Labă tristă (1)
El presidente Medvedev anuncia que Moscú reconoce la autoproclamada independencia de Osetia del Sur y Abjasia. ¿Y ahora qué?
1. Breve pero necesaria introducción
“Labă tristă” es una expresión rumana que se puede traducir literalmente al castellano. Significa: “paja triste”. En este post, hace referencia a la esencia del engallado pero cacofónico debate que ha prendido en Occidente a raíz de la breve guerra ruso-georgiana. Ante las situaciones de crisis internacional ocurre lo mismo que con algunas enfermedades: cuando existen diversos medicamentos para paliarlas pero ninguno las cura, es que los médicos no saben cómo hacerlo.
Hasta el momento, Washington y la OTAN han vuelto a meter la pata en la escena internacional. La incapacidad en asumir los propios fallos ha contribuido a la inexistencia de una solución eficaz. Los rusos se han llevado el gato al agua y de paso, a los norteamericanos; y a éstos y la corte de pequeños pero fervientes aliados que todavía apoyan la gestión de la moribunda y rematada administración Bush, sólo les cabe, de momento, la “labă tristă”. Cuando más se insista en impresionar con el patético exhibicionismo de la impotencia, más triste resultará.
2. "Si no puede solucionar un problema, es porque sigue las reglas del juego”[i] (y además, es posible que se haya equivocado usted de juego)
A veinte días de que comenzara la crisis del Cáucaso, es momento de hacer un nuevo balance de la situación. Los medios de comunicación occidentales tienden ahora a seguir la pauta que marcan las grandes agencias norteamericanas y ello supone no salir de los circuitos cerrados marcados desde el principio consistentes en: a) meter bajo la alfombra lo que no interesa recordar; b) negar lo evidente; c) mantener y aplicar todos los dobles raseros que sean necesarios; d) en líneas generales: recurrir a la tozudez y la contumacia, dado que no existen instrumentos argumentales mínimamente válidos para justificar la ineficacia (que a su vez es producto de la anterior falta de ideas, dobles raseros, contumacia....)
Hace un año: marinos norteamericanos instruyen a sus colegas georgianos sobre cómo registrar un barco, durante unas maniobras en el puerto de Batumi, Georgia, el pasado 5 de septiembre de 2007. La instrucción se realizó a bordo del USS Donald Cook. Los marinos van armados con poco intimidantes subfusiles de instrucción
Podemos tomar como elemento de referencia la edición de “El País” de ayer mismo, 27 de agosto, 2008. No porque ese periódico lo haya hecho particularmente mal o bien, sino porque sigue siendo el primer rotativo español y constituye un ejemplo de referencia suficientemente válido; pero podría haberse recurrido a casi cualquier otro.
En este caso, parece que tras haber regresado de las vacaciones una buena parte de la redacción y plantilla de opinadores la dirección editorial decidió tomar partido claro en el asunto. Quizás haya tenido mucho que ver con el hecho de que el presidente Zapatero deberá acudir el 1º de septiembre a Bruselas para participar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos convocada de forma extraordinaria por el presidente de turno de la Unión, el francés Nicolas Sarkozy, a fin de abordar la crisis entre Rusia y Georgia. Posiblemente, y quizás ante el temor de que sus propuestas sean demasiado conciliadoras, el diario, muy crítico con su gestión últimamente, decidió enviar un aviso para navegantes (justamente ahora que los agresivos puntos de vista antirrusos en los noticiarios españoles de TVE y Canal CNN+ se están moderando en los últimos días). Pero también estamos ante la clásica maniobra comercial de la prensa: se trata de vender noticias, los argumentos han de estar claros, los buenos han de quedar perfectamente identificados, y los malos también. Y ahora tenemos, cotidianamente: rusos malos y noticias de accidentes aéreos en todo el mundo; adiós a la guerra internacional contra el terrorismo y la violencia de género. Hay que vender y el producto "informativo" se deteriora muy rápido en los mostradores
Repasemos titulares como punto de partida de los comentarios:
Han pasado casi siete años justos desde el 11-S y la administración Bush ni siquiera ha podido o sabido dar una respeusta política o estratégica a aquel desafío
a) “Rusia lanza un desafío mundial” (página 2): Aquí está de nuevo la grandilocuente retórica del New Order, bien conocida: la “comunidad internacional” que excluye a quien no esté de acuerdo con los Estados Unidos y la OTAN, los “desafíos mundiales” que no incluyen a China, Brasil, India, Bolivia… El desafío de Moscú va dirigido específicamente contra la estrategia de la OTAN dictada por los Estados Unidos, pero con la oposición de varios miembros importantes de la organización. Éstos serán los encargados de resolver la crisis (si pueden y saben cómo hacerlo), que en buena medida es responsabilidad suya, de ellos. Desafíos mundiales reales han sido, en los últimos años de la post Guerra Fría: el 11-S, la intervención en Afganistán de 2001 y la invasión de Irak en 2003 (que supuso el comienzo de importante desajustes financieros a escala internacional, comenzando por la subida sostenida en el precio del petróleo)
b) “Occidente acusa al Kremlin de violar todas las normas internacionales” (página 3) Continuando con las referencias en el párrafo anterior: la intervención en Irak sin contar con el apoyo de las Naciones Unidas, el respaldo a la autoproclamada independencia de Kosovo también sin ese aval… Unos y otros llevan muchos años violando una normas internacionales que ya nadie sabe dónde residen. Los bombardeos de la OTAN sobre Serbia y Kosovo, las tropas americanas en Irak, el asalto georgiano sobre Osetia del Sur y la respuesta rusa en Georgia, son ejemplos muy claros de adónde nos han llevado casi veinte años de intentar construir un New Order unilateralista siguiendo patrones básicamente norteamericanos.
En realidad, mirando las cosas con una cierta perspectiva, sin tanto llanto y crujir de dientes del más puro estilo fariseo, lo cierto es que hasta el momento Rusia está siendo una superpotencia mucho más previsible que los Estados Unidos. Rusia surgió de la desintegración de la URSS sin guerras civiles ni peligrosas inestabilidades y su tejido social aguantó un profundo choque sin dar lugar a revoluciones. Además, Moscú aguantó todo tipo de desplantes y prepotencias occidentales en general y norteamericanas en particular, a lo largo de dieciocho años.
Mientras tanto, los Estados Unidos, intentando gobernar el mundo heredado del final de esa Guerra Fría, ha dejado tras sí un situaciones sin resolver en las crisis en las que ha intervenido desde 1991: Somalia, los Balcanes, Afganistán, Irak; en Georgia vamos camino de lo mismo. Además están las consecuencias financieras derivadas de la intervención en Oriente Medio, y la crisis de las subprime que ha desencadenado una crisis global; y lo que es peor, ni las autoridades norteamericanas ni sus expertos neocon parecen saber qué hacer para atajarla.
Copia de la carta de Paul Wolfowitz, por entonces Subsecretario de Defensa estadounidense, dirigida a los ministros de la UE solicitando que abandonasen el proyecto de sistema de posicionamiento Galileo (directo competir del GPS norteamericano) porque entendía que supondría serios problemas para la OTAN, diciembre 2001. Fuente: Wikipedia
Por lo tanto, aquí estamos los europeos, atentos cada cuatro años a conocer quién es el nuevo inquilino de la Casa Blanca, y a verlas venir. Hemos de respetar sin chistar la peculiar manera americana de resolver sus problemas y los de los demás; debemos entender y aceptar íntimamente sus peculiaridades políticas y culturales, sabiendo que, en último término, estamos a merced de dirigentes y policy makers que no siempre son los más apropiados; y de los designios de compañías e intereses que no podemos controlar, ni siquiera entender en muchas ocasiones. Ellos no van a cambiar ni hacer concesiones a Europa, seremos nosotros quienes deberemos pagar los platos que rompe la vieja superpotencia. Porque los EEUU ya no son el poder todopoderoso de hace medio siglo, dependiente sólo de sí mismo y por ello capaz de actuar como árbitro. Ahora necesita de la energía exterior para atende rsu consumo exterior sobrecalentado, está perdiendo peso claramente y actúa en función de intereses cada vez más egoístas. El juez tiene arte y parte, el bombero actúa a veces de pirómano, el árbitro de antaño es ahora el depredador.
En cambio, Rusia no depende del exterior, puede sobrevivir aislada, es una superpotencia europea y en conjunto resulta mucho más influenciable por Europa que los Estados Unidos. Si mantenemos el contacto con Rusia podremos abrir su cultura y su sociedad en el tránsito hacia un sistema más democrático; su economía también necesita de colaboración (no de colonización) para una mayor eficacia. Si nos enfrentamos a ella y nos encerramos en nuestros prejuicios, sólo conseguiremos retroceder en el tiempo, pero cuando lleguemos a 1914 ya no existirán los actores de entonces, sino otros. Por el camino de los túneles del tiempo nos haremos enemigos: de Rusia y luedo de los demás a los que perjudiquemos colateralmente a costa de… ¿qué?¿De proteger a pequeñas repúblicas gobernadas por Haiders y Berlusconis pero con créditos democráticos mucho más dudosos?
c) “¿Qué se puede hacer para frenar a Moscú?” Esta breve tira en página 3 es una verdadera mina de inconsistencias. El repaso a la batería de hipotéticas soluciones se resume, prácticamente en una sola: nada. De hecho, revelan la esencia del problema: la impotencia de la OTAN y la decadente administración Bush son la base justificativa principal del escatológico título de esta serie de post sobre la crisis del Cáucaso meridional.
c.1. Intervención en la ONU: ¿Después de haber evitado sistemática y arteramente a la ONU para poder atacar a Serbia en 1999, invadir Irak en 2003 y bendecir la autoproclamada República de Kosovo en 2008 (un total de nueve años de praxis oportunista) no les entra a ustedes la risa tonta ante la sugerencia de que los americanos pueden ir al Consejo de Seguridad o la Asamblea General para impedir que Rusia respalde la independencia de Abjasia y Osetia del Sur? Sobran más comentarios.
En cambio, tomen nota de la siguiente frase: “Las potencias occidentales deben medir sus pasos para evitar represalias rusas en el Consejo de Seguridad en temas como las sanciones en contra de Irán”. En un separado de otra pieza se resalta: “Se mantiene la cooperación [de la OTAN con Rusia] en Afganistán y en el grupo de trabajo sobre la no proliferación de armas de destrucción masiva”. Y claro, es que al final, los occidentales se han hipotecado hasta las cejas con los rusos y ahora quieren lo mejor de ambos mundos: que les respeten, pero no pagar las deudas ni atender a responsabilidades. Una postura muy propia de antiguo aristócrata empobrecido.
c.2. Exclusión de Rusia del G-8 o de la OMC ¿Quién saldría perdiendo más? La idea de que Occidente hace grandes favores a los nuevos miembros de sus flamantes organismos financieros, suelen olvidar importantes detalles: que estamos en crisis, que hay inversiones billonarias en Rusia, que están en marcha muy importantes programas de colaboración tecnológica entre Rusia y Europa…
El presidente Sarkozy visita a las tropas francesas en Afganistán para subir su moral tras las duras pérdidsas sufridas en una emboscada, tan sólo hace una semana
c.3. OTAN. “La opción de una respuesta militar es inconcebible de momento…” Es divertido ese “de momento”. ¿Marcharán los panzer sobre Moscú en la próxima primavera? ¿Una OTAN que no sabe cómo dejar atrás Afganistán y cuyos desmoralizados soldados han recibido duros golpes allí hace pocos días, está en situación de lanzar bravatas sobre respuestas militares?¿Ya han olvidado la matanza de civiles afganos de hace menos de una semana¿Los políticos y militares norteamericanos, socios principales de la OTAN, pueden soñar con golpes militares en Rusia cuando, en el mejor de los casos, retirarán sus tropas de Irak no antes de 2011?¿Cuando todavía tiene pendiente la captura de Bin Laden?¿Se olvidarán de su “inminente” campaña contra Irán?
c.4. Represalias a través de la UE, según el aplicado becario o becaria que estructuró el destacado. Al parecer, “existen varias opciones de reacción”, aunque el autor no detalla ninguna en concreto. Y al final, resulta que “las distintas visiones estratégicas entre los 27 países miembros” complican las acciones conjuntas. La idea es que se podrían cerrar algunos canales de diálogo, aislando a Moscú. Preguntas rápidas: ¿Cerrar unos canales y otros no, tras la oportuna y larga reflexión, es una manera eficaz de aislar a una potencia? Segunda: ¿La UE estaría realmente dispuesta a cancelar proyectos como los referidos a trabajos conjuntos de alta tecnología sobre sistemas de posicionamiento vía satélite, por poner sólo un ejemplo?¿Renunciará a la tecnología aeroespacial soviética, vital para las comunicaciones de la UE?¿Arruinará a los millones de pequeños inversores que tienen sus ahorros en fondos de inversión en Rusia?¿Se arriesgará Europa a que el precio del crudo y el gas suban más todavía, mucho más?¿Se ha enterado el columnista de “El País” de que estamos en época de recesión a escala mundial?¿Tiene la ligera idea de que Estados Unidos depende mayoritariamente para su abastecimiento de petróleo de Canadá, Méjico y Venezuela, a diferencia de los europeos?
c.5. Los Estados Unidos. ¿Qué piensan hacer los EEUU para frenar en seco a Rusia? Ellos son los principales agraviados. Pero el articulista de “El País” sólo atina a decir que “Washington baraja opciones”. Quizá la colaboración en materia nuclear; y entonces Rusia tendrá las manos libres para vender todo lo que desee a Irán. ¿Seguro que lo tinen tan claro en Washington, o seguirán barajando? En realidad, los americanos tendrán que rascarse mucho la cabeza para dar una respuesta satisfactoria a Moscú tras lo sucedido en Georgia. Primero porque fue culpa del aliado Saakashvili; después, porque si no se les ha ocurrido la respuesta hasta ahora, es que no la tienen (como ha ocurrido en todas las aventuras anteriores de Bush); y a continuación, porque la solución venderá de la mano del nuevo presidente, pero no de éste que se va (coda: aunque sea inconstitucionalmente imposible, adelantar la retirada de George W. Bush sí que ayudaría a la solución de la crisis, desde luego que sí).
En definitiva: la mejor manera de “frenar a Moscú” es no ponerlo en marcha. Ya resulta fatigoso crear problemas donde no los hay, sobre todo para tapar los errores garrafales de un socio incapaz, manteniéndolo después en el poder y alentándole a que siga haciendo lo que le de la gana. Pero además, intentar solucionar todo eso y de forma brillante es, simplemente empeñarse en adquirir todos los números de la rifa en la que al final te va a tocar el gran premio de la tómbola: una "máquina de escribir", es decir: un simple bolígrafo. Labă tristă.
“Labă tristă” es una expresión rumana que se puede traducir literalmente al castellano. Significa: “paja triste”. En este post, hace referencia a la esencia del engallado pero cacofónico debate que ha prendido en Occidente a raíz de la breve guerra ruso-georgiana. Ante las situaciones de crisis internacional ocurre lo mismo que con algunas enfermedades: cuando existen diversos medicamentos para paliarlas pero ninguno las cura, es que los médicos no saben cómo hacerlo.
Hasta el momento, Washington y la OTAN han vuelto a meter la pata en la escena internacional. La incapacidad en asumir los propios fallos ha contribuido a la inexistencia de una solución eficaz. Los rusos se han llevado el gato al agua y de paso, a los norteamericanos; y a éstos y la corte de pequeños pero fervientes aliados que todavía apoyan la gestión de la moribunda y rematada administración Bush, sólo les cabe, de momento, la “labă tristă”. Cuando más se insista en impresionar con el patético exhibicionismo de la impotencia, más triste resultará.
2. "Si no puede solucionar un problema, es porque sigue las reglas del juego”[i] (y además, es posible que se haya equivocado usted de juego)
A veinte días de que comenzara la crisis del Cáucaso, es momento de hacer un nuevo balance de la situación. Los medios de comunicación occidentales tienden ahora a seguir la pauta que marcan las grandes agencias norteamericanas y ello supone no salir de los circuitos cerrados marcados desde el principio consistentes en: a) meter bajo la alfombra lo que no interesa recordar; b) negar lo evidente; c) mantener y aplicar todos los dobles raseros que sean necesarios; d) en líneas generales: recurrir a la tozudez y la contumacia, dado que no existen instrumentos argumentales mínimamente válidos para justificar la ineficacia (que a su vez es producto de la anterior falta de ideas, dobles raseros, contumacia....)
Hace un año: marinos norteamericanos instruyen a sus colegas georgianos sobre cómo registrar un barco, durante unas maniobras en el puerto de Batumi, Georgia, el pasado 5 de septiembre de 2007. La instrucción se realizó a bordo del USS Donald Cook. Los marinos van armados con poco intimidantes subfusiles de instrucción
Podemos tomar como elemento de referencia la edición de “El País” de ayer mismo, 27 de agosto, 2008. No porque ese periódico lo haya hecho particularmente mal o bien, sino porque sigue siendo el primer rotativo español y constituye un ejemplo de referencia suficientemente válido; pero podría haberse recurrido a casi cualquier otro.
En este caso, parece que tras haber regresado de las vacaciones una buena parte de la redacción y plantilla de opinadores la dirección editorial decidió tomar partido claro en el asunto. Quizás haya tenido mucho que ver con el hecho de que el presidente Zapatero deberá acudir el 1º de septiembre a Bruselas para participar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos convocada de forma extraordinaria por el presidente de turno de la Unión, el francés Nicolas Sarkozy, a fin de abordar la crisis entre Rusia y Georgia. Posiblemente, y quizás ante el temor de que sus propuestas sean demasiado conciliadoras, el diario, muy crítico con su gestión últimamente, decidió enviar un aviso para navegantes (justamente ahora que los agresivos puntos de vista antirrusos en los noticiarios españoles de TVE y Canal CNN+ se están moderando en los últimos días). Pero también estamos ante la clásica maniobra comercial de la prensa: se trata de vender noticias, los argumentos han de estar claros, los buenos han de quedar perfectamente identificados, y los malos también. Y ahora tenemos, cotidianamente: rusos malos y noticias de accidentes aéreos en todo el mundo; adiós a la guerra internacional contra el terrorismo y la violencia de género. Hay que vender y el producto "informativo" se deteriora muy rápido en los mostradores
Repasemos titulares como punto de partida de los comentarios:
Han pasado casi siete años justos desde el 11-S y la administración Bush ni siquiera ha podido o sabido dar una respeusta política o estratégica a aquel desafío
a) “Rusia lanza un desafío mundial” (página 2): Aquí está de nuevo la grandilocuente retórica del New Order, bien conocida: la “comunidad internacional” que excluye a quien no esté de acuerdo con los Estados Unidos y la OTAN, los “desafíos mundiales” que no incluyen a China, Brasil, India, Bolivia… El desafío de Moscú va dirigido específicamente contra la estrategia de la OTAN dictada por los Estados Unidos, pero con la oposición de varios miembros importantes de la organización. Éstos serán los encargados de resolver la crisis (si pueden y saben cómo hacerlo), que en buena medida es responsabilidad suya, de ellos. Desafíos mundiales reales han sido, en los últimos años de la post Guerra Fría: el 11-S, la intervención en Afganistán de 2001 y la invasión de Irak en 2003 (que supuso el comienzo de importante desajustes financieros a escala internacional, comenzando por la subida sostenida en el precio del petróleo)
b) “Occidente acusa al Kremlin de violar todas las normas internacionales” (página 3) Continuando con las referencias en el párrafo anterior: la intervención en Irak sin contar con el apoyo de las Naciones Unidas, el respaldo a la autoproclamada independencia de Kosovo también sin ese aval… Unos y otros llevan muchos años violando una normas internacionales que ya nadie sabe dónde residen. Los bombardeos de la OTAN sobre Serbia y Kosovo, las tropas americanas en Irak, el asalto georgiano sobre Osetia del Sur y la respuesta rusa en Georgia, son ejemplos muy claros de adónde nos han llevado casi veinte años de intentar construir un New Order unilateralista siguiendo patrones básicamente norteamericanos.
En realidad, mirando las cosas con una cierta perspectiva, sin tanto llanto y crujir de dientes del más puro estilo fariseo, lo cierto es que hasta el momento Rusia está siendo una superpotencia mucho más previsible que los Estados Unidos. Rusia surgió de la desintegración de la URSS sin guerras civiles ni peligrosas inestabilidades y su tejido social aguantó un profundo choque sin dar lugar a revoluciones. Además, Moscú aguantó todo tipo de desplantes y prepotencias occidentales en general y norteamericanas en particular, a lo largo de dieciocho años.
Mientras tanto, los Estados Unidos, intentando gobernar el mundo heredado del final de esa Guerra Fría, ha dejado tras sí un situaciones sin resolver en las crisis en las que ha intervenido desde 1991: Somalia, los Balcanes, Afganistán, Irak; en Georgia vamos camino de lo mismo. Además están las consecuencias financieras derivadas de la intervención en Oriente Medio, y la crisis de las subprime que ha desencadenado una crisis global; y lo que es peor, ni las autoridades norteamericanas ni sus expertos neocon parecen saber qué hacer para atajarla.
Copia de la carta de Paul Wolfowitz, por entonces Subsecretario de Defensa estadounidense, dirigida a los ministros de la UE solicitando que abandonasen el proyecto de sistema de posicionamiento Galileo (directo competir del GPS norteamericano) porque entendía que supondría serios problemas para la OTAN, diciembre 2001. Fuente: Wikipedia
Por lo tanto, aquí estamos los europeos, atentos cada cuatro años a conocer quién es el nuevo inquilino de la Casa Blanca, y a verlas venir. Hemos de respetar sin chistar la peculiar manera americana de resolver sus problemas y los de los demás; debemos entender y aceptar íntimamente sus peculiaridades políticas y culturales, sabiendo que, en último término, estamos a merced de dirigentes y policy makers que no siempre son los más apropiados; y de los designios de compañías e intereses que no podemos controlar, ni siquiera entender en muchas ocasiones. Ellos no van a cambiar ni hacer concesiones a Europa, seremos nosotros quienes deberemos pagar los platos que rompe la vieja superpotencia. Porque los EEUU ya no son el poder todopoderoso de hace medio siglo, dependiente sólo de sí mismo y por ello capaz de actuar como árbitro. Ahora necesita de la energía exterior para atende rsu consumo exterior sobrecalentado, está perdiendo peso claramente y actúa en función de intereses cada vez más egoístas. El juez tiene arte y parte, el bombero actúa a veces de pirómano, el árbitro de antaño es ahora el depredador.
En cambio, Rusia no depende del exterior, puede sobrevivir aislada, es una superpotencia europea y en conjunto resulta mucho más influenciable por Europa que los Estados Unidos. Si mantenemos el contacto con Rusia podremos abrir su cultura y su sociedad en el tránsito hacia un sistema más democrático; su economía también necesita de colaboración (no de colonización) para una mayor eficacia. Si nos enfrentamos a ella y nos encerramos en nuestros prejuicios, sólo conseguiremos retroceder en el tiempo, pero cuando lleguemos a 1914 ya no existirán los actores de entonces, sino otros. Por el camino de los túneles del tiempo nos haremos enemigos: de Rusia y luedo de los demás a los que perjudiquemos colateralmente a costa de… ¿qué?¿De proteger a pequeñas repúblicas gobernadas por Haiders y Berlusconis pero con créditos democráticos mucho más dudosos?
c) “¿Qué se puede hacer para frenar a Moscú?” Esta breve tira en página 3 es una verdadera mina de inconsistencias. El repaso a la batería de hipotéticas soluciones se resume, prácticamente en una sola: nada. De hecho, revelan la esencia del problema: la impotencia de la OTAN y la decadente administración Bush son la base justificativa principal del escatológico título de esta serie de post sobre la crisis del Cáucaso meridional.
c.1. Intervención en la ONU: ¿Después de haber evitado sistemática y arteramente a la ONU para poder atacar a Serbia en 1999, invadir Irak en 2003 y bendecir la autoproclamada República de Kosovo en 2008 (un total de nueve años de praxis oportunista) no les entra a ustedes la risa tonta ante la sugerencia de que los americanos pueden ir al Consejo de Seguridad o la Asamblea General para impedir que Rusia respalde la independencia de Abjasia y Osetia del Sur? Sobran más comentarios.
En cambio, tomen nota de la siguiente frase: “Las potencias occidentales deben medir sus pasos para evitar represalias rusas en el Consejo de Seguridad en temas como las sanciones en contra de Irán”. En un separado de otra pieza se resalta: “Se mantiene la cooperación [de la OTAN con Rusia] en Afganistán y en el grupo de trabajo sobre la no proliferación de armas de destrucción masiva”. Y claro, es que al final, los occidentales se han hipotecado hasta las cejas con los rusos y ahora quieren lo mejor de ambos mundos: que les respeten, pero no pagar las deudas ni atender a responsabilidades. Una postura muy propia de antiguo aristócrata empobrecido.
c.2. Exclusión de Rusia del G-8 o de la OMC ¿Quién saldría perdiendo más? La idea de que Occidente hace grandes favores a los nuevos miembros de sus flamantes organismos financieros, suelen olvidar importantes detalles: que estamos en crisis, que hay inversiones billonarias en Rusia, que están en marcha muy importantes programas de colaboración tecnológica entre Rusia y Europa…
El presidente Sarkozy visita a las tropas francesas en Afganistán para subir su moral tras las duras pérdidsas sufridas en una emboscada, tan sólo hace una semana
c.3. OTAN. “La opción de una respuesta militar es inconcebible de momento…” Es divertido ese “de momento”. ¿Marcharán los panzer sobre Moscú en la próxima primavera? ¿Una OTAN que no sabe cómo dejar atrás Afganistán y cuyos desmoralizados soldados han recibido duros golpes allí hace pocos días, está en situación de lanzar bravatas sobre respuestas militares?¿Ya han olvidado la matanza de civiles afganos de hace menos de una semana¿Los políticos y militares norteamericanos, socios principales de la OTAN, pueden soñar con golpes militares en Rusia cuando, en el mejor de los casos, retirarán sus tropas de Irak no antes de 2011?¿Cuando todavía tiene pendiente la captura de Bin Laden?¿Se olvidarán de su “inminente” campaña contra Irán?
c.4. Represalias a través de la UE, según el aplicado becario o becaria que estructuró el destacado. Al parecer, “existen varias opciones de reacción”, aunque el autor no detalla ninguna en concreto. Y al final, resulta que “las distintas visiones estratégicas entre los 27 países miembros” complican las acciones conjuntas. La idea es que se podrían cerrar algunos canales de diálogo, aislando a Moscú. Preguntas rápidas: ¿Cerrar unos canales y otros no, tras la oportuna y larga reflexión, es una manera eficaz de aislar a una potencia? Segunda: ¿La UE estaría realmente dispuesta a cancelar proyectos como los referidos a trabajos conjuntos de alta tecnología sobre sistemas de posicionamiento vía satélite, por poner sólo un ejemplo?¿Renunciará a la tecnología aeroespacial soviética, vital para las comunicaciones de la UE?¿Arruinará a los millones de pequeños inversores que tienen sus ahorros en fondos de inversión en Rusia?¿Se arriesgará Europa a que el precio del crudo y el gas suban más todavía, mucho más?¿Se ha enterado el columnista de “El País” de que estamos en época de recesión a escala mundial?¿Tiene la ligera idea de que Estados Unidos depende mayoritariamente para su abastecimiento de petróleo de Canadá, Méjico y Venezuela, a diferencia de los europeos?
c.5. Los Estados Unidos. ¿Qué piensan hacer los EEUU para frenar en seco a Rusia? Ellos son los principales agraviados. Pero el articulista de “El País” sólo atina a decir que “Washington baraja opciones”. Quizá la colaboración en materia nuclear; y entonces Rusia tendrá las manos libres para vender todo lo que desee a Irán. ¿Seguro que lo tinen tan claro en Washington, o seguirán barajando? En realidad, los americanos tendrán que rascarse mucho la cabeza para dar una respuesta satisfactoria a Moscú tras lo sucedido en Georgia. Primero porque fue culpa del aliado Saakashvili; después, porque si no se les ha ocurrido la respuesta hasta ahora, es que no la tienen (como ha ocurrido en todas las aventuras anteriores de Bush); y a continuación, porque la solución venderá de la mano del nuevo presidente, pero no de éste que se va (coda: aunque sea inconstitucionalmente imposible, adelantar la retirada de George W. Bush sí que ayudaría a la solución de la crisis, desde luego que sí).
En definitiva: la mejor manera de “frenar a Moscú” es no ponerlo en marcha. Ya resulta fatigoso crear problemas donde no los hay, sobre todo para tapar los errores garrafales de un socio incapaz, manteniéndolo después en el poder y alentándole a que siga haciendo lo que le de la gana. Pero además, intentar solucionar todo eso y de forma brillante es, simplemente empeñarse en adquirir todos los números de la rifa en la que al final te va a tocar el gran premio de la tómbola: una "máquina de escribir", es decir: un simple bolígrafo. Labă tristă.
[i] Las citas que ofician de subtítulo provienen del libro de Paul Arden: Usted puede ser lo bueno que quiera ser, Phaidon, 2007 [reimpresión]
Etiquetas: Abjasia, Bush, Estados Unidos, Medvedev, Osetia del Sur, OTAN, Rusia. Georgia
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