sábado, agosto 30, 2008

La clave de los ductos en el Cáucaso meridional






















Enero de 2006: un centinela ruso guarda un tramo del oleoducto Mozdok-Tbilisi, en su recorrido por Osetia del Norte. La explosión tuvo causas naturales. Rusos y georgianos poseen una sólida experiencia en la cogestión de los ductos regionales que, forzosamente se verá afectada durante estos meses y que repercutirá en los suministros en dirección a Europa




Tras haber repasado algunas de las opiniones y aseveraciones más comunes, es momento de ir planteando las claves reales del conflicto georgiano. Una de ellas ya la planteó el autor de este blog el pasado 14 de agosto, en un artículo publicado en "El País" y reproducido también aquí: la cuestión de los oleoductos y gasoductos. La avalancha de acusaciones, amenazas, desgarros y cortinas de humo, mantienen al margen esta cuestión, que precisamente está en el centro de lo sucedido. Pero también nos impiden saber sobre los cuidadosos cálculos y los pasos a seguir, a partir de ahora.

Tratándose de medios de transporte, los problemas relacionados con los ductos no se circunscriben a un país determinado: abarcan regiones enteras, y el foco real de la crisis puede estar bastante alejado del lugar preciso en el cual se ha manifestado de forma explosiva. Eso es precisamente lo que ha ocurrido en el reciente conflicto ruso-georgiano: en la pieza que sigue a continuación, John Roberts se centra en las consecuencias del conflicto para los ductos georgianos; pero sólo nos deja atisbar que una causa de la breve guerra pudo haber estado, precisamente, al principio y final de esas mismas tuberías.

Esto no quiere decir que no existan otras explicaciones coincidentes en el origen de la crisis oque tengan que ver con ella a simple vista, lo que ya ha sido reiteradamente reseñado por los analistas habituales en los últimos días. O que la deriva de la misma pueda llevar hacia otros problemas estructurales. Sólo se sugiere aquí que el lector no pierda de vista la verdadera batalla por la energía del siglo XXI, que se libra en la región, y que posee frentes muy diversos y que van desde el mercado de petróleo de Teherán al escudo antimisiles en Polonia.


Por el momento, sugiero tomen nota de lo siguiente: un servicio de la primera empresa de radio y televisión del Reino Unido no tiene ambages en explicarnos, sin misterios, que Georgia ha quedado fuera de juego en el negocio de las rutas petroleras y gasísticas desde el Caspio. Y resulta que la British Petroleum (BP) es una de las empresas más implicadas en tales negocios por la zona.

Dado que debe buscarse otro camino para desviar el BTC y ETC en el futuro, ¿por dónde podría discurrir? Respuesta: una posibilidad es Armenia. Hasta hace poco, ese país, satélite de Rusia, era un problema. Ahora puede ser la solución; y convertido en paso clave de los ductos, puede devenir pieza clave de la nueva era de acuerdos entre Rusia, determinados países y compañías occidentales, y Turquía.


BBC Mundo.com

Miércoles, 13 de agosto de 2008 - 15:31 GMT


Ductos georgianos: futuro negro

John Roberts
Especialista en temas de seguridad energética

El conflicto de Georgia impone un reto mayor para los gobiernos y las compañías que intentan encontrar nuevas maneras de transportar el petróleo y el gas del Mar Caspio, a través del Cáucaso del Sur, hasta los mercados europeos.

Hay varias tuberías importantes que pasan a través de Georgia, algunas de ellas a tan sólo kilómetros de posiciones ocupadas por las fuerzas rusas antes que Moscú declarara el alto el fuego el pasado 12 de agosto.

Actualmente, estos ductos no parecen estar bajo amenaza por el reciente conflicto (aunque los tres han sido temporalmente cerrados, uno por las razones de seguridad y los otros dos como medida de precaución).

Lo que sí está en juego son los planes para nuevas tuberías y los proyectos para la expansión de las ya existentes.

El cuarto corredor

Las dudas más grandes se refieren al futuro del transporte de gas.

Actualmente, el gaseoducto existente de Bakú-Tiflis-Erzurum (BTE) lleva 6 mil millones metros cúbicos de gas al año a Turquía, parte es luego transportado a Grecia.

Cuando la producción en Azerbaiyán crezca, la línea debe alcanzar su capacidad completa de 20 mil millones metros cúbicos de gas al año en el 2014.

La Unión Europea también está promoviendo otras propuestas para el desarrollo de tuberías paralelas que puedan llevar hasta 30 mil millones metros cúbicos de gas al año del gas de Turkmenistan, y quizás de Kazajstán.

La UE llama la ruta a través de Azerbaijan y de Georgia su "Cuarto Corredor", el cual incluye proyectos como el gasoducto "Nabucco" que llevaría el gas hasta Austria, saliendo desde donde termina el BTE en Turquía.

¿Quién gana?

Estos proyectos benefician a los productores caspios y a los consumidores europeos porque evitan el paso por Rusia.

Los productores ganan acceso directo a los consumidores finales, mientras que Rusia compra actualmente gas de Asia central a un precio, y después lo vende a Europa a precios mucho más altos y la diferencia supera con creces el mero costo del transporte.

También beneficia a los consumidores porque nuevas líneas traen nuevos competidores en el mercado europeo, que en este momento es abastecido en un 50% por Rusia.

Cada vez mayor presión

La demostración del poderío ruso -que oficialmente estaba protegiendo a los rusos que residen en el territorio separatista en Georgia de Osetia del Sur- es un recordatorio para los productores caspios, particularmente Kazajstán, donde cerca de 30% de la población es de origen ruso.

Se puede prever ahora que la presión rusa sobre los productores caspios para utilizar las rutas rusas para sus exportaciones aumentará.

Al mismo tiempo, las compañías occidentales que intenten conseguir los fondos necesarios para proyectos importantes en el Cáucaso del Sur enfrentarán más obstáculos.

Aunque seguramente el impacto sobre las rutas existentes será más limitado.

Por ahora, parece que no hay una seria amenaza a los oleoductos que pasan por Georgia, pero el golpe a la reputación del país como lugar seguro para alojar infraestructura costosa y extensiva es potencialmente muy fuerte.

Daños y perjuicios

En conclusión, todo el sistema de ductos para gas y petróleo que ya funcionaban antes del conflicto entre Rusia y Georgia deberían reanudar sus operaciones en unos días, siempre y cuando no se rompa el alto al fuego.

El tráfico ferroviario, sin embargo, puede tardar más para recuperarse, dependiendo del daño que sufrió la infraestructura.

Pero la verdadera perjudicada fue la reputación de Georgia.

Estos últimos días han demostrado que los llamados "conflictos congelados", no son más que volcanes cubiertos de nieve.

Proteger las inversiones que ya se hicieron en este país es una cosa, pero poner más dinero para construir nuevas tuberías es otra cuestión completamente distinta.

John Roberts es el autor del libro Políticas de Ductos: la seguridad energética global en el Caspio


LOS DUCTOS DE GEORGIA

-Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), con una capacidad de 1.0 millones de barriles al día. Esta línea lleva el crudo de Azerbaiján hasta el puerto mediterráneo de Ceyhan en Turquía

-Baku-Supsa, con una capacidad de 150 mil barriles al día, lleva el petróleo del Mar Negro, al puerto georgiano de Supsa

-Bakú-Tiflis-Erzurum (BTE), gasoducto que lleva 6 mil millones metros cúbicos de gas al año a Turquía desde Azerbaiján

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viernes, agosto 29, 2008

Labă tristă (y 2)





















Amigos de la OTAN, UE y Estados Unidos, con vocación occidental (1): ¿Qué hacemos con Misha?


3. "No existe signo más claro de locura que el de hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes". Albert Einstein


Mientras pasan los días y desde Washington, la OTAN y el corazón de la UE ya han hecho lo que han podido para salvar los muebles de la desconcertante situación en la que ellos mismos se metieron durante meses, van aflorando las cuestiones centrales y difuminándose las accesorias, entre gruñidos y ladridos. Por ejemplo: ¿Qué hacer con Georgia? Y más precisamente. ¿Qué hacer con Mijeil Saakashvili, alias “Misha”? Este es uno de los grandes dilemas de hierro, que periodistas y políticos suelen evitar como la peste.

Pongamos, por ejemplo, el vehemente artículo de opinión de José Ignacio Torreblanca en “El País” del 27 de agosto, titulado: “Farsa Osetia”. Comienza el autor aseverando que “el conflicto habido este mes de agosto ha sido minuciosamente orquestado desde Moscú con el fin de amputar a Georgia estos dos territorios”. Torreblanca lo explica como “una represalia anunciada a costa de la independencia de Kosovo”. Pero dicho así, no pasa de ser materia de fe. Torreblanca asevera que todo estuvo “orquestado desde Moscú”, y al día siguiente, Putin deja caer que la cosa se montó en los Estados Unidos para apoyar a un candidato determinado a la presidencia; y todos sabemos que se refiere a McCain. Ahí va una palabra contra la otra.

En el antiguo mundo de los medias de papel, este tipo de periodismo de consigna podía sobrevivir mejor; pero hoy en día, los artículos de fe se arriesgan a ser sepultados bajo toneladas de megabytes de información contradictoria. Es cuestión de segundos, lo que cuesta activar los controles de un buscador en red. Por lo tanto, analizar en prensa actualmente, supone dejarse siempre un margen en función de las propias inconsistencias.

Hoy por hoy, en la crisis georgiana, de lo que se trata ante todo, es (incluso a día de hoy) aclarar qué movió al presidente georgiano Mijeil Saakashvili a lanzar sus tropas sobre Osetia del Sur durante la tarde y noche del 7 de agosto. Decir que todo fue un complot urdido por los rusos y quedarse tan tranquilo, raya ese mal hábito del periodismo español, que es la contumacia. Es cierto que se produjeron escaramuzas previas a la guerra de agosto, y que debido a las tensiones (como cada verano en esas cálidas y temperamentales latitudes) los rusos trasladaron algunas tropas de refuerzo a la zona. Pero eso no prueba nada en sí mismo: hay muchas zonas calientes en el mundo y el hecho de que una de las partes se ponga más provocativa, o la otra le induzca a ponerse así, no ha de llevarnos automáticamente a la conclusión de que ahí hay complot y conspiración.

Y si no, ya lo volveremos a hablar cuando se produzca la próxima tensión en torno a Ceuta y Melilla, sobre todo si tiene alguna acción en fuerza de los marroquíes, ni que sea limitada. Claro que, teniendo en cuenta cómo los norteamericanos se han implicado en diversas guerras, desde el asunto del Maine en 1898 al incidente del Golfo de Tonkín en 1964, los estudiantes americanos atrapados en la isla de Granada, en 1983, o el muy reciente y fenomenal invento de las armas de destrucción masiva en Irak, 2003, puede que Putin lleve más razón que Torreblanca, al fin y a la postre.
















El presidente Mijeil Saakashvili en plena guerra contra sí mismo, hace pocos días, en Gori. El comportamiento del georgiano está siendo demasiado confuso como para inspirar confianza a nadie... ni siquiera a él mismo

En realidad, al día siguiente, 28 de agosto, otro artículo en "El País" en este caso de Jean Meyer, especialista en historia de Rusia ("Guerra relámpago en Georgia") incide en la verdadera cuestión central: aún en el caso de que sí se hubiera producido una brillante conspiración rusa, una verdadera trampa calculada para implicar a los georgianos, ¿por qué Mijeil Saakashvili se lanzó directamente a la boca del lobo? Sólo caben dos opciones: o es un verdadero estúpido, o se trata de un genial risque tout que se lanza en plancha a “un pleito perdido de antemano para romper el statu quo, internacionalizar el conflicto y hacer que las cosas se muevan”, según escribe Meyer citando a un amigo georgiano.

La segunda explicación parece destinada a reforzar la posición de “Misha” después del desastre, porque el presidente georgiano se estaba jugando demasiadas cosas importantes aquella tarde del 7 de agosto como para andar lanzando una Guerra del Yom Kippur con los apenas 10.000 soldados con los que contaba su ejército. Demasiados asuntos en la cuerda floja como para no terminar recayendo en la consideración de que, de lo sublime a lo ridículo hay sólo un paso; y que Mijeil “Misha” Saakashvili no es precisamente un Napoleón del Cáucaso, ni en la política ni de la estrategia.

Por lo tanto, entre unos y otros van poniendo sobre la mesa la gran pregunta central en esta crisis, de cuya respuesta resultará su resolución, empantanamiento o agravación. ¿Qué hacemos con Misha? La verdad es que resulta un personaje muy poco defendible con argumentos prácticos, se mire por dónde se mire. Si hubo trampa y cayó en ella fue un iluso ¿Se debe dejar a Georgia y la seguridad del Cáucaso mericional en manos de un tipo así, vistos los resultados? Si lo urdió todo para liarla y atraer a los Estados Unidos, la OTAN y la UE, a fin de que le sacaran las castañas del fuego, es un aventurero peligroso. ¿Lo premiamos por ello y le damos carta blanca para que nos inmiscuya más y más, para que él tome el control?¿Es Mijeil Saakashvili, alias “osito Misha” quien debe conservar la iniciativa para practicar la “geoestrategia del taxi” al margen de las consecuencias para los pueblos de la zona, el petróleo que pasa por su territorio con destino a Europa, la innecesaria complicación del equilibrio internacional? Dejar la respuesta occidental a Moscú en manos de Misha, ni siquiera tiene la categoría de una balcánica labă tristă: es pura pornografía gonzo.



















Amigos de la OTAN, la UE y los Estados Unidos, con vocación occidental (2): Franjo Tudjman en una de sus poses preferidas

Torreblanca se echa las manos a la cabeza porque Rusia se ha paseado con sus tanques por el territorio de un país miembro de la OSCE y del Consejo de Europa, “socio y amigo” de la UE, Estados Unidos y la OTAN. Pero una vez más, da la impresión de que –como es habitual en España- se confunde el título o etiqueta con la capacidad y el contenido real. Washington, por motivos políticos con amplia tradición histórica y Bruselas saliendo del paso en su estilo habitual, llevan años concediendo prebendas a líderes más que dudosos. Recordemos cómo países miembros de la OTAN, tales como Grecia y Turquía, por ejemplo, continuaron dentro de la organización atlántica durante sus periodos de régimenes militares, después de sufrir sendos golpes.

La tendencia en su versión post Guerra Fría, arranca de 1991 y se puede decir que se inaugura con Franjo Tudjman, artífice de la independencia croata y personaje de difusos perfiles democráticos. Por él, el gobierno del canciller Kohl no dudó en reconocer unilateralmente la autoproclamada independencia de Croacia, enfrentando a la recién unificada Alemania con el resto de socios de la CE, y de paso torpedear el plan de paz de lord Carrington, apoyado por la misma Comunidad Europea; lo cual tuvo mucho que ver con el desencadenamiento de la guerra en Bosnia. Y qué decir de un Hashim Thaçi, escogido ya durante la conferencia de Rambouillet por los norteamericanos para descolocar al mismísimo Ibrahim Rugova y terminar convirtiéndose en primer presidente de la República de Kosovo. También se les rieron las gracias a los gemelos Kaczinski, en Polonia, y buenos quebraderos de cabeza que le trajeron a Bruselas. Eso por no mencionar al presidente greochipriota Tassos Papadopoulos, que hizo lo que pudo para reventar el plan de Annan para la reunificación de la isla cuando ya sabía que tenía asegurado el acceso a la UE para la parte griega de la isla: una flagrante tomadura de pelo que Bruselas se tragó como si tal cosa.

En las actuales circunstancias, parece que la única respuesta que se les ocurre a Bush y algunos líderes occidentales (no todos, ni mucho menos) es dejar en su puesto a Misha para hostigar a los rusos. Lo malo es que llevamos ya varios años con ese tipo de estrategias cerriles y discusiones de patio de escuela y no terminan de dar buen resultado. En este caso puede ser peor, si se combina con un acelerado ingreso de Georgia a la OTAN, por ejemplo.


















Amigos de la OTAN, la UE y los Estados Unidos, con vocación occidental (3): Hashim Thaçi con sus muchachos en 1999

Entendámonos: a quien escribe este post, le parecería una estupenda opción. La OTAN no ha tenido bastante con la chapuza de Kosovo y sobre todo, el desastre de Afganistán. Necesita una catarsis mayor. Eso no supone necesariamente la destrucción traumática de la organización, pero si un serio toque de atención y una redefinición (o aclaración) de objetivos. Por lo tanto, el pronto ingreso de Georgia en la OTAN, seguido del de Ucrania, iban a generar tal cúmulo de problemas –entre otras cosas habría que enviar cuantiosas tropas euro-americanas a protegerlas, y no precisamente de las bandas talibanes- que los fundamentos de la organización crujirían desde los cimientos.

Y por otra parte, a ver quién le dice ahora a Tbilisi y Kiev que no van a acceder a la OTAN en mucho tiempo: sería admitir que la catarsis ya ha llegado a Bruselas. Por lo tanto, son días de interesantes expectativas, siempre que no supongan boquetes nucleares en la geografía eurorrusa. Sería realmente trágico que fuéramos a la Guerra Mundial por el osito Misha. ¿O no?


Pero más ridículamente trágico sería ir a la confrontación por restaurar el legado de Stalin. Es posible que que una buena parte de los lectores conozcan la historia: Osetia del Sur y Abjasia, regiones autónomas, fueron integradas en la República Socialista Soviética de Georgia en 1922 y en 1931, respectivamente; y ello gracias a la presión de Stalin. Quizá no sea casualidad que, en efecto, en la ciudad georgiana de Gori se conserve la última gran estatua dedicada al dictador soviético.

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jueves, agosto 28, 2008

Polonia, por fin en el "spiral development"
















El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, encantado de sentir que su país está por fin, bien defendido ante la inminente agresión rusa, tras firmar el acuerdo para la construcción de una base de misiles en su territorio; Varsovia, 20 de agosto, 2008


The US missile defence system is the magic pudding that will never run out

Poland is just the latest fall guy for an American foreign policy dictated by military industrial lobbyists in Washington


George Monbiot


"The Guardian", Tuesday, Augst 19, 2008

It's a novel way to take your own life. Just as Russia demonstrates what happens to former minions that annoy it, Poland agrees to host a US missile defence base. The Russians, as Poland expected, respond to this proposal by offering to turn the country into a parking lot. This proves that the missile defence system is necessary after all: it will stop the missiles Russia will now aim at Poland, the Czech Republic and the UK in response to, er, their involvement in the missile defence system.

The American government insists that the interceptors, which will be stationed on the Baltic coast, have nothing to do with Russia: their purpose is to defend Europe and the US against the intercontinental ballistic missiles Iran and North Korea don't possess. This is why they are being placed in Poland, which, as every geography student in Texas knows, shares a border with both rogue states.

They permit us to look forward to a glowing future, in which missile defence, according to the Pentagon, will "protect our homeland ... and our friends and allies from ballistic missile attack"; as long as the Russians wait until it's working before they nuke us. The good news is that, at the present rate of progress, reliable missile defence is only 50 years away. The bad news is that it has been 50 years away for the past six decades.

The system has been in development since 1946, and so far it has achieved a grand total of nothing. You wouldn't know it if you read the press releases published by the Pentagon's missile defence agency: the word "success" features more often than any other noun. It is true that the programme has managed to hit two out of the five missiles fired over the past five years during tests of its main component, the ground-based midcourse missile defence (GMD) system. But, sadly, these tests bear no relation to anything resembling a real nuclear strike.

All the trials run so far - successful or otherwise - have been rigged. The target, its type, trajectory and destination, are known before the test begins. Only one enemy missile is used, as the system doesn't have a hope in hell of knocking down two or more. If decoy missiles are deployed, they bear no resemblance to the target and they are identified as decoys in advance. In order to try to enhance the appearance of success, recent flight tests have become even less realistic: the agency has now stopped using decoys altogether when testing its GMD system.

This points to one of the intractable weaknesses of missile defence: it is hard to see how the interceptors could ever outwit enemy attempts to confuse them. As Philip Coyle - formerly a senior official at the Pentagon with responsibility for missile defence - points out, there are endless means by which another state could fool the system. For every real missile it launched, it could dispatch a host of dummies with the same radar and infra-red signatures. Even balloons or bits of metal foil would render anything resembling the current system inoperable. You can reduce a missile's susceptibility to laser penetration by 90% by painting it white. This sophisticated avoidance technology, available from your local hardware shop, makes another multibillion component of the programme obsolete. Or you could simply forget about ballistic missiles and attack using cruise missiles, against which the system is useless.

Missile defence is so expensive and the measures required to evade it so cheap that if the US government were serious about making the system work it would bankrupt the country, just as the arms race helped to bring the Soviet Union down. By spending a couple of billion dollars on decoy technologies, Russia would commit the US to trillions of dollars of countermeasures. The cost ratios are such that even Iran could outspend the US.

The US has spent between $120bn and $150bn on the programme since Ronald Reagan relaunched it in 1983. Under George Bush, the costs have accelerated. The Pentagon has requested $62bn for the next five-year tranche, which means that the total cost between 2003 and 2013 will be $110bn. Yet there are no clear criteria for success. As a recent paper in the journal Defense and Security Analysis shows, the Pentagon invented a new funding system in order to allow the missile defence programme to evade the government's usual accounting standards. It's called spiral development, which is quite appropriate, because it ensures that the costs spiral out of control.

Spiral development means, in the words of a Pentagon directive, that "the end-state requirements are not known at programme initiation". Instead, the system is allowed to develop in whatever way officials think fit. The result is that no one has the faintest idea what the programme is supposed to achieve, or whether it has achieved it. There are no fixed dates, no fixed costs for any component of the programme, no penalties for slippage or failure, no standards of any kind against which the system can be judged. And this monstrous scheme is still incapable of achieving what a few hundred dollars' worth of diplomacy could do in an afternoon.

So why commit endless billions to a programme that is bound to fail? I'll give you a clue: the answer is in the question. It persists because it doesn't work.

US politics, because of the failure by both Republicans and Democrats to deal with the problems of campaign finance, is rotten from head to toe. But under Bush, the corruption has acquired Nigerian qualities. Federal government is a vast corporate welfare programme, rewarding the industries that give millions of dollars in political donations with contracts worth billions. Missile defence is the biggest pork barrel of all, the magic pudding that won't run out, however much you eat. The funds channelled to defence, aerospace and other manufacturing and service companies will never run dry because the system will never work.

To keep the pudding flowing, the administration must exaggerate the threats from nations that have no means of nuking it - and ignore the likely responses of those that do. Russia is not without its own corrupting influences. You could see the grim delight of the Russian generals and defence officials last week, who have found in this new deployment an excuse to enhance their power and demand bigger budgets. Poor old Poland, like the Czech Republic and the UK, gets strongarmed into becoming America's groundbait.

If we seek to understand American foreign policy in terms of a rational engagement with international problems, or even as an effective means of projecting power, we are looking in the wrong place. The government's interests have always been provincial. It seeks to appease lobbyists, shift public opinion at crucial stages of the political cycle, accommodate crazy Christian fantasies and pander to television companies run by eccentric billionaires. The US does not really have a foreign policy. It has a series of domestic policies which it projects beyond its borders. That they threaten the world with 57 varieties of destruction is of no concern to the current administration. The only question of interest is who gets paid and what the political kickbacks will be.


monbiot.com

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Labă tristă (1)






















El presidente Medvedev anuncia que Moscú reconoce la autoproclamada independencia de Osetia del Sur y Abjasia. ¿Y ahora qué?



1. Breve pero necesaria introducción

Labă tristă” es una expresión rumana que se puede traducir literalmente al castellano. Significa: “paja triste”. En este post, hace referencia a la esencia del engallado pero cacofónico debate que ha prendido en Occidente a raíz de la breve guerra ruso-georgiana. Ante las situaciones de crisis internacional ocurre lo mismo que con algunas enfermedades: cuando existen diversos medicamentos para paliarlas pero ninguno las cura, es que los médicos no saben cómo hacerlo.

Hasta el momento, Washington y la OTAN han vuelto a meter la pata en la escena internacional. La incapacidad en asumir los propios fallos ha contribuido a la inexistencia de una solución eficaz. Los rusos se han llevado el gato al agua y de paso, a los norteamericanos; y a éstos y la corte de pequeños pero fervientes aliados que todavía apoyan la gestión de la moribunda y rematada administración Bush, sólo les cabe, de momento, la “labă tristă”. Cuando más se insista en impresionar con el patético exhibicionismo de la impotencia, más triste resultará.

2. "Si no puede solucionar un problema, es porque sigue las reglas del juego”[i] (y además, es posible que se haya equivocado usted de juego)


A veinte días de que comenzara la crisis del Cáucaso, es momento de hacer un nuevo balance de la situación. Los medios de comunicación occidentales tienden ahora a seguir la pauta que marcan las grandes agencias norteamericanas y ello supone no salir de los circuitos cerrados marcados desde el principio consistentes en: a) meter bajo la alfombra lo que no interesa recordar; b) negar lo evidente; c) mantener y aplicar todos los dobles raseros que sean necesarios; d) en líneas generales: recurrir a la tozudez y la contumacia, dado que no existen instrumentos argumentales mínimamente válidos para justificar la ineficacia (que a su vez es producto de la anterior falta de ideas, dobles raseros, contumacia....)

















Hace un año: marinos norteamericanos instruyen a sus colegas georgianos sobre cómo registrar un barco, durante unas maniobras en el puerto de Batumi, Georgia, el pasado 5 de septiembre de 2007. La instrucción se realizó a bordo del USS Donald Cook. Los marinos van armados con poco intimidantes subfusiles de instrucción


Podemos tomar como elemento de referencia la edición de “El País” de ayer mismo, 27 de agosto, 2008. No porque ese periódico lo haya hecho particularmente mal o bien, sino porque sigue siendo el primer rotativo español y constituye un ejemplo de referencia suficientemente válido; pero podría haberse recurrido a casi cualquier otro.

En este caso, parece que tras haber regresado de las vacaciones una buena parte de la redacción y plantilla de opinadores la dirección editorial decidió tomar partido claro en el asunto. Quizás haya tenido mucho que ver con el hecho de que
el presidente Zapatero deberá acudir el 1º de septiembre a Bruselas para participar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos convocada de forma extraordinaria por el presidente de turno de la Unión, el francés Nicolas Sarkozy, a fin de abordar la crisis entre Rusia y Georgia. Posiblemente, y quizás ante el temor de que sus propuestas sean demasiado conciliadoras, el diario, muy crítico con su gestión últimamente, decidió enviar un aviso para navegantes (justamente ahora que los agresivos puntos de vista antirrusos en los noticiarios españoles de TVE y Canal CNN+ se están moderando en los últimos días). Pero también estamos ante la clásica maniobra comercial de la prensa: se trata de vender noticias, los argumentos han de estar claros, los buenos han de quedar perfectamente identificados, y los malos también. Y ahora tenemos, cotidianamente: rusos malos y noticias de accidentes aéreos en todo el mundo; adiós a la guerra internacional contra el terrorismo y la violencia de género. Hay que vender y el producto "informativo" se deteriora muy rápido en los mostradores

Repasemos titulares como punto de partida de los comentarios:



Han pasado casi siete años justos desde el 11-S y la administración Bush ni siquiera ha podido o sabido dar una respeusta política o estratégica a aquel desafío















a) “Rusia lanza un desafío mundial” (página 2): Aquí está de nuevo la grandilocuente retórica del New Order, bien conocida: la “comunidad internacional” que excluye a quien no esté de acuerdo con los Estados Unidos y la OTAN, los “desafíos mundiales” que no incluyen a China, Brasil, India, Bolivia… El desafío de Moscú va dirigido específicamente contra la estrategia de la OTAN dictada por los Estados Unidos, pero con la oposición de varios miembros importantes de la organización. Éstos serán los encargados de resolver la crisis (si pueden y saben cómo hacerlo), que en buena medida es responsabilidad suya, de ellos. Desafíos mundiales reales han sido, en los últimos años de la post Guerra Fría: el 11-S, la intervención en Afganistán de 2001 y la invasión de Irak en 2003 (que supuso el comienzo de importante desajustes financieros a escala internacional, comenzando por la subida sostenida en el precio del petróleo)

b)Occidente acusa al Kremlin de violar todas las normas internacionales (página 3) Continuando con las referencias en el párrafo anterior: la intervención en Irak sin contar con el apoyo de las Naciones Unidas, el respaldo a la autoproclamada independencia de Kosovo también sin ese aval… Unos y otros llevan muchos años violando una normas internacionales que ya nadie sabe dónde residen. Los bombardeos de la OTAN sobre Serbia y Kosovo, las tropas americanas en Irak, el asalto georgiano sobre Osetia del Sur y la respuesta rusa en Georgia, son ejemplos muy claros de adónde nos han llevado casi veinte años de intentar construir un New Order unilateralista siguiendo patrones básicamente norteamericanos.

En realidad, mirando las cosas con una cierta perspectiva, sin tanto llanto y crujir de dientes del más puro estilo fariseo, lo cierto es que hasta el momento Rusia está siendo una superpotencia mucho más previsible que los Estados Unidos. Rusia surgió de la desintegración de la URSS sin guerras civiles ni peligrosas inestabilidades y su tejido social aguantó un profundo choque sin dar lugar a revoluciones. Además, Moscú aguantó todo tipo de desplantes y prepotencias occidentales en general y norteamericanas en particular, a lo largo de dieciocho años.

Mientras tanto, los Estados Unidos, intentando gobernar el mundo heredado del final de esa Guerra Fría, ha dejado tras sí un situaciones sin resolver en las crisis en las que ha intervenido desde 1991: Somalia, los Balcanes, Afganistán, Irak; en Georgia vamos camino de lo mismo. Además están las consecuencias financieras derivadas de la intervención en Oriente Medio, y la crisis de las subprime que ha desencadenado una crisis global; y lo que es peor, ni las autoridades norteamericanas ni sus expertos neocon parecen saber qué hacer para atajarla.


















Copia de la carta de Paul Wolfowitz, por entonces Subsecretario de Defensa estadounidense, dirigida a los ministros de la UE solicitando que abandonasen el proyecto de sistema de posicionamiento Galileo (directo competir del GPS norteamericano) porque entendía que supondría serios problemas para la OTAN, diciembre 2001. Fuente: Wikipedia


Por lo tanto, aquí estamos los europeos, atentos cada cuatro años a conocer quién es el nuevo inquilino de la Casa Blanca, y a verlas venir. Hemos de respetar sin chistar la peculiar manera americana de resolver sus problemas y los de los demás; debemos entender y aceptar íntimamente sus peculiaridades políticas y culturales, sabiendo que, en último término, estamos a merced de dirigentes y policy makers que no siempre son los más apropiados; y de los designios de compañías e intereses que no podemos controlar, ni siquiera entender en muchas ocasiones. Ellos no van a cambiar ni hacer concesiones a Europa, seremos nosotros quienes deberemos pagar los platos que rompe la vieja superpotencia. Porque los EEUU ya no son el poder todopoderoso de hace medio siglo, dependiente sólo de sí mismo y por ello capaz de actuar como árbitro. Ahora necesita de la energía exterior para atende rsu consumo exterior sobrecalentado, está perdiendo peso claramente y actúa en función de intereses cada vez más egoístas. El juez tiene arte y parte, el bombero actúa a veces de pirómano, el árbitro de antaño es ahora el depredador.

En cambio, Rusia no depende del exterior, puede sobrevivir aislada, es una superpotencia europea y en conjunto resulta mucho más influenciable por Europa que los Estados Unidos. Si mantenemos el contacto con Rusia podremos abrir su cultura y su sociedad en el tránsito hacia un sistema más democrático; su economía también necesita de colaboración (no de colonización) para una mayor eficacia. Si nos enfrentamos a ella y nos encerramos en nuestros prejuicios, sólo conseguiremos retroceder en el tiempo, pero cuando lleguemos a 1914 ya no existirán los actores de entonces, sino otros. Por el camino de los túneles del tiempo nos haremos enemigos: de Rusia y luedo de los demás a los que perjudiquemos colateralmente a costa de… ¿qué?¿De proteger a pequeñas repúblicas gobernadas por Haiders y Berlusconis pero con créditos democráticos mucho más dudosos?


c) “¿Qué se puede hacer para frenar a Moscú?” Esta breve tira en página 3 es una verdadera mina de inconsistencias. El repaso a la batería de hipotéticas soluciones se resume, prácticamente en una sola: nada. De hecho, revelan la esencia del problema: la impotencia de la OTAN y la decadente administración Bush son la base justificativa principal del escatológico título de esta serie de post sobre la crisis del Cáucaso meridional.

c.1. Intervención en la ONU: ¿Después de haber evitado sistemática y arteramente a la ONU para poder atacar a Serbia en 1999, invadir Irak en 2003 y bendecir la autoproclamada República de Kosovo en 2008 (un total de nueve años de praxis oportunista) no les entra a ustedes la risa tonta ante la sugerencia de que los americanos pueden ir al Consejo de Seguridad o la Asamblea General para impedir que Rusia respalde la independencia de Abjasia y Osetia del Sur? Sobran más comentarios.

En cambio, tomen nota de la siguiente frase: “Las potencias occidentales deben medir sus pasos para evitar represalias rusas en el Consejo de Seguridad en temas como las sanciones en contra de Irán”. En un separado de otra pieza se resalta: “Se mantiene la cooperación [de la OTAN con Rusia] en Afganistán y en el grupo de trabajo sobre la no proliferación de armas de destrucción masiva”. Y claro, es que al final, los occidentales se han hipotecado hasta las cejas con los rusos y ahora quieren lo mejor de ambos mundos: que les respeten, pero no pagar las deudas ni atender a responsabilidades. Una postura muy propia de antiguo aristócrata empobrecido.

c.2. Exclusión de Rusia del G-8 o de la OMC ¿Quién saldría perdiendo más? La idea de que Occidente hace grandes favores a los nuevos miembros de sus flamantes organismos financieros, suelen olvidar importantes detalles: que estamos en crisis, que hay inversiones billonarias en Rusia, que están en marcha muy importantes programas de colaboración tecnológica entre Rusia y Europa…












El presidente Sarkozy visita a las tropas francesas en Afganistán para subir su moral tras las duras pérdidsas sufridas en una emboscada, tan sólo hace una semana


c.3. OTAN. “La opción de una respuesta militar es inconcebible de momento…” Es divertido ese “de momento”. ¿Marcharán los panzer sobre Moscú en la próxima primavera? ¿Una OTAN que no sabe cómo dejar atrás Afganistán y cuyos desmoralizados soldados han recibido duros golpes allí hace pocos días, está en situación de lanzar bravatas sobre respuestas militares?¿Ya han olvidado la
matanza de civiles afganos de hace menos de una semana¿Los políticos y militares norteamericanos, socios principales de la OTAN, pueden soñar con golpes militares en Rusia cuando, en el mejor de los casos, retirarán sus tropas de Irak no antes de 2011?¿Cuando todavía tiene pendiente la captura de Bin Laden?¿Se olvidarán de su “inminente” campaña contra Irán?

c.4. Represalias a través de la UE, según el aplicado becario o becaria que estructuró el destacado. Al parecer, “existen varias opciones de reacción”, aunque el autor no detalla ninguna en concreto. Y al final, resulta que “las distintas visiones estratégicas entre los 27 países miembros” complican las acciones conjuntas. La idea es que se podrían cerrar algunos canales de diálogo, aislando a Moscú. Preguntas rápidas: ¿Cerrar unos canales y otros no, tras la oportuna y larga reflexión, es una manera eficaz de aislar a una potencia? Segunda: ¿La UE estaría realmente dispuesta a cancelar proyectos como los referidos a trabajos conjuntos de alta tecnología sobre sistemas de posicionamiento vía satélite, por poner sólo un ejemplo?¿Renunciará a la tecnología aeroespacial soviética, vital para las comunicaciones de la UE?¿Arruinará a los millones de pequeños inversores que tienen sus ahorros en fondos de inversión en Rusia?¿Se arriesgará Europa a que el precio del crudo y el gas suban más todavía, mucho más?¿Se ha enterado el columnista de “El País” de que estamos en época de recesión a escala mundial?¿Tiene la ligera idea de que Estados Unidos depende mayoritariamente para su abastecimiento de petróleo de Canadá, Méjico y Venezuela, a diferencia de los europeos?

c.5. Los Estados Unidos. ¿Qué piensan hacer los EEUU para frenar en seco a Rusia? Ellos son los principales agraviados. Pero el articulista de “El País” sólo atina a decir que “Washington baraja opciones”. Quizá la colaboración en materia nuclear; y entonces Rusia tendrá las manos libres para vender todo lo que desee a Irán. ¿Seguro que lo tinen tan claro en Washington, o seguirán barajando? En realidad, los americanos tendrán que rascarse mucho la cabeza para dar una respuesta satisfactoria a Moscú tras lo sucedido en Georgia. Primero porque fue culpa del aliado Saakashvili; después, porque si no se les ha ocurrido la respuesta hasta ahora, es que no la tienen (como ha ocurrido en todas las aventuras anteriores de Bush); y a continuación, porque la solución venderá de la mano del nuevo presidente, pero no de éste que se va (coda: aunque sea inconstitucionalmente imposible, adelantar la retirada de George W. Bush sí que ayudaría a la solución de la crisis, desde luego que sí).


En definitiva: la mejor manera de “frenar a Moscú” es no ponerlo en marcha. Ya resulta fatigoso crear problemas donde no los hay, sobre todo para tapar los errores garrafales de un socio incapaz, manteniéndolo después en el poder y alentándole a que siga haciendo lo que le de la gana. Pero además, intentar solucionar todo eso y de forma brillante es, simplemente empeñarse en adquirir todos los números de la rifa en la que al final te va a tocar el gran premio de la tómbola: una "máquina de escribir", es decir: un simple bolígrafo. Labă tristă.




[i] Las citas que ofician de subtítulo provienen del libro de Paul Arden: Usted puede ser lo bueno que quiera ser, Phaidon, 2007 [reimpresión]

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jueves, agosto 21, 2008

Auge de la diplomacia turca
















El ministro de Asuntos Exteriores turco, Ali Babacan, posa con su mujer ante la mezquita de Al Aqsa, durante una visita a Jerusalén, 7 de octubre de 2007. Fotografía de Sebastian Schneider para AP Photo

"El Periódico", 20/8/2008

TÓPICOS Y REALIDAD DEL GOBIERNO DE RECEP TAYYIP ERDOGAN

Turquía: el triunfo de la diplomacia

• La política exterior contribuyó a evitar el descarrilamiento del país en momentos muy delicados

FRANCISCO Veiga*

La reacción informativa ante el veredicto del Tribunal Constitucional turco, que renunció a ilegalizar el partido del Gobierno, ha sido, en líneas generales, de desconcierto. Muchos analistas occidentales han supuesto que el país y sus actores políticos no han cambiado en los últimos 20 años y que no solo se produciría la mencionada ilegalización, sino que incluso cabría la posibilidad de un golpe de Estado militar. Pero los países se transforman a lo largo del tiempo, porque lo hacen sus sociedades, sus economías, sus circunstancias internacionales. Incluso las grandes potencias actúan de forma diferente y cambian sus objetivos. Así, un golpe militar turco hubiera resultado azaroso en sus resultados sin conocer quién mandará en la Casa Blanca y qué objetivos perseguirá en la zona el nuevo presidente norteamericano. Por otra parte, la Unión Europea presionó lo suyo para que el Tribunal Constitucional turco no llevara a cabo la ilegalización del partido en el Gobierno.

Pero, sobre todo, ha quedado en el aire la falsa idea de que el Gobierno islamista moderado ha tenido parte de la culpa de lo sucedido por haber detenido las reformas modernizadoras que deberían llevar a Turquía al seno de la UE dentro de una década. Y en eso, muchos comentaristas occidentales se han dejado llevar por la campaña en los medios de la oposición derechista al Gobierno (la que se suele denominar "laica").

Ciertamente, durante los cuatro meses que duró esta última crisis, el Gobierno detuvo algunas reformas en política interior, so pena de que el Tribunal Constitucional las considerara un ataque a la patria o a la laicidad del Estado, conceptos que el establishment autodefinido como "kemalista" tiende a identificar entre sí, según le conviene. Se ha mencionado mucho que el Gobierno provocó las iras de los jueces al aprobar en el Parlamento la ley que posibilitaba el acceso a la universidad de las estudiantes musulmanas con türban o pañoleta. En cambio, se evita mencionar que el Gobierno de Erdogan también impulsó la reforma del polémico artículo 301 del Código Penal, que establecía una pena de hasta tres años de cárcel por insultar la "identidad turca", la República y los órganos e instituciones del Estado. Y esa medida, que nada tiene de islamista, sí que concitó las iras de los sectores nacionalistas laicos.

Pero, sobre todo, a lo largo de los últimos meses, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan impulsó un cambio espectacular en política exterior. Se habló mucho del eficaz protagonismo turco en las negociaciones de paz entre sirios e israelís, precedido, en el 2006, por el reconocimiento diplomático de Israel por Pakistán, también promovido por la diplomacia de Ankara. Sin embargo, se ha pasado muy de puntillas sobre el desbloqueo del conflicto chipriota. Es cierto que en parte fue debido a la victoria del grecochipriota y comunista Christofias en las presidenciales de febrero. Pero los turcos reaccionaron con presteza, y lo que hace un par de años era contemplado como un escollo insalvable en el camino de Turquía hacia la UE, ahora está en vías de solución y, por lo tanto, ha sido olvidado por la prensa.

Algo muy similar ha sucedido con el conflicto armenio-turco, que solo algunos periodistas, como
Andrés Mourenza, colaborador de este periódico, han seguido con atención desde Estambul. Al menos ya desde el pasado otoño, el Gobierno de Erdogan había iniciado contactos discretos con las autoridades de la República de Armenia. Desde entonces se mantuvieron reuniones diplomáticas secretas con armenios, georgianos y azerbaiyanos en febrero; y finalmente, en abril, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Alí Babacan, dijo públicamente que Turquía abogaba por normalizar las relaciones bilaterales con Armenia. Por fin, ya en verano, el nuevo presidente armenio, Serge Sarkisian, cursó una invitación diplomática a su homólogo turco, Abdulá Gül, para que asistiera en Ereván al partido de clasificación para el Mundial de fútbol de Suráfrica del 2010 que enfrentará a las selecciones de ambos países el próximo 6 de septiembre.

Por lo tanto,el Gobierno de Erdogan ha estado trabajando de firme en desbloquear el otro gran conflicto exterior de Turquía. Analistas occidentales poco favorables a la candidatura turca a la UE insisten en ligar esta cuestión al reconocimiento del genocidio armenio de 1915 por el Gobierno turco, aunque se trata de dos cuestiones diferentes. El restablecimiento de las buenas relaciones con Armenia sí que es un asunto que el Gobierno turco debe solucionar cara a Bruselas. No así la histórica polémica, muy utilizada por las numerosas instituciones políticas de la diáspora armenia en Occidente, cada una con sus propios intereses.

En cualquier caso, debe recordarse que en los últimos meses, la diplomacia turca, muy bregada en situaciones difíciles, porque así es la posición geoestratégica de su país, ha demostrado a Bruselas dónde reside uno de los activos principales de la candidatura turca. Y quizás algún día se reconozca que contribuyó a evitar el descarrilamiento político del país en unos momentos muy delicados.

* Profesor de Historia Contemporánea en la UAB. Autor del libro El turco. Diez siglos a las puertas de Europa.

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lunes, agosto 18, 2008

Dos cadáveres en busca de parentesco
















Una fotografía que fue portada en diversos diarios occidentales durante la reciente crisis de Osetia del Sur-Georgia. Muestra los efectos de un bombardeo ruso sobre la localidad georgiana de Gori. Un hombre sin camisa abraza desesperado a lo que parece ser una víctima del ataque, supuestamente su hermano. Los informativos enfatizaron una y otra vez que Gori es la patria chica de Stalin, dictador que, por cierto, fue pionero en la manipulación masiva de los medios de comunicación soviéticos, incluyendo algunas conocidas fotografías retocadas para denigrar o simplemente, eliminar a sus adversarios. Veamos a continuación un homenaje (supuestamente involuntario) del fotógrafo al venerado antepasado.






A continuación, las dos tomas (del fotógrafo georgiano David Mdzinarishvili) marcadas con el logotipo de Reuters, dan la clave de la manipulación. Si el lector no logra ampliarlas, puede encontrarlas a mayor tamaño, con el comentario en inglés en esta dirección.


En la foto inferior vemos el cadáver con camisa a cuadros, pero tumbado boca abajo. Un hombre vestido enteramente en tonos oscuros contempla el cuerpo. Pues bien, ese personaje, marcado con un círculo verde, es el mismo que posterioremnte aparece abrazado al muerto, pero ya sin camisa y con unos pantalones azules (¿tejanos?) que en apariencia le vienen anchos. Además, lucen curiosamente limpios.























En esta fotografía intermedia, muestra al personaje que finalmente abraza al cadáver sacándose la camiseta, pero ya vistiendo los tejanos. Obsérvese que las zapatillas deportivas parecen ser las mismas que cuando vestía de oscuro.

A contiuación, la escena es fotografiada desde distintos ángulos e incluso con protagonistas diversos. Parece como si alguien hubiera añadido una manta amarilla para lograr un toque de contraste cromático:




















Al parecer existe otro intento de producir una fotografía desgarrada, que no cuadra. Tomemos de nuevo y como punto de partida la foto de encuadre general, la que parece iniciar la serie (inicialmente, la agencia hacía referencia en su portal a la "retirada de muertos" en Gori, obviando la mano del herido que se aferra al sanitario):




Si el lector observa el recuadro rojo del fondo de la fotografía y algunos de los restos dispersos por el suelo y marcados con números, podrá comprobar dónde se hizo la siguiente fotografía:




Así, tenemos aquí de nuevo al protagonista de las otras tomas, con la combinación de tejanos, la camiseta que luego se sacará y la camisa azul oscuro con la que aparece en las primeras fotos.



Por lo tanto, se puede deducir que estamos ante una sesión de posados, buscando interesadamente la combinación de mayor impacto a partir del mismo modelo inicial. Lo interesante del caso es que hace dos años por estas mismas fechas, el fotógrafo libanés Adnan Hajj fue despedido de Reuters por oscurecer y aumentar la nube de humo sobre Beirut, producto de los bombardeos israelíes, lo cual generó una importante polémica en la profesión.



Último ejemplo, éste más sintético, de la misma praxis. En el portal de Reuters puede encontrar esta foto con el pie siguiente: "Georgians stand next to the body of their son in the town of Gori, 80 km (50 miles) from Tbilisi, August 9, 2008":



Sin embargo, no fue esa la primera toma de la escena, sino ésta:




Como se puede percibir con claridad a partir de los puntos de referencia marcados en la foto, el cadáver fue trasladado varios metros, aparentemente por motivos de iluminación o composición. Mientras tanto, los supuestos padres parecen haber posado siguiendo las indicaciones del fotógrafo, pasando de la dramática gestualización de la primera foto a otra más comedida. Pero sobre todo, cabe preguntarse qué padres permitirían la manipulación del cadáver de su hijo, arrastrado entre el polvo y los restos del ataque pero mantenido en la misma ignominiosa postura a mayor gloria del fotógrafo.

¿Quiere decir esto que los bombardeos rusos sobre Gori fueron una engañifa? No, por supuesto. Pero lo cierto es que un profesional de la fotografía hizo unas tomas manipulando la realidad, fabricándola de hecho. Esas escenas, distribuidas masivamente por una empresa de prestigio, han aportado su granito de arena político al conflicto. En este caso, es posible que el montaje termine por dañar la causa que decía defender; y de paso, una vez más, la imagen de la profesión periodística. Tampoco es nada tan nuevo, cierto: la verdad es la primera víctima de todas las guerras, según afirmó el congresista demócrata estadounidense, Hiram Johnson, en 1917.



Pero lo que si es novedoso es la actual capacidad que posee el consumidor de medios de comunicación para defenderse del engaño. Como dijo en cierta ocasión Ignacio Ramonet, "informarse es trabajar". También lo es reclamar, debatir, opinar. Como simples consumidores solemos quedar, con mucha frecuencia, en manos de un negocio que mueve cientos de millones de euros y cuya dureza, también hay que decirlo, se ha cobrado muchas víctimas entre los mismos profesionales de la fotografía.

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domingo, agosto 17, 2008

Vladimir Putin´s mastery checkmates the West















Posted by Yuri Mamchur

From The Times
August 14, 2008


Vladimir Putin's mastery checkmates the West

Russia has been biding its time, but its victory in Georgia has been brutal - and brilliant

Michael Binyon

The cartoon images have shown Russia as an angry bear, stretching out a claw to maul Georgia. Russia is certainly angry, and, like a beast provoked, has bared its teeth. But it is the wrong stereotype. What the world has seen last week is a brilliant and brutal display of Russia's national game, chess. And Moscow has just declared checkmate.

Chess is a slow game. One has to be ready to ignore provocations, lose a few pawns and turn the hubris of others into their own entrapment. For years there has been rising resentment within Russia. Some of this is inevitable: the loss of empire, a burning sense of grievance and the fear that in the 1990s, amid domestic chaos and economic collapse, Russia's views no longer mattered.

A generalised resentment, similar to the sour undercurrents of Weimar Germany, began to focus on specific issues: the nonchalance of the Clinton Administration about Russian sensitivities, especially over the Balkans and in opening Nato's door to former Warsaw Pact members; the neo-conservative agenda of the early Bush years that saw no role for Russia in its global agenda; and Washington's ingratitude after 9/11 for vital Kremlin support over terrorism, Afghanistan and intelligence on extremism.

More infuriating was Western encouragement of “freedom” in the former Soviet satellite states that gave carte blanche to forces long hostile to Russia. In the Baltic states, Soviet occupation could be portrayed as worse than the Nazis. EU commissioners from new member states could target Russian policies. Populists in Eastern Europe could ride to power on anti-Russian rhetoric emboldened by Western applause for their fluency in English.

Nowhere was such taunting more wounding than in Ukraine and Georgia, two countries long part of the Russian Empire, whose history, religion and culture were so intertwined with Russia's. Moscow tried, disastrously, to check Western, and particularly American, influence in Ukraine. The clumsy meddling led to the Orange Revolution.

Georgia was a different matter. Relations were always mercurial, but Eduard Shevardnadze, the wily former Soviet Foreign Minister, knew how to keep atavistic animosities in check. Not so his brash successor, Mikheil Saakashvili. From then on, hubris was Tbilisi's undoing.

It was not simply the dismissive rhetoric, the open door to US advisers or the economic illiteracy in forgetting dependence on Russian energy and remittance from across the border; it was the determined attempt to make Georgia a US regional ally and outpost of US influence.

Big powers do not like other big powers poaching. This may not be moral or fair but it is reality, and one that underpins the Security Council veto. The Monroe Doctrine - “hands off the Americas” - has been policy in Washington for 200 years. The US is ready to risk war to keep out not only other powers but hostile ideologies - in Cuba and Nicaragua.

Vladimir Putin lost several pawns on the chessboard - Kosovo, Iraq, Nato membership for the Baltic states, US renunciation of the ABM treaty, US missiles in Poland and the Czech Republic. But he waited.

The trap was set in Georgia. When President Saakashvili blundered into South Ossetia, sending in an army to shell, kill and maim on a vicious scale (against US advice and his promised word), Russia was waiting.

It was not only Mr Saakashvili who thought that he had the distraction of the Olympics to cover him; the Kremlin also knew that Mr Bush was watching basketball, and, in the longer term, that the US army was fully engaged in Iraq and Afghanistan. From the day that the Russian tank brigade raced through the tunnel into South Ossetia, Russia has not made one wrong move. Mr Bush's remarks yesterday notwithstanding, In five days it turned an overreaching blunder by a Western-backed opponent into a devastating exposure of Western impotence, dithering and double standards on respecting national sovereignty (viz Iraq).

The attack was short, sharp and deadly - enough to send the Georgians fleeing in humiliating panic, their rout captured by global television. The destruction was enough to hurt, but not so much that the world would be roused in fury. The timing of the ceasefire was precise: just hours before President Sarkozy could voice Western anger. Moscow made clear that it retained the initiative. And despite sporadic breaches - on both sides - Russia has blunted Georgian charges that this is a war of annihilation.

Moscow can also counter Georgian PR, the last weapon left to Tbilisi. Human rights? Look at what Georgia has done in South Ossetia (and also in Abkhazia). National sovereignty? Look at the detachment of Kosovo from Serbia. False pretexts? Look at Ronald Reagan's invasion of Grenada to “rescue” US medical students. Western outrage? Look at the confused cacophony.

There are lessons everywhere. To the former Soviet republics - remember your geography. To Nato - do you still want to incorporate Caucasian vendettas into your alliance? To Tbilisi - do you want to keep a President who brought this on you? To Washington - does Russia's voice still count for nothing? Like it or not, it counts for a lot.

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viernes, agosto 15, 2008

Georgia: una rosa con demasiadas espinas


















Mapa del viejo proyecto de Piłsudski, 1919-1920. Nadie podría imaginarse que una idea así iba a ser reeditada en pleno siglo XXI con apoyo norteamericano. Pinchar en la imagen para obtener una versión ampliada


Apenas ha transcurrido algo más de una semana desde que las tropas georgianas lanzaran una ofensiva en fuerza, preparada con antelación, contando con mercenarios o tropas auxiliares no extranjeras y puesta en marcha, con premeditación y alevosía, para el 7 de agosto de 2008, día en que se inauguraban los Juegos Olímpicos de Pekín.

Desde entonces, ya se pueden extraer algunas conclusiones. Una parte figuran en el artículo que se reproduce a continuación, publicado por "El País" el pasado 14 de agosto. Aquí sólo se añaden algunas notas adicionales a partir de los acontecimientos en las últimas 48-72 horas

1. Parece confirmarse que el ataque lanzado por Saakashvili tomó a Washington por sorpresa. Mientras se producía el contraataque ruso que llegaba hasta el corazón de Georgia, el presidente Bush apenas atinaba a hacer despistadas declaraciones desde Pekín, con lenguaje más que moderado. Justamente cuando el asalto ruso se detuvo y la diplomacia europea entró en acción, el equipo Bush empezó a ladrar: amenazas, desplantes, desafíos y todo un despliegue de actitudes prepotentes, cuando lo peor ya había pasado; el vocerío orquestado desde Washington crece más y más conforme los rusos se retiran de territorio georgiano.


















El caudillo Piłsudski... que no es tal, sino un fotomontaje que incorpora la cara del actual presidente, Lech Kaczyński, al conocido retrato histórico. Un buen resumen del ambiente de nacionalismo imperante en algunas repúblicas del Este, que permite soñar con anacrónicos proyectos hegemónicos

2. La administración Bush está realmente en un serio aprieto: o bien admite que el ataque contra Osetia del Sur fue organizado con su apoyo y conocimiento previo; o reconocen abiertamente que no sabían nada. Mal en ambos casos.

En el primero, porque ello supondría asumir que utilizaron a su aliado y protegido georgiano como carne de cañón, sabiendo perfectamente que no lo iban a respaldar y que los rusos descargarían toda su fuerza sobre él.

Pero admitir que no sabían nada es hacer un ridículo espantoso: la superpotencia que lleva cosechando reveses en Irak y Afganistán a lo largo del último lustro, ni siquiera controla a un pequeño aventurero de opereta, que cuando las cosas le fueron mal, sólo supo organizar histéricas escenificaciones victimistas: denuncias de que los tanques rusos marchaban sobre Tiflis (incluso cuando ya había llegado Condoleezza Rice) intentando provocar oleadas de fugitivos de su propio país, o pérdida de nervios ante las cámaras de televisión tras confundir, quizá, una mosca veraniega con un ataque aéreo ruso.

Por lo tanto, no es de extrañar todo ese ruido que organizan los medios de comunicación americanos, las denuncias que hace cuatro días no servían contra los israelíes pero ahora sí contra los rusos, reutilizando en beneficio propio los argumentos rusos (¡o serbios!) sobre Kosovo y, sobre todo, escondiendo bajo un montón de alfombras al impresentable Saakashvili, ante la sospecha de que pudo haber actuado no ya como reflejo de su mote habitual ("osito Misha") sino por influencia del estreno veraniego "Kung Fu Panda"


3. La patética imagen que ofrece la Casa Blanca, contrasta cada vez más con el aplomado papel que están asumiendo Bruselas y algunas potencias europeas con pleno permiso de Moscú. Angela Merkel fue a territorio ruso y protestó ante las cámaras y los dirigentes de allí sin ningún problema. Sarkozy negoció el alto el fuego. Curiosamente, Gordon Brown no apareció todavía en la foto. En realidad, no deja de tener su interés que ni la canciller germana ni el premier británico estuvieran presentes en la inauguración de los JJOO en Pekín, el 7 de agosto pasado.

4. Por lo tanto, la crisis está acercando a Europa y Rusia. En realidad es una tendencia lógica que se ha ido poniendo de manifiesto este mismo verano, tras prolongarse el acuerdo básico de cooperación Rusia-UE y sobre todo, la cumbre de Janty-Mansiisk, Siberia Occidental, en junio pasado. Las relaciones serán (o querrán verse) como poco cordiales o incluso templadas, pero se basan sobre realidades tangibles. Grosso modo, los intercambios comerciales entre Rusia y la UE son más de siete veces mayores que los mantenidos entre los Estados Unidos y Rusia. Como afirmaba el analista francés Emmanuel Todd hace ya casi siete años: "Implícitamente, lo que Rusia ofrece a Europa es un contrapeso a la influencia norteamericana en el plano militar y la seguridad de sus suministros energéticos. La oferta es tentadora".














Antes... El presidente Saakashvili ante un mapa del Cáucaso occidental y junto a un oficial de alta graduación del Ejército georgiano. Era el momento de los planes y las ambiciones

Claro está que la propaganda norteamericana intenta dividir a los europeos enfatizando el concepto "dependencia" en los intercambios entre Rusia y la UE. Pero hemos de recordar dos datos esenciales:

4.1. El primero es que Rusia cubre 1/3 de su PIB con los beneficios del petróleo y el gas. Es una cifra record a escala mundial, que hace de esos ingresos algo vital para que el gobierno pueda ir restañando las deudas y desastres generados por el proceso de descomposición de la URSS y la era Yeltsin.

4.2. Rusia vende la gran mayoría de su gas y su petróleo a Europa.

4.3. Esos datos suponen que Rusia tiene mucha necesidad de los fuertes euros europeos, y más ahora que compiten de tú a tú con los dólares USA en el mundo. Y ningún país que venda sus productos en tales proporciones y régimen preferencial se aplica alegremente boicots masivos contra sus clientes, destrucción de mercados, etc. Por lo tanto, va siendo hora de sopesar el alcance real de pánicos fomentados y simples cuentos de viejas.













...Y después. Condi Rice llega a Tiflis para apoyar a un Saakashvili que empieza a ser un visible estorbo. "¿Qué ha pasado aquí?". Significativamente, la enviada especial USA se reunió primero con los oficiales norteamericanos al mando del dispositivo militar de ayuda (presuntamente) humanitaria


5. Se confirma el buscado protagonismo de ucranianos, polacos y bálticos en la crisis georgiana, configurando lo que algunos comentaristas comienzan a llamar los "Rogue EASTates" (los "gamberros" o "bribones" del Este). El pasado día 13, una troupe compuesta por el primer ministro de Letonia, Ivars Godmanis, y los presidentes de Ucrania, Víktor Yúschenko, Lituania, Valdas Adamkus, Estonia, Toomas Hendrik Ilves y Polonia, Lech Kaczynski, aterrizaron en Azerbaiyán y se dirigieron a Tiflis "para apoyar" a Mijeil Saakashvili. Esto prueba que el viejo proyecto de Piłsudski no sólo quiere hacerse realidad, sino que sus protagonsitas se lo creen. Algo así como si España soñara con recuperar influencia directa en Cuba y Filipinas pensando que vivimos en 1900.

Lo peor de todo ello es que la liga de los pequeños cristianos del Este no parece que vaya a tener utilidad real para nadie, ni siquiera para ellos mismos. En su empeño por complicar las relaciones entre Moscú y Bruselas en base a las viejas obsesiones y deudas nacionalistas con más de cien años de vida, pueden acabar favoreciendo la puesta en marcha definitiva de la UE de dos velocidades, retrasar el ingreso de Ucrania y los caucásicos muchos años más y terminar siendo un serio problema para su mentor norteamericano. No olvidemos que Ucrania comercia de froma preferente con la UE y con Rusia, y sólo una ínfima parte de sus intercambios van o llegan de los Estados Unidos.





















Bush y Putin discuten sobre la situación en Osetia del Sur en un aparte, durante los JJOO de Pekín. Eran los momentos iniciales de la crisis, y el presidente norteamericano solía exhibir una cara de desconcieto que recordab a la de los primeros momentos tras los atentados del 11-S





6. Conviene tener siempre presente que además de los actores políticos tradicionales (gobiernos, partidos, parlamentos) juegan también su papel en la escena geoestratégica internacional otros muchos, como: medios de comunicación, compañías petrolíferas, bancos, empresas de armamento y, hoy en día, incluso agentes privados que operando en solitario pueden obtener su cuota de beneficio propio sin importar demasiado el daño colateral que puedan hacer y sin que resulte fácil controlarlos. Además, unos y otros intereses pueden estar total o parcialmente interrelacionados, complicando todavía más las interpetaciones. Por ejemplo, ¿sabían ustedes que Condoleezza Rice ha suido definida como una "Chevron lady" en referencia a sus vínculos con la multinacional petrolera?: Entre 1989 y 1992 estuvo en su consejo de administración como experta en Kazajstán.





7. Muchos analistas desean creer que estamos ante una nueva Guerra Fría. Por inercia mental, por incapacidad para entender la nueva situación mundial, por simple efecto rejuvenecimiento, el espejismo gana adeptos. Por supuesto, la actual administración en Washington está interesada en abonar esta fición, aunque procura que no se le vaya demasiado de las manos, porque los negocios e intereses que se mantienen con Rusia son muchos y muy lucrativos.





En realidad, la supuesta nueva Guerra Fría no es sino la señal de que la verdadera contienda bipolar queda muy lejos y ya no volverá. Es característico de las épocas de transición la reaparición del efecto "starting over", "vuelta a punto de partida", etc. Se vivió en España tras la muerte de Franco, cuando en 1976 y 1977 muchos creyeron que el reloj de la historia había vuelto a pomerse a cero en 1936-1937. En Yugoslavia se vivió trágicamente en 1991, cuando para muchos se produjo un retorno a 1941. En Europa oriental -por ejemplo en Polonia- se sigue viviendo el espejismo del regreso a 1939 ó 1918, según convenga. Ahopra, para los Estados unidos, estamos en 1948. Pero todo ese revival marca, tan sólo, el preciso momento de apoyar el pie en algo conocido antes de tomar carrerilla y dar el salto al vacío de lo desconocido y lo por venir.



















Un miliciano de Osetia del Sur, encaramado a un automóvil con matrícula del territorio separatista. Los medios de comunicación occidentales han evitado cuidadosamente emitir determinadas fotografías. En este conflicto, los rebeldes nacionalistas no existen, a diferencia de lo acaecido durante la cobertura de los conflictos ex yugoslavos.




8. Y por último, se revela ahora uno de los efectos positivos de la negativa española a reconocer la autodeterminación de Kosovo. Ahora, el gobierno de Madrid no tendrá que hacer difíciles equilibrios para evitar el reconocimiento de Osetia y Abjasia como estados soberanos, ni tendrá que enfrentarse a Moscú por ello y a convenciencia norteamericana, como no les quedará más remedio que hacer a otros.






ERRATA




Una última cuestión: en el diario "El País" se comente sistemáticamente la errata de escribir mal el nombre del presidente armenio, que es Mijeíl, con "e", no "Mijaíl", que es la forma rusa. Llama la atención que incluso la biografía on line se encabece, todavía a estas alturas, con el nombre de pila mal escrito. En la reproducción del artículo que viene a continuación se ha corregido esa falta, que el autor no cometió en origen.
















Mapa del recorrido del BTC. Obsérvese el amplio arco de su trazado occidental para discurrir por Georgia. Lo mismo ocurre con los demás conductos estratégicos en la zona: todos evitan el paso por Armenia



Una rosa con demasiadas espinas

FRANCISCO VEIGA 14/08/2008

Los acontecimientos de días pasados en Georgia y Osetia del Sur han sorprendido, por varias razones. Pero sobresale una en particular: ¿dónde está el sentido real de un conflicto tan explosivo? Por mucho que se haya intentado echar tierra sobre el asunto, todo empezó cuando tropas georgianas, equipadas y entrenadas en parte por norteamericanos, europeos e israelíes, se lanzaron a invadir o castigar al territorio de Osetia del Sur, que desde hace tiempo se autoproclamó independiente de Georgia y cuenta con el apoyo de Rusia. El ataque comenzó por sorpresa y en fuerza el mismo día de la inauguración de los Juegos Olímpicos, cuando los principales mandatarios mundiales estaban en Pekín.

A priori, la operación militar georgiana no tenía sentido, porque hubiera implicado limpieza étnica de población osetia y era de esperar una contundente respuesta militar rusa. Y Moscú lo hizo, con ganas. Desde su misma llegada al poder en virtud de la denominada Revolución de la Rosa, en noviembre de 2003, el presidente Saakashvili fue un peón de la Administración de Bush. Por su parte, los norteamericanos respaldaron la candidatura de Georgia a la OTAN y con pasión.

La iniciativa formaba parte de la reactivación de un viejo proyecto diseñado por el presidente y caudillo polaco Józef Pilsudski en los años veinte del pasado siglo: un cinturón de estados antirrusos de Europa oriental, con centro en Polonia y compuesto además por los países bálticos, Ucrania y Georgia; la nueva versión siglo XXI parece tener la marca del muy influyente analista norteamericano, de origen polaco: Zbigniew Brzezinski.

Y sin embargo, los mismos norteamericanos, comenzando por su presidente, quedaron descolocados ante lo sucedido estos días en Osetia del Sur. Es dudoso que esperaran una acción como la desencadenada por Saakashvili y mucho menos, que la alentaran. Llegados a este punto, y ante lo sucedido en Osetia del Sur y Georgia, cabe hacerse la obligada pregunta clarificadora: ¿qui prodest? ¿a quién beneficia?

Aparentemente, a los rusos, quienes se han sacado una espina que llevaban clavada desde 1991: han dado una respuesta simbólica bien contundente al asunto de Kosovo y en los mismos términos en que lo planteó Washington en su día. Y de paso han dejado malparados los planes para la ampliación de la OTAN por las repúblicas ex soviéticas, que iniciaron las denominadas revoluciones de colores entre 2003 y 2005. Por otra parte, Moscú ha cedido un protagonismo diplomático a Bruselas que le ha negado a Washington, lo que consolida una tendencia en el acercamiento Europa-Rusia ya anticipada por el analista francés Emmanuel Todd hace más de un lustro.

Pero la partida también se ha jugado desde otras mesas. Aunque la prensa occidental pasó de puntillas sobre el asunto y las instituciones diplomáticas mucho más que eso, Turquía y Armenia buscan desde hace meses un acercamiento que llevaría a la reconciliación entre ambos países, arreglaría el contencioso de Nagorno-Karabaj con Azerbaiyán y de paso estabilizaría el Cáucaso en su función de corredor energético entre el mar Caspio y Europa.

Esos tanteos se llevan en el mayor de los secretos, aunque es sabido que se han producido reuniones importantes, entre representantes armenios, georgianos, azeríes y turcos. Uno de los asuntos más delicados de esas negociaciones son los acuerdos sobre los corredores energéticos que unirán al Caspio con Europa.














El BTC es muy importante para los intereses occidentales, porque cortocircuita el, hasta hace poco, monopolio ruso de transporte de gas y petróleo desde el Caspio. El BTC fue inaugurado en al primavera de 2005 y tuvo mucho que ver con la admisión de Turquía como candidata formal a la UE


De momento, el oleoducto BTC es la pieza más importante de ese dispositivo que debería ser una alternativa al suministro de energía desde y en manos rusas, dado que su recorrido transcurre por Azerbaiyán, Georgia y Turquía. Sin embargo, se ha podido comprobar que desde 1991, fecha de su independencia, Georgia ha sido un compendio de problemas más que de soluciones: inestabilidad política, guerra civil, separatismos. Además, tiene frontera con Chechenia y una tortuosa conexión con su conflicto a través del Valle del Pankisi. Pero sobre todo, el BTC hace un largo recorrido extra por el hecho de pasar por Georgia... evitando Armenia. Lo cual, además, lo deja muy expuesto a conflictos.

Hasta el momento, el hecho de que esta república fuera un satélite de Rusia y estuviera enfrentada a Turquía, la excluyó de los negocios energéticos en la zona. Pero las cosas cambiaron, y quien se convirtió en estorbo para casi todos fue el volátil presidente georgiano, Mijeíl Saakashvili. La insistencia de Bush en apadrinarlo hasta el final, incluso le estaba creando problemas a algunos países de la UE, cuyas compañías petrolíferas son accionistas importantes en el BTC.

Además deben añadirse los desencuentros entre Bruselas y Washington por los numerosos errores estratégicos de la Administración de Bush, y otros problemas de gran calado, como es el origen de la actual crisis económica internacional. Por lo tanto, si dentro de unos meses el BTC fuera rediseñado, atravesando Armenia, la situación cambiaría radicalmente en la zona: menor recorrido y más seguro, estabilización del Cáucaso contando con Armenia y alejamiento de la presión de Washington en esos muy delicados asuntos europeos. Eso es un qui prodest respondido. Ahora falta saber la verdad de cómo y por qué Mijaíl Saakashvili se metió en la boca del lobo aquel 7 de agosto de 2008.

Francisco Veiga es profesor de Historia Contemporánea en la UAB.

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