la política turca nuevamente, y en ese caso, Washington apoyará a los uniformados. Recuerden que durante el denominado “e-golpe” del pasado mes abril, la reacción norteamericana de condena fue significativamente lenta y tibia, más incluso que la europea. Esta consecuencia resultaría especialmente dolosa porque además, la ofensiva militar contra el PKK será (posiblemente) baldía. En cualquier caso, es importante tener muy presente que Washington le besará el culo al diablo, pero no renunciará fácilmente a Turquía. Antes apoyaría a una dócil dictadura militar (por ejemplo).
Mensaje nº 3. Si Ankara hace oídos sordos y continúa adelante, la responsabilidad será suya y no de Washington. Esto significa varias cosas y todas malas para los turcos. Por ejemplo, supondrá que el gobierno de los Estados Unidos se reserva la posibilidad de seguir con una escalada de presiones ya más directas, duras y desagradables, muhco más que la cuestión del genocidio armenio. Además, Turquía cargará con una imagen internacional de intolerancia e impulsividad que le hará perder bazas morales ante la comunidad internacional y se las entregará al PKK, lo que fortalecerá justamente aquello que desean evitar: la formación de un estado kurdo en sus fronteras. Recuerden Kosovo, amigos turcos, aprendan de los errores serbios.
Silueta de un combatiente del PKK con la carga de un lanzamisiles RPG-7 al hombro.
Estos son algunos mensajes, entre otros. Por supuesto, la jugada de Washington es arriesgada. Si los turcos se ponen de acuerdo con los iraníes para actuar conjuntamente en Irak, mal asunto para los americanos; nefasta situación. Por otra parte, los rusos no están nada contentos con Condoleezza Rice y Bush por toda la bobada esa del escudo antimisiles en Polonia y Chequia, y justamente, esta misma semana estaban explicándole a los norteamericanos cuán enfadados están, mientras la delegación norteamericana se dedicaba a hacer el teatro de que eran ellos quienes estaban echando bronquitas a los rusos por esto y lo otro. Por lo tanto, muy mal momento para que Bush haga todavía más el tonto en Irak. Los rusos tienen ganas de armarla y por supuesto apoyarían gustosos a los turcos. (de hecho, ya lo hacen). Y alos iraníes. Y a todos aquellos que pudieran bajarle los humos a Bush y a la "Vieja Europa". Por si faltara algo, si los turcos se le suben a las barbas a los americanos, los saudíes tendrán un aliciente más para hacer lo mismo. Puede que terminen por intervenir más directamente en Irak, en apoyo de sus hermanos suníes. Pero si no lo hacen, podrán vender todavía más caro su apoyo a los americanos
¿Y los europeos? Ah, ese es otro capítulo. Si en Bruselas hubiera un poco de imaginación, los réditos que se podrían obtener del conflicto turco-americano serían importantes y cuantiosos. Pero mejor dejemos este asunto para otro día. Hoy sólo recalcar que para Washington, el margen de maniobra era ciertamente escaso: poco más se podía hacer. Ahora, a esperar acontecimientos. Etiquetas: al Maliki, Bush, Ejército turco, Erdoğan, Irak, Irán, Kosovo, PKK, Rusia, Turquia
¿Controversia o instrumento?
Bush y el congresista Tom Lantos (izquierda) en un momento divertido. Aparte de judío de origen húngaro y superviviente del Holocausto, y a pesar de militar en el Partido Demócrata, Tom Lantos fue un partidario acérrimo de la intervención norteamericana contra Irak, tanto en 1991 como en 2003. No es de extrañar que le esté echando una mano al presidente Bush para evitar la intervención turca en la zona, sacando a relucir la cuestión del genocidio armenio, palanca mediático-emocional que suele tener un éxito asegurado
De repente, Turquía vuelve a atravesar horas delicadas. Se terminó la feliz situación del "no news, goods news": no ha durado ni tres meses. Turquía paga, una vez más, el caro peaje de los países situados en las encrucijadas geoestratégicas más valiosas. Parece que es inminente una incursión militar en fuerza sobre territorio del norte iraquí, operación que en este mismo blog se insinuó que podría haber tenido lugar en julio. En todo caso, en la misma Turquía eran insistentes los rumores de que tendría lugar, más tarde o más temprano.
La sombra del conflicto armado se complica con la belicosa declaración del Congreso norteamericano ante el genocidio armenio. Porque eso, por cierto ¿a qué viene ahora?
Hace casi exactamente un año, en este mismo blog, se explicó por qué los grupos de presión armenios estaban trabajando activamente en los Estados Unidos para lograr alguna forma de protesta que lograra paralizar la financiación (especialmente por parte del US Export-Import Bank) para construir al tendido de ferrocarril azerí-georgiano-turco que seguía el recorrido del oleoducto BTC (Bakú-Tbilisi-Ceyhan) del cual Armenia quedaba excluida por actuar como un peón de Rusia en la zona del Cáucaso. Inicialmente, fue el congresista demócrata John Crowley el que comenzó a mover la campaña (que parece remontarse a julio de 2006) con el propósito explícito de denunciar el apartamiento de Armenia de los proyectos regionales en el Caúcaso, es decir, de los negocios en torno al petróleo y el gas.
Voluntarios armenios en el Ejército alemán, campaña de Crimea. Al parecer, unidades especiales de esta nacionalidad participaron en la represión de alzamiento de Varsovia, en 1944. Su trayectoria es objeto de culto en webs neonazis, como "
Pan Aryan Alliance" de la cual procede esta foto. La manipulación propagandística y política del genocidio armenio ha sido tan intensa que se ha vuelto incontrolable
No deja de tener su amarga ironía el hecho de que hayan terminado por significarse en la campaña personajes como el demócrata Tom Lantos, el presidente del comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes. El parlamentario norteamericano, de religión judía y orígen húngaro, hizo pesar su dramática experiencia como superviviente del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Pues bien, la actual tendencia entre la ultraderecha dura (digamos nazi, por ejemplo) es la de denunciar que judíos y armenios no son lo mismo, ni de lejos. Estos son "arios", muchos de ellos combatieron como voluntarios en los ejércitos del Tercer Reich en la Segunda Guerra Mundial e incluso, pudieron haber sido víctimas de la "judería". Parece sorprendente y lo es, pero cualquier lector que tenga internet a su disposición puede ir al foro Nuevo Orden (el nombre lo dice todo) y leer, por ejemplo, una pieza firmada, desde Venezuela, por Carlos Vartkés Pozian titulada: "La Juderia Turca y su relacion con el genocidio armenio. Kemal Atatürk, la verdadera película"
Por lo tanto, parece que estamos, una vez más, ante el lamentable espectáculo de la manipulación de una tragedia con fines muy diferentes a la simples declamaciones buenistas referidas a la "justicia universal", que a veces lleven a ese infierno que está pavimentado de buenas intenciones. Y el incidente que nos ocupa, muy en especial, porque tiene todo el apsecto de estar destinado a presionar al gobierno turco para que no intervenga militarmente en Irak. ¿Coincidencia de fechas? Hay mucho en juego en el desgraciado país árabe como para suponer, ingenuamente, que estamos ante una simple coincidencia, sobre todo cuando ello se canaliza con algo algo tan fácil de manejar como el genocidio armenio de 1915
Carros de combate turco patrullan por las inmediaciones de la frontera iraquí, durante el pasado verano. La intervención militar contra el PKK parece inminente, y va a complicar enormemente la posición norteamericana en Irak y ante Irán. ¿Estamos ante una nueva versión de la crisis de las Malvinas en 1982?
TRIBUNA: Conflicto entre Washington y Ankara
¿Controversia o instrumento?
FRANCISCO VEIGA 12/10/2007
En abril de 1915, durante la I Guerra Mundial, el Imperio otomano estaba siendo atacado desde distintos frentes (Dardanelos, Mesopotamia, Cáucaso), lo cual hacía temer un inminente colapso militar. Una de las ofensivas más peligrosas estaba protagonizada por el Ejército ruso, ayudado por guerrilleros armenios en el Cáucaso. El 24 de abril, el Estado Mayor otomano ordenó evacuar a la población civil armenia de la zona para reasentarla en áreas muy alejadas del frente. Sin embargo, las operaciones de deportación, que se prolongaron durante meses, pronto degeneraron en matanzas, perpetradas muchas veces por los mismos encargados de escoltar a los civiles desplazados. Los responsables materiales fueron, en su gran mayoría, unidades irregulares de kurdos y circasianos, o bien grupos paramilitares formados incluso con presidiarios liberados. Además, las condiciones sanitarias de los traslados eran tan deficientes, que miles de mujeres, niños y ancianos perecieron de fatiga y enfermedades.
Las cifras de la masacre varían entre el millón y medio de víctimas que utilizan los nacionalistas armenios y las 300.000 que manejan sus homólogos turcos. En cualquiera de ambos casos, el evento puede ser calificado como genocidio. Sin embargo, la polémica ha evolucionado hasta centrarse en el esclarecimiento de la motivación real que guió a las autoridades otomanas: ¿Fue un genocidio intencionado de principio a fin, y planeado desde Estambul? ¿Fue cosa de autoridades locales o bien el resultado previsible de una operación de contrainsurgencia como las que previamente habían organizado los españoles en Cuba o los británicos en Suráfrica, con alto coste de vidas civiles? Falta de documentos, aparición de algunas pruebas falseadas y, sobre todo, la sempiterna y candente politización del acontecimiento hacen difícil la clarificación.
La campaña de represalias organizada por los nacionalistas armenios comenzó inmediatamente después de la Gran Guerra: dos miembros del triunvirato que gobernó el imperio entre 1913 y 1918 fueron asesinados por activistas armenios. Años después, un grupo terrorista denominado Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia, fundado en 1973, asesinó a más de 35 diplomáticos turcos a lo largo de 20 años. Con el tiempo, el debate sobre el genocidio armenio se ha ido convirtiendo en un instrumento de presión contra el Gobierno turco en diversos frentes. Recientemente, es un argumento muy utilizado desde aquellos países que se oponen al acceso de Turquía a la Unión Europea. Pero también han recurrido a ella los grupos de presión armenios en Francia o Estados Unidos en relación con los proyectos de tendido de gasoductos y oleoductos que discurren por el Cáucaso y evitan territorio de la República armenia, que por otra parte es un satélite militar ruso. Ahora, la reciente iniciativa del comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes estadounidense podría ser una forma escenificada de presionar a Ankara para que se abstenga de lo que parece una inminente intervención turca en Irak. Por último, sectores de la ultraderecha internacional podrán estar buscando la demostración de que el Holocausto judío no fue un hecho único y aislado, rebajando su importancia histórica al equipararlo con el genocidio armenio y el Holodomor, o genocidio ucraniano de 1932-1933.
F. Veiga es autor del libro El turco. Diez siglos a las puertas de Europa (Debate) Etiquetas: Armenia, Ejército turco, genocidio armenio, Irak, proceso de integración en la UE, Rusia, Turquía, ultraderecha
Kosovo: caminar pisándose los cordones de los zapatos
"No a la negociación: ¡Autodeterminación". Esgrafiado del movimiento Vetëvendosje! en Pristina
Queda cada vez menos tiempo para resolver la situación en Kosovo, pero a pesar de ello, nadie ha dado todavía con la piedra de toque, la solución mágica, la idea genial. Posiblemente, porque a estas alturas ya no existe. Y a falta de ella, las noticias que gotean por aquí y por allá, indican que las dos partes en litigio, serbios y albaneses, siguen cada uno en sus trece. Estos, en realidad, saben que no tienen nada que perder si se mantienen en esa postura, y que incluso sería estúpido que le regalaran a los serbios ni siquiera una pequeña concesión. ¿Por qué habrían de hacerlo? Desde 1999 tienen la sartén por el mango en esa cuestión. Por activa y por pasiva, las potencias intervencionistas le fueron prometiendo que un día u otro tendrían su ansiada independencia. La única discusión era cuándo se produciría. Ahora mismo, funcionarios de Estados Unidos y la Unión Europea se encuentran en Kosovo, enfrascados en los preparativos para la proclamación unilateral de la independencia de esa provincia. La información la publicó el diario “The New York Times” el día 2 de este mes y estaba firmada por su enviado especial Nicholas Word.
Al parecer, la idea consiste en que la Unión Europea respalde por su cuenta el Plan Ahtisaari que no alcanzó el necesario consenso en al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La maniobra está tan avanzada, relata Word, que “los funcionarios estadounidenses y europeos que se encuentran en Prístina preparando la proclamación unilateral de la independencia de Kosovo, ya alquilaron locales y el personal necesario para ese fin”.
Todo está repartido y bendecido, como suele decirse, y los serbios y rusos pueden cantar misa. Hace unos días, Belgrado sugirió que había dado con la idea que podría salvar la situación. Y ayer, “El País” se encargaba de explicarla a través de un artículo de opinión firmado por Antonio Cassese, primer presidente del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia y actualmente, profesor de Derecho en la Universidad de Florencia. La pieza fue publicada originalmente en “La Repubblica” y se titula: “Confederación para Kosovo”.
El profesor Antonio Cassese: más cerca de la pizarra que de Kosovo
El artículo empieza mal. Su autor regresa a los tonos tremendistas de hace una década y nos asegura que Belgrado incluso estaría dispuesto a emplear la fuerza para conservar la soberanía de Kosovo. Y si el gobierno tiene dudas, los ultras podrían empujarlo a dar ese paso. Este es el tipo de enunciados conocidos vulgarmente como “estrategia de sofá”, es decir, muy poco profesionales y alejados de la realidad, porque se basan en la alusión a actores genéricos y fuerzas teóricas. El Ejército serbio de 2007 no es el de 1999 y menos aún el de 1991. Parece difícil que su estado mayor haya pensado en alguna operación concreta para tomar posesión de Kosovo en pocas horas; pero más extraño parece que hayan resuelto qué hacer con la población albanesa. Ya existe el desastroso precedente de 1999, y es sabido que sólo en 1995 el Ejército croata logró llevar a cabo una completa limpieza étnica (expulsando a los serbios de la Krajina) en apenas 72 horas. Malas lenguas llegaron a decir que lo lograron gracias a la instrucción facilitada por asesores militares norteamericanos y alemanes. Pero sobre todo, el Ejército serbio de nuestros días está vinculado a la Alianza para la Paz (Partnership for Peace), es decir, colabora con la OTAN y por ello y otras razones, está totalmente controlado, filtrado y tutelado desde el exterior y si existiera algún plan de acción violenta, lo sabría quien tuviera que saberlo en Occidente. Por otra parte, la alta oficialidad no está nada deseosa de tener otro encontronazo militar con las potencias occidentales y, menos aún, de que salgan a la luz determinadas cuestiones embarazosas vinculadas, por ejemplo, lcon a guerra de Bosnia, que se han guardado bajo siete llaves. Por su parte, los ultranacionalistas, a los que se hace referencia Cassese como una fuerza compacta, ya no están organizados militarmente, como hace diecisiete años, y carecen de jefes dinámicos y carismáticos para encauzarlos. Tampoco existe ya una “vojna linja” como la que en su día montó Milosevic para abastecerlos y estructurarlos.
A continuación, Casesse afirma que “la población serbia no aceptaría la independencia [de Kosovo] porque hace tiempo que está viendo con desolación cómo se desintegra la Gran Serbia, en un proceso cuya etapa más reciente fue la secesión de Montenegro”. Primera noticia de que la “población serbia” (de nuevo los conceptos genéricos) siga pensado en la Gran Serbia, si es que alguna vez lo hizo; y una verdadera première eso de que Montenegro formaba parte de ese concepto y no de la última versión de la República Federal de Yugoslavia.
Soldados de las fuerzas especiales del Ejército serbio en unas maniobras. Armados y equipados con material occidental, desplegando doctrina militar de esa misma procedencia y colaborando activamente con la OTAN, resulta difícil de creer que las tropas serbias vayan a protagonizar alguna "operación de reconquista" de Kosovo
De todas formas, la razón de esta fallida pirotecnia inicial es comprensible: Cassese nos intenta vender la solución que propone Belgrado, pero no quiere dar la errónea impresión de que es un mero portavoz; y por otra parte, recurriendo al viejo recurso retórico, infla lo que puede el peligro que representa Serbia y la entidad de su frustración real ante el problema. Y el producto que nos ofrece el “professore” no es otro que la vieja confederación de toda la vida. Dentro de este esquema, “Kosovo podría disponer de ciertos símbolos del Estado. Sin embargo, habría un órgano decisorio, formado por delegados de Kosovo, Serbia y la Unión Europea, que tendría plena autoridad en los asuntos de política exterior (…) defensa, fronteras (…) y el trato a la minoría serbia de la provincia. Es decir, Kosovo y Serbia serían dos sujetos internacionales independientes, pero unidos en una confederación que dependería de un órgano decisorio común”.
No vale la pena seguir citando párrafos del artículo de Cassese: es muy claro lo que nos está vendiendo como idea nueva e ingeniosa: un recurso que ya intentaron aplicar las potencias occidentales en 1859 para crear una artificiosa federación entre Moldavia y Valaquia, lo cual salió mal y terminó dando como resultado la aparición del estado rumano. Desde entonces, la solución federal sólo logró ser aplicada con éxito en una única ocasión: la formación de la República Socialista Federativa de Yugoslavia, tras la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, Cassese debería saber que a los albaneses de Kosovo les produce urticaria cualquier solución que incluya el término “federación” o “confederación” y les recuerde el precedente yugoslavo. Por eso la Bosnia surgida de los acuerdos de Dayton, en 1995, lo fue porque no se mencionó para nada su condición de federal. Y también por esa misma razón tampoco tuvo éxito la idea de construir una “Balkania”, confederación propuesta ya en 1997 por el disidente albanés Adem Demaçi y que incluiría a Serbia, Montenegro y Kosovo. En su momento, Demaçi gozó de una gran popularidad en los medias occidentales que lo saludaban como el “Mandela balcánico”. ¿Ya se ha olvidado todo esto?
Hace ya más de diez años que el líder político albanés Adem Demaçi propuso, con escaso éxito, la federación de Serbia, Kosovo y Montenegro en un nuevo estado que debería denominarse
Balkania
Recuerdo que en un congreso de investigadores de la WEU en Paris, en enero de 2000, el analista macedonio Sasso Ordanovsky se me rió en la cara cuando propuse soluciones federales para los Balcanes occidentales. En aquel momento me sentó mal, pero no tardé mucho tiempo en darle la razón. En el futuro y cuando esas repúblicas formen parte de la Unión Europea, no quedará más remedio que reconstruir la federación yugoslava in extenso. Pero de momento, pensar en constituir federaciones sobre el papel, como quien encaja puzzles, es pura teoría y especulación en frío. Es más: lo que banaliza definitivamente la propuesta de Antonio Cassese es que va en contradirección flagrante con el entusiasmo que generó en Occidente, hace poco más de un año, el plebiscito de separación de Montenegro, celebrado el 21 de mayo de 2006, que lo llevó a ingresar como 192º miembro de ONU el 28 de junio, precisamente en el temido Vidovdan o Día de San Vito de la mitología nacionalista serbia. Tiene su gracia que Cassese nos presente la defección de Montenegro como acto de destrucción de la Gran Serbia, cuando desde hacía tiempo la pequeña república formaba parte, como estado soberano de hecho, de la última Federación yugoslava. Pero lo que resulta típico de ésta clásica muestra de aproximación occidental a los galimatías balcánicos (respaldada por los criterios editoriales de “La Repubblica” y “El País”, todo hay que decirlo) es que Cassese nos presente como genial solución la propuesta de una confederación serbo-kosovar, cuando hace un año se aplaudió la destrucción de una federación serbo-montenegrina.
Por lo tanto, tenemos una contradicción más que se suma a la grotesca colección de contradicciones que, año tras año, chorreando cinismo, se presentaron desde Occidente como varitas mágicas para resolver los conflictos balcánicos desde comienzos de los años noventa:
Guerra de 1991: serbios y croatas deben separarse porque “no pueden convivir entre sí”
Guerra de 1992-1995: serbios, croatas y musulmanes “deben convivir en Bosnia” por el bien de la multietnicidad. Se crea la República [federal] de Bosnia-Hercegovina en 1995
Guerra de 1999: albaneses y serbios “no pueden coexistir” en Kosovo. No se plantea la posibilidad de crear una experiencia federal en esa provincia.
Guerra de 2001: albaneses y macedonios "deben coexistir" en Macedonia, para lo cual se refuerza el carácter federal de esa república.
Si eso no es caminar pisándose continuamente los cordones de los zapatos, venga dios y lo vea. Y lo escribo intencionadamente con minúsculas, porque es de suponer que el verdadero Dios tiene cosas mejores que hacer que reordenar las tonterías que los occidentales hemos fomentado en los Balcanes desde hace décadas.
Etiquetas: Balkania, Demaçi, federación, Kosovo, Serbia
Guerreros de la guerra
Un gesto característico de Bernard K
En las últimas semanas, este blog tuvo el honor de adelantar un par de asuntos que, inopinadamente, saltaron a la prensa días o semanas más tarde. Uno de ellos fue el debate sobre la polémica figura de Kouchner. En cuestión de pocas semanas, hemos visto aflorar al verdadero Bernard K: vanidoso hasta el punto de querer eclipsar a su jefe Sarkozy, cínico, y como otros muchos tránsfugas de la izquierda radical de los sesenta, con su almita de neocon vocacional cada vez más blindada. Que nadie se queje ahora: ya en los noventa, Bernard K. decía, refiriéndose a la buena marcha de una ONG como las que él había fundado: “Si se quiere lograr algo en esta área, se tiene que ser un hombre de negocios y tener sensibilidad para la publicidad y la comercialización […] Si no se acepta que la ley del mercado también es válida para la industria de la caridad, no se conseguirá su introducción en ninguna parte”. La cita la recoge Maite Serrano Oñate en un valioso artículo sobre: “Las ONGD en la encrucijada: del estado del bienestar a la franquicia de estado”, que a su vez forma parte de uno de los muy escasos libros que se atreven a afrontar el fenómeno de las organizaciones no gubernamentales de forma valiente y realista: Las ONG y la política, con aportaciones de diversos autores, todos ellos expertos en el asunto, coordinados por Marisa Revilla Blanco (Ed. Itsmo, Madrid, 2002)
El gesto, los trajes: mímica y vanidad
Bernard K. es experto en largar frases inoportunas, que lo definen precisamente como él mismo no desea presentarse. Si a alguien le han hecho un refrán a la medida, “por la boca muere el pez” fue pensado para Kouchner. Recientemente, hemos vuelto a saborear algunas de estas boutades (en el sentido de exabruptos) de Bernard K. A mediados de septiembre largaba, en versión siglo XXI aquella vieja máxima latina: “Si vis pacem, para bellum”. En su opinión, había que prepararse “para lo peor” y eso era la guerra con Irán. Los medios de comunicación tendieron a la misma conclusión: el gobierno francés parece querer postularse como el nuevo amigo de confianza del ejecutivo Bush, ahora que Tony Blair ya no vive en Downing Street. Claro está, después de largar en el inequívoco y viejo lenguaje del belicismo, Bernard K. hizo y deshizo, explicó y lió para que se entendiera que los preparativos de guerra “no eran para mañana”, que él quiso decir esto y lo otro. Pero como afirmaba Jean Daniel en un interesante artículo publicado en varios medios: “¿No es suficiente la amenaza estadounidense? ¿Necesitaba George Bush que los europeos fueran más allá?”. Cuando ni el mismo George Bush puede hacer creer a nadie que realmente tiene una salida para Irak, y queda muy claro que una nueva aventura militar en Irán sería una locura pura y dura, una chaladura digna de ser filmada por Kubrick, ¿qué necesidad tiene Kouchner de ser más papista que el Papa?
No debe ser su otoño de la suerte. Después de trapichear por Libia a base de ventas de armas a cambio de enfermeras búlgaras (eso sí que es tener mentalidad de empresario aplicada tanto a la industria de la caridad como al armamento) porque tras ponerse de manifiesto él mismo en su nuevo uniforme de gala como aprendiz de warmonger, el régimen militar de Myanmar aplastó la protesta pacífica encabezada por los monjes budistas desde el 19 de agosto pasado. La brutal represión de las autoridades a finales de septiembre, sacó a flote, de nuevo, el célebre informe de BK Conseil, para favorecer la entrada de Total en la antigua Birmania. E hizo recordar algunas de las torpes justificaciones de Kouchner cuando comenzaron a quedar en evidencia los abusos: que los birmanos que se había encontrado estaban “muy contentos” con la presencia de Total en el país, que el trabajo forzado era “una antigua costumbre legalizada ya por los británicos en 1907” (sic!) y, de todas formas, que dos decretos de 1999 y 2000 habían terminado con esas prácticas… decretos que de hecho no se llegaron a aplicar.
Otra "grimace" de Bernard K., acompañando una nueva combinación de escogida elegancia
Sinceramente: cuesta entender cómo determinada izquierda progresista e hipocritona pudo aplaudir a Bernard Kouchner, año tras año, cuando ya quedaba muy lejos su aura de fundador de Médicos sin Fronteras. Sus torpezas y ambiciones se metieron cuidadosamente bajo la alfombra y ni siquiera sus émulos en otros países (por estos pagos también los tuvimos, ¿recuerdan?) lograron parecerse al desconcertante modelo. Y sin embargo, erre que erre. El pasado día 4, “El País” le publicó a André Glucksman un artículo justificativo hacia su amiguete Bernard K. De Glucksman a Kouchner, claro que sí. Nunca tan distantes en sus posiciones ideológicas, claro que no. Dispuesto el uno a mezclar las ambiciones políticas con la “industria de la caridad”. Siempre a punto el otro a confundirlo todo en el mismo perol: Irán con Irak, y por supuesto, la justificación ad aeternum de los errores cometidos y no resueltos. Hay que seguir buscando armas de destrucción masiva, y para Kouchner y Glucksman y Bush y todos los demás de la misma cuerda, si no se encontraron en Irak, aparecerán en Irak. A eso se llama echarle contumacia y caradura: ni siquiera se han molestado en cambiar de argumento para justificar una nueva guerra.
Mirada directa, dedo acusador. "C´est la guerre, monsieur!"
Pero ese no es el problema sino que una izquierda suavecita y "bienintencionada", aplaude todavía a Bernard K., pensando, ingenuamente, que sigue siendo de los suyos. En el fondo, el corazoncito de Kouchner es rosa. Algo así creyeron los socialistas polacos de Józef Piłsudski, el gran padre de la patria con ambiciones de dictador: que nunca había dejado de ser uno de los suyos, que al final reaparecería el viejo socialista de línea dura que había sido en su juventud. Pero no fue así, y mientras tanto, Piłsudski iba liquidando una tras una, las instituciones de la Polonia democrática, de común acuerdo con la plutocracia local. Y algo similar ocurrió con otro ex socialista: Benito Mussolini. Pues no, sintiéndolo mucho, el haber sido de izquierdas no es un estigma que marque para siempre (como tampoco lo es el catolicismo, por cierto). ¿Guerreros de la paz, como tituló Bernard K. uno de sus propios libros? ¡Anda ya!: Guerreros de la guerra. La verdadera utilidad del dedo de Kouchner, según caricatura publicada en la prensa francesa
Etiquetas: Francia, Irak, Irán, Kouchner, ONGs, Sarkozy