martes, febrero 02, 2010

Hacktivismo en Eurasia


















En la primera mitad de enero, el denominado Iranian Cyber Army protagonizó un ciberataque contra Baidu.com, el principal motor de búsqueda de China. Que se sepa, éste fue el segundo ataque importante del grupo en tan sólo un mes. En diciembre, el `ciberejército´ iraní hackeó Twitter, interrumpiendo temporalmente el acceso al site estadounidense de la plataforma de microblogging.

Sin embargo, ayer mismo, 1º de febrero, el Iranian Cyber Army golpéo de nuevo, esta vez la website de Radio Zamaneh, basada en Holanda. Esta emisora, surgida en 2006 y financiada por el gobierno neerlandés, está dedicada a difundir noticias y análisis de temas tales como las cuestiones de género y las minorías religiosas en Irán, junto con la música y el entretenimiento.

El Iranian Cyber Army dejó un mensaje en el que advertía “a todos los mercenarios traidores que no les dejará en paz, incluso en el seno de sus amos", dijo el grupo en un mensaje publicado en la web.

Por lo tanto, va quedando claro quién está detrás del Iranian Cyber Army, alejándose las sospechas de que se trataba de hackers israelíes o, incluso, según denuncia china, de que era una creación norteamericana que actuaba como respuesta al cyberataque sufrido por Google. Sin embargo, lo que no se sabe es por qué el Iranian Cyber Army actuó contra Baidu.com, provocando la respuesta de grupos de hacktivistas chinos que respondieron al ataque y hackearon de vuelta el sitio de un vendedor de PCs en Irán llamado Room98. La intrusión fue firmada por el Chinese Honker Team, parte de Honker Union for China (HUC), un grupo de hackers chinos nacionalistas que ya han atacado anteriormente sitios en Estados Unidos.

El panorama de lo que ya se denomina “hacktivismo” es todavía muy confuso. Nada permite creer que los que están tras el Iranian Cyber Army, por ejemplo, sean siempre las mismas personas y del mismo país; no hay forma de certificar nada. Por otra parte, hace poco un tipo logró chatear con un adolescente turco que le había hackeado el blog. Resultó que el chaval podía llegar a hackear unas 50.000 websites en una semana:

“Well, we are a hacking team so we do this to protest against somethings, for example the last month I think there was a genocide agains the Uygurs in the west of China and we just hacked around one thousand websites of the chinesse government”.

Esto era lo que respondía el hacktivista. Frente a ese grupo, originariamente turco, sus mayores enemigos eran los rusos y los brasileños.

Por lo tanto, aunque una ciberguerra chino-iraní despierta el morbo de que dos de las más viejas culturas de la Humanidad, en plena Eurasia, puedan estar enfrentándose con recursos de última generación, lo cierto es que puede resultar muy arriesgado trasladar tales conceptos al ubicuo ciberespacio.

En cualquier caso, lo cierto es que, tarde o temprano, los gobiernos deberán establecer alguna forma de acuerdo internacional, una Convención de Ginebra para las ciberguerras del futuro, porque la posibilidad de caer en espirales de provocación descontroladas empieza a ser demasiado grande, y podría llevar a situaciones no previstas ni por los protocolos diplomáticos tradicionales, ni por los que utilizan los servicios de inteligencia.














Actualización a 18 de febrero: Ataque masivo a 75.000 ordenadores y 2.500 empresas en todo el mundo, a cargo de operadores residentes en algún país de Europa Oriental, perodesde plataforma cibernética en China.

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