sábado, diciembre 29, 2007

ECONOMÍA: Países bálticos, cada vez más lejos de la eurozona







Moneda de euro lituana
(ejemplar de prueba)












Un nuevo artículo de las páginas naranja de "El País", esta vez referido a la economía de los Países Bálticos. Ciertamente es un ámbito geográfico algo lejano por referencia al que es habitual en este blog, pero con todo y ello, aporta interesantes datos de interés comparativo. Estonia, Letonia y Lituania, tres economías ex soviéticas, nuevos socios de la UE desde 2004, como Polonia, Checoslovaquia o Hungría, que sin embargo empezaron su andadura en el club con mejores perspectivas que las que contemplan nuevos miembros de la misma zona: Rumania y Bulgaria. ¿Sabrán éstos sortear los escollos que se le están presentando a sus hermanos mayores?¿Podemos comenzar a suponer que el ingreso de economías surgidas del bloque del Este en 2004, fue demasiado anticipado y a la postre darán mejor resultado países culturalmente más distantes pero con estructuras económicas y financieras de larga tradición capitalista, como Turquía?¿Han querido los bálticos quemar etapas demasiado rápidamente o por el contrario nos encontramos ante los lógicos problemas que afectan a una economía en acelerado crecimiento?¿Es la "muerte por éxito" de los Tigres del Norte?¿O quizás estamos ante un fenómeno que, al fin y al cabo, está afectando a buena parte de las economías de la UE (corrupción incluida)? En cualquier caso, quizá deberíamos comenzar a acostumbrarnos a la idea de que el ingreso en la UE no es un cheque en blanco, no asegura la prosperidad y el éxito si no se trabaja duro y se cambia de mentalidad. E incluso podría ocurrir, quién lo diría, que en un futuro no muy lejano algunos países continuaran siendo pobres o ni mucho menos tan ricos como sus envidiados modelos.



Un euro letón
(ejemplar de prueba)




















"El País" - Economía-Negocios


REPORTAJE

Cada vez más lejos de la eurozona
Las tres economías bálticas se enfrentan a un peligroso proceso de recalentamiento económico

ADRIÁN SOTO 09/12/2007

Las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, pasarán a partir del 21 de diciembre a engrosar la lista de los países del Espacio Schengen, lo que significa en la práctica supresión de las fronteras con otros 19 países firmantes y que permite la libre circulación de las personas. Pero esta adhesión no se plasma en términos económicos, así es como la meta de incorporarse a la eurozona se ve ahora postergada por tiempo indefinido, y que puede en caso de Letonia dilatarse por más de un lustro.


Las tres repúblicas, autodenominadas Tigres del Norte, han gozado de un notable crecimiento medio del PIB, superando con creces la media europea durante toda la última década. Una mano de obra de bajo coste y políticas neoliberales han atraído al capital extranjero. Pero el dinamismo báltico se ve amenazado por síntomas de un recalentamiento económico. La inflación es galopante, las balanzas de comercio exterior se han deslizado hacia unos números rojos que superan los dos dígitos y los fuertes rumores de devaluación han menguado la confianza.

Letonia

Sin duda, el caso que más llama la atención es el de Letonia. El déficit comercial del país asciende a un -25% del PIB, mientras que la inflación puede llegar a un 13%. Durante el presente ejercicio, el crecimiento económico aun será de un 8% o 9%, pero ya está en ciernes el descenso. El desaforado consumo ha sido financiado con préstamos poco rigurosos; como consecuencia, los precios de los pisos están en las nubes, hasta 6.000 euros por metro cuadrado en el centro de la capital, Riga. Desde el pasado verano, los precios de las viviendas han caído en un 30%. Por otro lado, la masiva emigración se ha traducido en una falta de mano de obra y en un alza del costo de la fuerza de trabajo. Los salarios han subido durante el año un 20%, lo que es muy superior a los niveles de productividad.

A esto se suma que el Gobierno no ha adoptado ningún cambio en su política monetaria. La moneda de Letonia, el lats, tiene valor fijo con respecto al euro. En la actualidad, cuando en el país hay fuerte presión para devaluar y el euro se fortalece, la competitividad de los productos letones pierde terreno a pasos agigantados. En la práctica, Letonia ha supeditado su política monetaria al Banco Central Europeo, lo que significa que se queda con muy poca capacidad de maniobra.

Como no existe una política monetaria propia, la regulación dependería de la política fiscal. El Gobierno letón ha programado un presupuesto para 2008 con un 1% de superávit, para poder establecer un equilibrio fiscal. Los analistas consideran que no cumplirá con su objetivo. Quizá un 3% estaría más cerca de lograrlo. El reciente anuncio del gigante ruso de la energía, Gastrom, que subirá el precio del gas que vende a Letonia en un 40% o 50%, es otro duro golpe a la balanza comercial. Gastrom vendió en 2006 un total de 680 millones de metros cúbicos de gas al 60% del precio establecido para los clientes de Europa occidental.

Como si esto fuera poco, el país se ve agitado por una prolongada crisis política, en la que el factor corrupción ha estado muy presente. El hasta ahora primer ministro, Aigars Kalvitis, líder del partido de centroderecha, el Partido Popular, ha anunciado su renuncia el pasado martes. Entre las acusaciones que pesan sobre él está la de haber financiado ilegalmente las campañas de su partido. La devaluación puede aliviar momentáneamente los males de la economía letona, pues mejoraría las exportaciones y, por lo tanto, la competitividad. Esta medida, por otro lado, causaría estragos en la clase media, pues el 80% de los prestamos están en moneda extrajera, mayoritariamente en euros. Ante este temor, los políticos letones han asegurado a la población que no recurrirán a la devaluación.

Si a pesar de todo Letonia devalúa el lats y deja el cambio fijo con el euro puede traer repercusiones inmediatas en los vecinos, Estonia y Lituania, que tienen los mismos problemas tanto estructurales como monetarios.

Estonia

El más pequeño y el más pujante de los países nórdicos había anunciado su incorporación a la eurozona para 2007. Sin embargo, criterios de convergencia como la inflación y la balanza comercial, además de una reforma en el sector bancario, fueron los obstáculos más notables para posponer dicha adhesión. Según el primer ministro, Andrus Ansip, "el país tiene buenas posibilidades de unirse a la moneda única a comienzos de la próxima década". El PIB per cápita de Estonia es del 64% de la media de la Unión Europea.

Con una población de sólo 1,3 millones de habitantes y una superficie similar a la Comunidad Autónoma de Aragón, Estonia tuvo un rápido crecimiento y estabilidad monetaria y fiscal durante el primer decenio del periodo pos-soviético que la puso a la cabeza de sus hermanas bálticas. Adoptó una economía abierta, y la cercanía de vecinos como Finlandia y Suecia trajeron primero turismo y luego inversiones. La industria del turismo por sí sola representa, hoy por hoy, el 8% del PIB.

Como en el caso de Letonia, también Estonia tiene su moneda, la corona, a precio fijo con el euro, lo que impide al Gobierno llevar una política monetaria independiente. El rápido crecimiento económico ha motivado un fuerte incremento en los préstamos para vivienda. El boom inmobiliario ha sufrido un parón a partir del verano, cuando el precio de los pisos comenzó a caer, hasta depreciarse en un 20%. Vieko Hinstov, jefe, de una de las principales consultorías de Estonia afirma que "tal difícil situación no la había vivido desde los tiempos soviéticos. Los materiales de construcción, por ejemplo, son difíciles de conseguir. Los precios del cemento, de la arena, se han triplicado. Estamos en un ciclo muy peligroso", concluye.

La balanza comercial muestra severos números rojos, producto de la masiva importación de bienes y servicios, que constituyen cerca del 80% del PIB. El aumento del consumo también es una consecuencia del incremento del precio de la mano de obra, lo que ha llevado a importantes empresas, sobre todo nórdicas, a buscar nuevos destinos para su producción. Las inversiones directas están, por lo tanto, en franco retroceso. Así las cosas, el Banco Central acaba de revisar sus estimaciones de crecimiento para 2008, reduciendo la cifra del 6,4% al 4,3%.


Lituania

Hace un año, la mayor de las economías bálticas estuvo en las puertas de la eurozona, sólo una inflación por encima de los criterios de convergencia impidió su adhesión. Hoy, Lituania se prepara para un aterrizaje forzado, que puede alejarla aún más del club de los selectos. El recalentamiento de la economía también ha alcanzado a Lituania, de tal forma que el Fondo Monetario Internacional hace un llamamiento para "la consolidación fiscal como única herramienta para mitigar los riesgos de la exuberancia".

Lituania es el país que más ha sufrido por la emigración, por lo tanto, en el periodo de recalentamiento, el precio de la mano de obra ha aumentado considerablemente. La fiebre prestamista comenzó en 2005, y hasta la fecha las hipotecas han aumentado en un 400%. La situación ha generado desconfianza, a tal punto que los precios de la vivienda han caído un 20% a partir del verano En su informe de octubre, el Banco Central reconocía que la confianza del consumidor había caído en un 5%, mientras que la confianza del sector industrial caía un 9% y el de la construcción un 11%.

Un cambio de conducta de los consumidores podría traducirse en un severo correctivo del sector inmobiliario y una depresión económica que haría muy difícil que las tres repúblicas bálticas alcancen los niveles de Europa occidental en un periodo prudente.

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miércoles, diciembre 26, 2007

POLÉMICOS: La naúsea constructiva




"Eso era lo que no conseguía yo captar: la oquedad, la absoluta falta de adecuación entre la facilidad con la que es posible matar y la tremenda dificultad que debe de haber en morir. Para nosotros, era otro asqueroso día de trabajo; para ellos, el fin de todo".










Si es usted cristiano o musulmán y las fiestas de estos días le producen momentos de agobio o simplemente, quiere distanciarse un poco, de vez en cuando, de la presión social que generan las celebraciones, quizá debería comprarse el libro de Jonathan Littell, Las benévolas (RBA Eds., Barcelona, 2007). Si lo hace y el libro le gusta, se asegura distracción para rato, dado que la obra suma 979 páginas. Leyendo un centenar por día, que ya es dedicarle tiempo, tiene para una semana y media.

La extensión de la novela no es gratuita. De una parte, enlaza con cierta tradición masiva que posee la narrativa sobre el Holocausto, como esas nueve horas que dura el documental Shoha (1985) dirigido por
Claude Lanzmann. Pero además, la extensión de Las benévolas expresa un descomunal ejercicio de documentación. Aparte de haberse leído numerosas obras de referencia sobre el sujeto de la novela (y las hay a toneladas) es evidente que ha visitado personalmente la mayoría de los escenarios en los que transcurre la acción. Dado que Littell es joven (nacido en 1967) y neoyorkino, no posee la ventaja de contar con su propia memoria histórica ni, seguramente, la de su familia. Y además reside en Barcelona, hándicap adicional.

Todo ello le añade mérito adicional a su novela, un ejercicio muy logrado de novela histórica; y lo afirma el autor de estas líneas, que como historiador profesional, reniega de la inmensa mayoría de subproductos de esa índole que se pueden encontrar en los estantes de las librerías. Por todo ello, he procurado aplicar la lupa a Las benévolas; pero hasta el momento apenas encontré los descorazonadores anacronismos, exageraciones e inventos que adornan cual chorretones algunas de las obras más vendidas de nuestros hispánicos autores de gran éxito. En ocasiones el lector teme el desastre cuando Littell entreteje determinados aspectos de la biografía del personaje con la trama histórica de la época y su particular sicología, o con los mecanismos administrativos y la cultura política de los aparatos de seguridad del régimen nazi. Pero la incertidumbre se despeja en escasas páginas y Littell sale triunfante: siempre termina conservando una lógica coherente con la mentalidad y los usos de la época. Todo cuadra como si fuera un mecanismo de precisión.
















Oficiales y auxiliares femeninas de las SS se hacen una foto durante una celebración en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz. Colección Karl Höcker. "Al caer la tarde, interminables columnas de mujeres, niños y ancianos seguían subiendo por la rampa, por un largo corredor entre alambradas, hacia los Kremas III y IV, en donde tendrían que esperar turno, pacientemente, bajo los abedules, y la hermosa luz del sol poniente caía rasante sobre las cimas de los árboles de Birkenwald y alargaba hasta el infinito las sombras de las hileras de barracones, hacía brillar con opalescencias amarillas de cuadro holandés el color gris oscuro del humo, ponía dulces reflejos en los charcos y pilones y teñía de un naranja vivo y alegre los ladrillos de la Kommandantur; y de pronto me harté del todo y dejé plantado a Höss y me fui a la Haus en donde me pasé la noche redactando un virulento informe acerca de las deficiencias del campo"



Las benévolas es la historia de un oficial del Sicherheitsdienst (Servicio de Seguridad) de las SS, uno de los organismos más siniestros del régimen represivo nazi, responsable del aparato de inteligencia de los Schutzstaffel y por lo tanto, competidor del servicio de inteligencia militar, el Abwehr. Si bien es cierto que personal del SD estuvo directamente implicado en ejecuciones masivas y en la coordinación y mando de los Eisantzgruppen o unidades de “depuración”, seguridad y exterminio que acompañaban a las tropas de invasión en la Unión Soviética, su cometido principal fueron las labores de inteligencia, básicamente el contraespionaje y la seguridad del estado, lo que explica la elevada proporción de académicos que servían en sus cuadros de mando. De hecho, el protagonista de Las benévolas es un joven doctor en Derecho, que ingresa en la SD en 1936 y empieza su siniestra carrera como teniente de uno del Eisantzgruppe C en Ucrania, durante la Segunda Guerra Mundial.
















"Poneos en mi lugar. ¿Qué hombre sano de espíritu habría podido imaginarse nunca que iban a seleccionar a juristas para asesinar a personas sin juicio previo?". Miembros de un Eisantzgruppe en un descanso, Polonia, 1939. Las benévolas cuenta la historia desde el ángulo de los verdugos y les pone rostro. Fotografía procedente de la web: Aktion Reynhard Camps.

Su adscripción a las SD le permite a Littell justificar la refinada educación de su personaje, el teniente Maximilian Aue, nacido en Alsacia cuando la provincia pertenecía al Reich alemán y capaz de expresarse en un más que fluido francés. Por tanto, el personaje es un vehículo literario adecuado para describir el horror en el que participa con algo más que cinismo, un componente del relato de Littell que el lector deberá saborear por su cuenta. Por otra parte, el autor no utiliza el hecho de que Aue pertenezca a un círculo cultural y social selecto para eximirlo de responsabilidades: muy al contrario, el personaje acepta en diversos momentos y contextos que sólo le hecho de limitarse a mirar voluntariamente, sin hacer nada más, implica una responsabilidad. La tarea es delicada, porque Aue tiene que explicar su papel y posición en las matanzas sin aparecer como un convencido partidario de la “solución final”, pero tampoco como un imposible resistente, un concienciado héroe antinazi:

“Que quede claro una vez más: no intento decir que yo no sea culpable de tal o cual hecho. Soy culpable, y vosotros no, estupendo. Pero, pese a todo, deberíais ser capaces de deciros que lo que yo hice vosotros lo habríais hecho también. A lo mejor con menos celo, aunque quizá también con menos desesperación, pero, en cualquier caso, de una forma o de otra. Creo que puedo afirmar como hecho que ha dejado establecido la historia moderna que todo el mundo, o casi, en un conjunto de circunstancias determinado, hace lo que le dicen; y habréis de perdonarme, pero hay pocas probabilidades de que vosotros fuerais la excepción, como tampoco lo fui yo. Si habéis nacido en un país o una época en que no sólo nadie viene a mataros a la mujer y a los hijos de otros, dale gracias a Dios e id en paz. Pero no descartéis nunca el pensamiento de que a lo mejor tuvisteis más suerte que yo, pero que no sois mejores. Pues si tenéis la arrogancia de creer que lo sois, ahí empieza el peligro. Nos gusta eso de oponer el Estado, totalitario o no, al hombre vulgar, chinche o junco. Pero nos olvidamos entonces de que el Estado se compone de hombres, más o menos vulgares todos ellos, cada cual con su vida, su historia, la serie de casualidades que hicieron que un día se encontrara del lado bueno del fusil o de la hoja de papel, mientras que otros se encontraban del lado malo. A las víctimas, en la inmensa mayoría de los casos, nunca las torturaron o las mataron porque eran buenas, y sus verdugos no las torturaron porque fuesen malos. Pensar eso sería un tanto ingenuo, y basta con tratarse con cualquier burocracia, incluso de la Cruz Roja, para convencerse de ello” (pags. 28 y 29)


El rostro del autor: Jonathan Littell. Imposible no recordar sus rasgos cuando imaginamos al oficial Max Aue

Por otra parte, la posición privilegiada de Aue, permite narrativamente que a lo largo de la novela desempeñe variados cometidos y participe en operaciones diversas, lo que hace de Las benévolas algo más complejo, literariamente, que la clásica novela sobre el exterminio de los judíos y los campos de la muerte. Aue se pasea por los engranajes de la maquinaria del aparato de seguridad de las SS, y por eso la obra explica muchos detalles poco conocidos por el gran público, detalla los mecanismos de mando y toma de decisiones, y sobre todo, y de ahí que tenga un espacio en este blog, aporta datos interesantes sobre la política nazi del Nuevo Orden en Europa del Este y Rusia. ¿Sabían que los alemanes intentaron crear una República Ucraniana de Polesia, dirigida por Taras Borovets, antiguo propietario de una cantera? Pero éste favorecía a los de la Organización de Nacionalistas Ucranianos, facción partidaria de Stepan Bandera, a quien inicialmente había intentado instrumentalizar el servicio de inteligencia de la Wermacht, el denominado Abwehr. Pero al final generó tantos problemas que Bandera fue detenido y las unidades que componían el Batallón Nachtigall (Ruiseñor), la primera formación de tropas extranjeras del Ejército alemán, tuvo que ser desbandado tras una serie de insurrecciones. En cambio, el más moderado nacionalista ucraniano Andrij Melnik había sido apoyado por la SD, lo que terminó generando una guerra civil de baja intensidad entre partidarios de éste y de Bandera.

Reinard Heydrich, jefe supremo de la Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA) y para algunos, posible sucesor del mismo Hitler. La novela de Littell escruta con precisión los juegos de poder en los altos círculos de la RSHA.










Littell desliza numerosos detalles sobre los entresijos del Nuevo Orden en Europa oriental, como las teorías del doctor Voss, de la Abwehr, sobre los pueblos del Cáucaso. O las intrigas políticas en Hungría hacia el final de la guerra, la estructura productiva de los campos de concentración en Polonia. Incluso hay detalles para entendidos, verdaderos guiños. Página 69: Max Auer participa en una cena en Lemberg (o L´viv, o Lwów, según la lengua que se utilice) con varios oficiales de la SD y la Abwehr. A ella acude el profesor Theodor Oberländer. Es julio de 1941, y en las calles está teniendo un brutal pogromo contra los judíos, protagonizado por los nacionalistas ucranianos:

“Disculpe mi ignorancia –pregunté mientras nos acomodábamos-, pero ¿qué es esa insignia?.” -- “Es el distintivo del Nachtigall, respondió Weber, un batallón especial del Abwehr reclutado entre los nacionalistas ucranianos del occidente de Galitzia.” – “El profesor Oberländer está al mando del Nachtigall. Así que nos hacemos la competencia”, intervino Thomas. – “Está usted exagerando, Hauptsturmführer.”—“No tanto. Ustedes se han traído a Bandera en el equipaje, y nosotros a Melnyk y al comité de Berlín”. La charla no tardó en hacerse vehemente. Nos sirvieron vino. “Bandera puede sernos útil”, afirmaba Oberländer – “¿En qué? –replicó Thomas-. Su gente está fuera de quicio, sueltan proclamas por todas partes sin consultar a nadie”. Alzó los brazos: “Las independencia. ¡Estamos frescos!”- -- “¿Cree que Melnyk lo haría mejor?” – Melnyk es un hombre sensato. Anda buscando una ayuda europea, no el terror. Es un político y está dispuesto a trabajar con nosotros a largo plazo, lo cual nos deja más opciones” --- “Quizá, pero la calle no lo escucha.” –“¡Unos fanáticos! Si no se calman, ya les sentaremos las costuras”. Bebíamos. El vino era bueno. Un poco áspero, pero muy opulento. “¿De dónde viene preguntó Weber golpeando el vaso con la uña. – “De Transcarpatia, supongo”, contestó Thomas.

Pues bien, el tal profesor Obërlander, fallecido en 1998, nazi convencido de la primera época, fue uno de los asesores alemanes en política de minorías para los territorios de la URSS, tras haber impulsado la “limpieza“ de judíos en Pomerania y Prusia Oriental entre 1933 y 1935. Tras servir como comisario del Batallón Nachtigall, comandó el Sonderverband Bergmann compuesto de tropas alemanas y de diversos pueblos del Cáucaso. Lo interesante del caso es que después de la Segunda Guerra Mundial, Obërlander desarrolló una fructífera carrera política en la República Federal Alemana: militó en el Partido Democrático Libre, luego en el Bloque de Refugiados y Expulsados y finalmente, en la Unión Cristiano Demócrata a partir de 1956. Tuvo un cargo ministerial en con Adenuaer, pero su nombre estuvo unido al escándalo de sus actividades durante la Segunda Guerra Mundial. Se el acusó en varias ocasiones de haber participado en crímenes de guerra, incluyéndose la autoría del pogromo de L´viv o Lemberg que relata Littell en su libro, pero siempre sin éxito.



"En cuanto al Standartenführer Blobel, lo habían sacado de la Staaspolizei de Düsseldorf; seguramente lo único que había hecho en la vida era detener asociales u homosexuales, y quizá algún comunista de vez en cuando. En Pretzsch, contaban que había sido arquitecto; estaba claro que no había hecho carrera. No era lo que podíamos llamar un hombre agradable".


Y como Obërlander, hay otros muchos personajes verídicos pero olvidados que desfilan por Las benévolas, como el enloquecido Standartenführer Blobel, superior de Aue durante la primera parte de la novela, la esposa de Eichmann y sus hábitos culinarios o Robert Brasillach. Y los ambientes de la extrema derecha intelectual francesa que frecuenta y conoce; o el Stalingrado asediado y gélido, los devastadores bombardeos aliados sobre Alemania, el mundo de los pasillos y los automatismos burocráticos de Berlín, las familias de los jerarcas nazis y sus intimidades: Littell escribe con aplomo de todo ello y da la sensación de haberlo vivido, de ser la reencarnación real del verdadero Max Auer, que es uno de los escasos personajes de la novela que no existieron. Y al final de ese trozo de Europa palpitante que es Las benévolas, el Premio Goncourt, concedido a un libro en realidad extraño, que su autor redactó en francés y que es un final de época revivido en este otro final de época que es nuestro mundo, tan lejano y tan cercano a la vez. Por cierto: si tienen escrúpulos por comprarse este libro en las fiestas navideñas, recuerden que el día de Nochebuena se cometió un nuevo atentado brutal en Irak, más muertos civiles, y ni un acto de protesta, nada. Nos hemos acostumbrado. Y volverán a acostumbrarse al despiadado mundo del Tercer Reich cuando vayan leyendo las páginas de Las benévolas y posiblemente vayan olvidando, de nuevo, que mirar sin hacer nada, simplemente eso, ya es colaborar.



Oficiales alemanes filman y fotografían el pogrom de L´viv o Lwów (Lemberg, en alemán) en la calle Zamarstynowska (entonces y en la actualidad). Observar y no intervenir. Fotografías procedentes de la web Aktion Reynhard Camps (ARC)

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sábado, diciembre 22, 2007

Comics y guerras de secesión yugoslavas (y 5)




Cubierta de uno de los libros de comics más célebres de Zograf, publicado en castellano. Pulsar sobre la ilustración para ampliar













Zograf (alias de Saša Rakezić), la letra “Z”, la última del alfabeto: es el final natural de de la evolución que habían punteado sus predecesores: Hermann, Lavrič y Sacco. ¿Final? Zograf quizá no fue el último (o no lo será) que haya dibujado y escrito comics sobre las guerras de secesión yugoslavas. Pero sí que dedicó su obra al capítulo final: los bombardeos de la OTAN sobre Kosovo y Serbia, los postreros meses finales y la caída de Milošević. Por lo tanto, estas obras cubren el periodo 1999-2000; pero además sus comics fueron contemporáneos a los hechos que relata: llegaban por fax a sus amigos y editores de Occidente a los pocos días, a las pocas horas de que hubieran sucedido los acontecimientos. Zograf enviaba sus tiras cómicas desde Pančevo, fea ciudad industrial bombardeada por la OTAN, toda una hazaña cuando la electricidad empezó a fallar debido a los ataques con bombas de lana metálica sobre las centrales y tendidos del países. Así fue como Zograf saltó a la fama con sus breves pero densos álbumes: Cómo fui bombardeado por el mundo libre y Fin de siglo, ambos de la serie: Regards from Serbia.

El trabajo de Zograf se encuadra en la tendencia del microcomic, con un estilo plástico directamente tomado de la escuela americana, algo que él mismo reivindica en una
extensa entrevista:


Autorretrato de Zograf entre dos de sus característicos monstruos. El mundo onírico juega un papel muy importante en su obra, expresado en clásicos trazos underground












It sure is. Would you say that there are differences between European and American comics and does that bother you at all, i.e. do you consider yourself more Euro- than US-style artist?

I don't really know how to explain it, but I feel that I belong to the American independent comics scene. The fact is, most of my work was published in the U.S. first and only later reprinted in Europe. I never really visited the U.S., and I do not even idolise American culture, but at the moment their comics scene is the most exciting in the world and why not be a part of it? I know that it's strange to live in a country like Serbia and concentrate your activities on a different, distant cultural environment, but why be stuck to your local city limits or state borders? Of course, I do not wish to say that differences between American and European scenes are really important; I may transfer my activities to European or Asian or Australian comics publishers if I find them more exciting. The important thing is not to be trapped by the boundaries, and that's all!”

Su estilo es underground, con claras referencias a autores primitivos e incorporaciones oníricas (sus “espectros”). El resultado es un estilo gráfico burdo, abigarrado, desgarbado y muy, muy expresionista, con fuertes toques surrealistas. Zograf parece el Grosz de los 90. En conjunto, una obra de factura irónica, un tanto amarga. Pero incluso asuntos delicados los trata con cierta ternura alejada del dramatismo –a veces un tano demagógico- que impregnaba el relato literario (o de comic) sobre la guerra en Bosnia. Algunas viñetas han devenido célebres entre los conocedores del género, como la dedicada a los niños muertos en las incursiones aéreas o la tira en la que hace una vitriólica descripción de las “bombas inteligentes”, muy en la onda del humor de entonces: recordemos que cuando las baterías antiaéreas consiguieron derribar un bombardero norteamericano F-117 Stealth, teóricamente invisible, se editaron en Serbia unas postales en las que se podía leer: “Lo sentimos, no sabíamos que era invisible".

Una de las postales editadas en Serbia tras el derribo de un F-117 norteamericano: "Sorry, we didn´t know it was invisible"

Todo ello hace de Zograf uno de los autores de tiras cómicas más intelectuales, al menos en el conjunto de los que dedicaron su esfuerzo a escribir y dibujar sobre las guerras de secesión yugoslavas. En parte, ello está en sintonía con el hecho de que Belgrado era por entonces la capital artística e intelectual de la ex Yugoslavia, con una intensa actividad literaria, dramática, cinematográfica y musical que muchas veces aglutinaba a jóvenes creadores no sólo serbios, sino de todo el ámbito ex yugoslavo. Así, la obra de Zograf se asimila a libros escritos por jóvenes serbios y escritores en general, que despertaron grandes simpatías e interés en Occidente. Más en particular, entronca, de un lado, con toda la corriente intelectual y joven de rechazo a la guerra representada, por ejemplo por Vladimir Arsenijevic, cuya novela Entre Líneas (U potpalublju) editada en español por Edhasa (Barcelona, 1998) tuvo un gran impacto en los ambientes alternativos de Belgrado, por entonces. De otro lado, la ironía de los comics de Zograf se ajusta mucho a la de Dušan Veličković en su obra: Amor Mundi, (Eds. del Bronce, 2003). Como por ejemplo, cuando afirma: “El momento ha llegado por fin. Los bombardeos son el momento ideal para ordenar la biblioteca. Cuando suenan las sirenas que anuncian el peligro inminente es una de las pocas tareas que uno es capaz de hacer”. La filosofía de los comics de Zograf se ajusta tanto a la ironía literaria de Veličković que valdría la pena leerlos en paralelo.



Saša Rakezić, es decir, "Zograf"











Este planteamiento da una vuelta de tuerca más, la última de todas ellas, a lo que se podría denominar el desarrollo descriptivo de las guerras balcánicas en los medias. Desde el punto de vista de los occidentales “bienpensantes”, los serbios han sido “por fin”, bombardeados. Pero pasan los días y las semanas, y el resultado no es el esperado, ni militar, ni política ni culturalmente. Los serbios no se hunden moralmente, no se echan a llorar ni caen de rodillas. Su actitud desafiante, irónica o resignada, a pesar de que el daño humano y material que les fue infligido resulte disimulado por los medias occidentales. Zograf es el gran ejemplo de esa actitud: se horroriza de los excesos cometidos contra los albaneses en Kosovo, pero también denuncia los desastres y la letalidad de los bombardeos de la OTAN, sin que ello suponga rechazar o maldecir a Occidente, a los amigos o raíces culturales que tiene allí. Es un serbio civilizado, demócrata e inteligente y por ello es un europeo más, civilizado, demócrata e inteligente. No es de extrañar que sintonice con la manera de pensar de muchos continentales y se pregunte si para terminar con una crisis político-militar era necesario en bombardear territorio europeo sin contar siquiera con el aval de la ONU

Por último, Zograf es el más subjetivo del grupo de artistas del comic que se centra en las guerras de la ex Yugoslavia porque él es un protagonista directo, relata día a día lo que está viendo como un ciudadano más, vive lo que cuenta y le afecta lo que ocurre. No tiene nada ni de periodista ni de viajero. Es un actor directo más, que sufre las consecuencias del bombardeo, que reacciona contra Milošević y que, por tanto, actúa políticamente con sus comics.

Una de las tiras más célebres de Zograf, con el característico aspecto artesanal que tenían cuando las remitía por fax desde Pančevo, en la primavera de 1999. Pulsar sobre la ilustración para ampliar



Otra tira célebre, la dedicada a los niños muertos bajo las bombas de los aviones de la OTAN. Pulsar sobre la ilustración para ampliar

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lunes, diciembre 17, 2007

ECONOMÍA: Los temores búlgaros



Un autobús de línea adornado con el mapa y la bandera de Bulgaria, el símbolo de la UE y un euro




En las páginas naranja del diario "El País", que forman el cuadernillo domincial dedicado a negocios, aparecen en ocasiones valiosos análisis sobre economía cuyos protagonistas son países de la Europa oriental. A diferencia de los muchas veces efectistas reportajes de la sección Internacional o incluso de algunos artículos de Opinión, éstos suelen ser de mayor seriedad profesional; pero también pasan mucho más desapercibidos para el lector común. Por lo tanto, siempre que sea posible, este blog reproducirá algunos de esos análisis. El primero de ellos, llega con bastante retraso, dado que fue publicado a finales de septiembre. Pero dado que hablamos de economía, muchas veces con un tempo de evolución más lento que el de la actualidad política, y aún considerando que Bulgaria debe estar recibiendo ahora el impacto de la crisis que está extendiéndose por el continente, puede ser aún de utilidad valorar los datos que nos ofrecía Fernando Cano, como punto de partida para posteriores análisis



















El primer ministro de Bulgaria, Sergei Stanisev, visitando la Feria Técnica Internacional de Plovdiv, a finales del mes de septiembre de este mismo año


"El País", Economía-Negocios

REPORTAJE: COYUNTURA INTERNACIONAL

Los temores búlgaros
La economía del nuevo socio de la UE se ralentiza hasta el 6%

FERNANDO CANO 23/09/2007


Bulgaria sigue siendo uno de los miembros de la UE con mayor tasa de crecimiento. Gracias al dinamismo de la inversión extranjera y al aumento del comercio exterior con sus socios comunitarios, el país podrá crecer un 6% este año. No obstante, los riesgos vienen de la mano de su elevado déficit comercial, una inflación al alza y sus elevados niveles de pobreza.

Los últimos datos revelados por diferentes organismos internacionales y servicios de estudios sitúan el crecimiento del PIB búlgaro en un 6% para este año, después de crecer un 6,1% durante el año pasado. No obstante, estos mismos informes revelan que los próximos cursos el crecimiento comenzará a ralentizarse. Economist Intelligence Unit (EIU) reduce el dato de crecimiento hasta el 5,5% para 2008 y un 5,1% para 2009. Pese a ello, Bulgaria seguirá siendo uno de los países más dinámicos de la Unión Europea.

Parte del crecimiento búlgaro se debe a los elevados niveles de inversión extranjera y del despegue del comercio exterior. La inversión aumentó un 45% en los dos últimos años, mientras que el flujo de capitales extranjeros llegó hasta los 6.300 millones de euros en julio, considerando los últimos doce meses. Una cifra que representa casi el doble de los 2.600 millones registrados en los dos últimos cursos. Para el EIU, este crecimiento se debe a la combinación entre los avances en el clima para hacer negocios, el alza del PIB y la integración a la UE.

Tipo fiscal fijo

Precisamente para contribuir a la llegada de capital extranjero y dinamizar el consumo interno, el Gobierno polaco ha decidido imponer un tipo fijo fiscal del 10%, muy inferior al que se registra en otros países europeos. En cuanto al comercio exterior, la entrada al club comunitario ha dinamizado las exportaciones e importaciones del país. Entre enero y junio de este año, las exportaciones crecieron un 7,5%, mientras que las importaciones lo hicieron en un 18,5%.

En el primer semestre de este año, el 63% de las exportaciones búlgaras tuvieron como destino a sus socios de la Unión Europea, comparado con el 61% registrado en igual periodo del año pasado. En cuanto a las importaciones, 5.260 millones provinieron de la UE, el 53,1% del total que se compara con el 51,2% de hace un año. Estos importantes incrementos se explican en gran parte por la entrada de Bulgaria al club comunitario en enero de este año.

No obstante, este dinamismo se ha convertido en un arma de doble filo. Muchos analistas advierten signos de sobrecalentamiento en la economía, después de la escalada de la inflación y el desequilibrio en la balanza comercial. Durante los primeros seis meses del año, el balance negativo entre exportaciones e importaciones llegó hasta los 3.290 millones de euros, el 12,3% del PIB.

Reformas sociales

En el caso de la inflación -síntoma de un aumento del consumo interno-, ésta se ha elevado hasta un 8,4% en julio comparado con igual periodo del año anterior. No obstante, las predicciones indican que esta cifra debería caer hasta el 6% a final de año, para reducirse paulatinamente hasta el 5% en 2008 y el 3% en 2009. En cualquier caso los pronósticos del FMI son algo mejores y sitúan los precios en un crecimiento de 5,3% este año y 3,6% el próximo.

Estos datos se producen en momentos en que el Ejecutivo ha anunciado un plan de reformas sociales que entre otras cosas incluyen el aumento del salario mínimo, incrementar las pensiones en un 10% y los salarios de la Administración Pública en un porcentaje similar. Del mismo modo, se prevé reducir las contribuciones a la Seguridad Social en tres puntos porcentuales. El objetivo principal es mejorar las condiciones de una de las poblaciones con mayores índices de pobreza en la UE.

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sábado, diciembre 15, 2007

NOTA: Miradas turcas desde BALKAN





















Pieza caligráfica del maestro Gebecizade Mehmed Vasfi, que a comienzos del siglo XIX fue mentor del sultán Mahmud II. Algunos sultanes llegaron a ser, ellos mismos, reputados calígrafos

Hace pocos días, se anunciaba en la lista BALKAN, por cortesía de José Antonio Martínez Cortijo y en base a noticia de Europa Press, la celebración en Madrid del ciclo "Miradas turcas" [Vid. asimismo la noticia ofrecida por Pere Julià en su blog]. El foro mencionado es una lista de distribución integrada en RedIris, Red española de I+D, a la cual puede acceder libremente cualquier internauta, e incluso susbscribirse a algunas de las que ofrece libre acceso este servicio en su extenso índice. Incluso es posible crear alguna nueva, siempre que se cumpla con los requisitos estipulados por RedIRIS. La lista BALKAN fue fundada por el autor de este blog y el Dr. José Miguel Palacios en febrero de 2000, y desde entonces ha venido acogiendo opiniones y noticias sobre política, historia y cultura de los Balcanes.


En esta ocasión, la noticia sobre "Miradas turcas" es de esas que pueden pasar injustamente desapercibidas para la exigüa comunidad de interesados en el mundo ex otomano y balcánico. A resaltar, en especial, las actividades relacionadas con la cultura otomana, que muy difícilmente llegan a España, y en especial la muestra de caligrafía procedente del museo creado por Sakıp Sabancı (1933-2004), que fuera fundador del holding homónimo. También sería muy interesante saber si está prevista alguna conferencia de Nazan Ölquer, directora del Sabancı y ex directora de Museo de las Obras Turcas y Islamicas de Estambul, una experta especialmente inteligente. Asimismo, reviste interés el apartado dedicado a la pintura otomana de factura occidentalizante y los maestros europeos que trabajaron en Estambul. Posiblemente sea también muy recomendable la aproximación a la joyería otomana.


Y para terminar: si algún lector se siente interesado por las joyas de la caligrafía otomana, puede visitar un blog muy interesante por su rareza: Journal of Ottoman Calligraphy

















Pieza caligrafiada por el maestro Es-Seyyid Abdullah Effendi, fallecido en 1731. La primera parte de su nomre hacíoa referencia a su parentesco con la familia del Profeta. Caligrafió veinticuatro ejemplares del Corán, entre otras muchas obas

"Miradas turcas" propone un encuentro entre Turquía y España para que "la cultura sea un sustrato de convivencia y paz"‏

EL CICLO, QUE SE DESARROLLARÁ EN MADRID, DESTACA ENTRE ACTIVIDADES VARIAS, LA MUESTRA 'LÍNEAS EN ORO', CON 96 OBRAS DE CALIGRAFÍA OTOMANA

Los encuentros entre Turquía y España, que bajo el título 'Miradas turcas', tendrán lugar desde mañana hasta el 14 de enero en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con el objetivo de que "la cultura sea un sustrato de convivencia y paz", según manifestó hoy la directora de la Biblioteca Nacional de Madrid, Milagros del Corral. Esta confrontación es el prolegómeno del I Foro de la Alianza de Civilizaciones que se celebrará en Madrid los días 15 y 16 de enero de 2008.

'Miradas turcas' propone una serie de actividades de las que destaca la exposición 'Líneas en oro', que muestra, desde mañana hasta el próximo 2 de marzo, un total de 96 obras de caligrafía otomana procedentes del Museo Sakip Sabanci, cuya directora, Nazan Ölquer, explicó que "este arte caligráfico es el lugar dónde el arte musulmán se siente reflejado".

La exposición presenta ejemplos de este arte a lo largo de 500 años, muchos de ellos textos religiosos, como copias manuscritas del Sagrado Qur'an, hilye (descripciones del Profeta), levha (paneles caligráficos), kit'a (versos individuales) y muraqqaa (álbumes), o documentos oficiales, como ferman (decretos imperiales), berat (títulos de privilegio) y mensur (títulos de categoría y oficio). Además, se muestra una serie de cuadros con ejemplos distinguidos de los principios de la pintura turca al estilo europeo, de la última época del periodo otomano y de artistas occidentales que trabajaban en Estambul.

LITERATURA

El novelista turco y premio Nobel Orhan Pamuk y el escritor Juan Goytisolo representarán esas miradas turcas y españolas, en el diálogo que mantendrán sobre el simbolismo del término ciudad, el próximo 19 de diciembre en la Biblioteca Nacional de Madrid. En concreto y según destacó Del Corral, Pamuk hablará sobre Estambul y Goytisolo sobre Marrakech.

Asimismo, el 20 de diciembre, en el mismo emplazamiento, las autoras Buket Uzuner y Fanny Rubio dialogarán sobre el papel de las mujeres en la literatura turca y española. "La intención de estas charlas es acercar la literatura turca a España, porque en ocasiones está cargada de estereotipos que no se relacionan con la realidad", manifestó Del Corral.

ACTIVIDADES CULTURALES

El programa de 'Miradas turcas' lo completan una serie de actividades como un ciclo de cine, de música, unas jornadas gastronómicas y unos talleres sobre arte otomano. En primer lugar, en el ciclo de cine se proyectarán, del 11 al 20 de diciembre en la Filmoteca Nacional, los filmes 'La venganza de las serpientes' de Metin Erksan; ¿Cómo salvar a Asiye?, de Asiye Nasil; 'En ninguna parte' de Tayfun Pirselimoglu; 'El exilio azul' de Mavi Sürgün; 'El miedo de un hombre a dios' de Özer Kiziltan; y 'Mi padre y mi hijo' de Çagan Irmak.

Con respecto a la música, el percusionista Burham Oçal, estandarte de la música popular turca, ofrecerá un concierto el 15 de diciembre en el Círculo de Bellas Artes. Asimismo, el 16 del mismo mes, el músico Kudsi Erguner, experto en ritos espirituales y en la flauta de caña típica de Turquía, presentará un recital en el Auditorio Nacional.

'Miradas turcas' cierra su programación con unos talleres que tendrán lugar en la Facultad de Bellas Artes y el Museo del Traje, que tratarán sobre los aspectos de la cultura otomana y provocarán un acercamiento a los secretos de las joyas elaboradas en el Imperio. Además, del 11 al 20 de diciembre se han propuesto unas jornadas gastronómicas que llenarán el restaurante El Bósforo de los sabores más propios de la herencia culinaria otomana, como arroz, verduras y carnes aderezadas con numerosas especias.

Los encuentros entre Turquía y España, que bajo el título 'Miradas turcas', tendrán lugar desde mañana hasta el 14 de enero en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con el objetivo de que "la cultura sea un sustrato de convivencia y paz", según manifestó hoy la directora de la Biblioteca Nacional de Madrid, Milagros del Corral. Esta confrontación es el prolegómeno del I Foro de la Alianza de Civilizaciones que se celebrará en Madrid los días 15 y 16 de enero de 2008.

'Miradas turcas' propone una serie de actividades de las que destaca la exposición 'Líneas en oro', que muestra, desde mañana hasta el próximo 2 de marzo, un total de 96 obras de caligrafía otomana procedentes del Museo Sakip Sabanci, cuya directora, Nazan Ölquer, explicó que "este arte caligráfico es el lugar dónde el arte musulmán se siente reflejado".

La exposición presenta ejemplos de este arte a lo largo de 500 años, muchos de ellos textos religiosos, como copias manuscritas del Sagrado Qur'an, hilye (descripciones del Profeta), levha (paneles caligráficos), kit'a (versos individuales) y muraqqaa (álbumes), o documentos oficiales, como ferman (decretos imperiales), berat (títulos de privilegio) y mensur (títulos de categoría y oficio). Además, se muestra una serie de cuadros con ejemplos distinguidos de los principios de la pintura turca al estilo europeo, de la última época del periodo otomano y de artistas occidentales que trabajaban en Estambul
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jueves, diciembre 13, 2007

NOTA: Seguridad social en camilla



Manifestaciones en Atenas, 12 de diciembre, 2007. La actuacióin contundente de la policía es casi una tradición en Grecia


En una de las novelas de Petros Markaris, el comisario Jaritos, herido en acto de servicio, ha de visitar al médico de la seguridad social. Ante las reticencias del galeno, discute con su esposa si debería recurrir al "sobre", es decir, la propina. No recuerdo si las circunstancias eran exactamente estas, pero el contexto general de la anécdota si coincide plenamente. Ante mi extrañeza, consulté con un amigo, residente en Atenas desde hace años: ¿Realmente siguen perviviendo tales niveles de corrupción en Grecia? Por supuesto, fue la respuesta de este hombre: él mismo tenía a mano el sobrecito con una cantidad tirando a abultada por si alguna contingencia sanitaria inesperada exigía abrise paso por entre las colas de espera a golpe de euro. Y no sólo eso: me relató otras historias de las más castiza Hélade, referidas, por ejemplo, al mundo del taxi. La anécdota reafirmó mi confianza en Markaris como clásico escritor de novela negra, es decir, aquel que utiliza dicho género para retratar los aspectos más turbios de la sociedad en la que habita.


La huelga general en Grecia se superpuso informativamente con, a este lado del Mediterráneo, el pequeño incendio que tuvo lugar ayer mismo en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, conocido popularmente como "Can Ruti". El accidente no revistió mayor gravedad en sí mismo: apenas afectó a 50 metros de una estancia en un sótano, pero la desorganización, la más que probable carencia de un eficaz servicio de prevención (interno o externo, pero obligatorio en las empresas de este país) junto con esa extraña y difusa pero extendida dolencia socio-laboral que es la suave "rehusación de responsabilidades", han generado un espectáculo sorprendente, con evacuación de enfermos entubados por las ventanas, colchones y mantas en las azoteas y hasta un hospital de campaña a pie de edificio. Porque al "Can Ruti" le pasa lo que al Clínic y otros buenos hospitales públicos catalanes y españoles: sus facultativos practican medicina de referencia, el personal sanitario posee una sólida experiencia profesional, pero... las infraestructuras están envejecidas, la buena voluntad y la improvisación parchean las carencias, unas cosas y otras están fijadas con alfileres; y el paciente, que a lo mejor se salva de una dolencia crítica gracias a una operación espectacular o un tratamiento de vanguardia, puede terminar pasándolas negras por un fallo banal.



Un paciente ingresado, entubado, es evacuado a través de una ventana. Hospital "Can Ruti", Badalona (Barcelona), 12 de diciembre, 2007






En todo caso, la intención de este post no es, ni de lejos, abogar por el recorte de los sistemas de seguridad social. Nada más alejado de ello: precisamente, ese debe ser el futuro de la sanidad. Que no se engañen los neocons: los tratamientos onerosos y de última generación sólo los pueden afrontar los sistemas de seguridad social. Si el ciudadano piensa que mutuas y seguros privados pueden sustituirlos, se llevaran una amarga desilusión cuando deban renunciar a ellos o pagar cuotas muy elevadas para que les incluyan sólo una parte de los servicios que habitualmente ofrece la medicina del welfare state. Por tanto, se trata de cuidarla y hasta mimarla. Primero, porque es insustituible; y segundo, porque cuando falla, las consecuencias son devastadoras. Un ejemplo extremo: Egipto, es el país del mundo con mayor prevalencia de hepatitis C: cinco millones de casos a comienzos de 2007 (sobre una población total de algo más de quince millones), legado de las campañas del gobierno anteriores a 1980 para tratar a la población rural de esquistosomiasis, una enfermedad propagada por el agua que antaño fuera endémica en el país. Las campañas de tratamiento, que conllevaban varias inyecciones, no siguieron modelos de higiene rigurosos y por ello extendieron en la población a través de la sangre la enfermedad del VHC.


Por ello, todo el apoyo de este humilde blog a las protestas de los ciudadanos griegos que se oponen al recorte de las prestaciones de su seguridad social. En buena medida, es una huelga que define la plena europeidad de Grecia. El día en que otros países balcánicos organicen manifestaciones para reinvindicar un mejor servicio de sanidad pública o por otra causa social, dejando de lado aquellas relacionadas con retoques fronterizos, rechazo del vecino e indignaciones nacionalistas varias, será síntoma de que están avanzando seriamente en el camino de la normalización civil y la integración real en Europa.



Hospitalización en la terraza, Hospital "Can Ruti", 12 de diciembre, 2007




Terra Actualidad - EFE

Grecia, 12-12-2007

Masiva huelga y manifestación contra reformas en seguridad social

Más de 200.000 personas se manifestaron hoy en Atenas contra las reformas del sistema de seguridad social propuestas por el gobierno, en medio de una huelga general de 24 horas convocada por los sindicatos.

'Ha habido una respuesta de un 90 por ciento de los trabajadores a nivel nacional y la manifestación en Atenas ha sido la mayor desde 2001, superando las 200.000 personas', informó a Efe el portavoz de la Confederación General de Trabajadores (GSEE), Stathi Anesti.

Junto con la Unión de Funcionarios Públicos (ADEDY), la GSEE convocó para hoy una huelga general en 63 ciudades griegas, en protesta contra las reformas que ha propuesto el gobierno conservador que, según alegan los trabajadores, afectan a las capas sociales de los ingresos más bajos.

Según los sindicatos, las reformas merman derechos y logros de unos tres millones de trabajadores públicos y privados.

'Dejen en paz nuestra jubilación' y 'Nuestros ahorros de nuestras cajas no se negocian', rezaban algunas de las pancartas que portaban los manifestantes, entre ellos profesores, abogados, ingenieros, doctores, empleados de bancos, funcionarios y personal de la aerolínea nacional Olympic Airlines, junto a inmigrantes legales e ilegales.

Estos últimos han denunciado que son cerca de un millón y que trabajan sin seguridad social.

La huelga mantuvo a todos los aeropuertos griegos cerrados, al igual que los puertos y las estaciones de ferrocarriles.

El transporte público en Atenas funcionó sólo un par de horas para facilitar el trasladado de los ciudadanos a la manifestación.

Durante la protesta se produjeron algunos incidentes entre la policía antidisturbios e individuos que prendieron fuego a un vehículo privado e intentaron romper vitrinas, antes de ser dispersados con bombas lacrimógenas.

Los periodistas griegos, unos de los más afectadas por el proyecto de reformas, participaron también en la huelga y por segunda vez en dos semanas se ausentaron de sus trabajos, creando un vacío en la información.

Gsee anunció hoy que la próxima semana se decidirá sobre la continuación de las protestas contra el Gobierno, que ha propuesto la unificación de algunas de las cajas de pensiones y parece inevitable que se aumente la edad de jubilación.

Se trata de la mayor manifestación de descontento social desde que el partido conservador Nueva Democracia asumió por primera vez el poder en 2004.

Con el compromiso de continuar el proceso de reformas iniciado entonces, Nueva Democracia fue reelegido en septiembre de este año cono una mayoría parlamentaria ajustada.

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martes, diciembre 11, 2007

¿Por qué Kosovo? (y 2)
















Putin y Bush se echan un pulso estrujando de paso a serbios y albaneses. Una ajustada visión de la realidad realizada por el conocido caricaturista serbio Corax, que publica habitualmente en la revista belgradense "Vreme"

Entrevista concedida al Canal 9 de Valencia, a media tarde de ayer, 10 de diciembre. La periodista ofrece como gran primicia informativa a comentar el hecho de que la Unión Europea parece dispuesta a apadrinar la independencia de Kosovo, en sustitución de la ONU. Desilusión total cuando le respondo que la novedad tiene dos meses. De hecho, si leyera de vez en cuando este blog, se hubiera enterado de ello ya el 11 de octubre, y eso que la noticia procedía del “The New York Times”, nueve días antes. La entrevistadora tampoco entendía que la independencia de Kosovo difícilmente pudiera ser modelo cabal para ningún movimiento soberanista en la Europa occidental, tras ocho años de casi infructuosas misiones, ayudas y gestión internacionales, y eso después de haber organizado una guerra con el consiguiente resultado de muertes y destrucción de bienes e infraestructuras.

¿Cómo va a ser Kosovo el espejo del independentismo flamenco, bretón, vasco o catalán, cuando otros modelos de más enjundia y futuro –como el lituano, el esloveno, el eslovaco, incluso el croata o el montenegrino- se han quedado por el camino como juguetes rotos? Otra cosa es que el precedente que están marcando la ONU, le UE y los Estados Unidos –bendecir la secesión de una provincia previamente integrada en un estado soberano, cuyas fronteras estaban reconocidas por esas mismas entidades- pueda ser la siembra de los primeros vientos que anuncien tempestades. Pero el “modelo kosovar” es lo de menos. O en todo caso, podría ser el anuncio de la futura política de minorías en la UE: un tinglado en formato “cajas chinas” con desembocadura en el reconocimiento legal del estatus de minoría para poblaciones de inmigrantes comunitarios con un determinado número de años de residencia en el país de acogida. De momento, por ejemplo, veremos qué resultados irá obteniendo en el futuro el Partido Independiente Rumano en algunas de las numerosas alcaldías españolas en las que creen que pueden llegar a tener peso político.
















El presidente grecochipriota Tasso Papadopoulos (derecha) junto al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, durante una reciente reunión en Nicosia. Los grecochipriotas le han visto las orejas al lobo: ¿El embrollo kosovar podría traer alguna forma de reconocimiento internacional para la RTNC? No es extraño que basculen hacia Rusia, país con el que siempre han mantenido buenas relaciones y excelentes negocios


La verdad es que la prensa lleva un despiste fenomenal y esta vez no sólo la española. Y como no saben lo que deben decir, dado que no hay consignas claras sobre lo correcto y lo incorrecto, se hacen unos líos importantes. La tendencia más o menos general es ir de agoreros y barajar o sugerir lo habitual en estos casos: guerras, masacres y caos balcánico a diestro y siniestro. Como hace quince años o más, lo de siempre. Caso de que no suceda nada, hacen mutis por el foro, lo más discretamente posible, y esperan a la próxima fecha "tremenda". Otros, restos de serie de la colección de "expertos en los Balcanes" que brotaron como champiñones en la pasada década, se limitan repetir viejos mantras y quedar bien: no queda más remedio que acceder a la independencia de Kosovo, pero hay que aprovechar para implantar allí la democracia, la justicia, y la bla, bla, bla... Como si no lleváramos ya casi dos décadas de excelentes e impecables intenciones, jaculatorias y hermosos conjuros, que ya no sirven ni para salvar la cara a los que las utilizan.

En fin, a estas alturas, los pobres periodistas ya no se enteran de dónde van a caerles las tartas. Buscando y rebuscando una solución, a TV3, la televisión autonómica catalana, se le ocurrió una muy sencilla: gastarse una pequeña fortunita y hacer un reportaje de media hora sobre... ¡Bosnia! Un producto muy Carles Bosch, su director. Ya saben, la historieta colorista de siempre: Sarajevo, Srebrenica, habla el hermano de Karadzic (ya habitual en las teles occidentales) serbios malos y brutos, animadversiones interétnicas seculares, pero bosniomusulmanes-preservan-la-diversidad: el menú completo que nunca falla desde 1992, que quince años no son nada. Y todo ello emitido el domingo día 9 y presentado Joan Salvat bajo el argumento de que "el corazón de los Balcanes vuelve a calentarse, mañana Kosovo podría declarase independiente con la oposición de Serbia y Rusia..." Todo un recital de rentabilidades a costa de exprimir a fondo el "síndrome del 93". Claro, no se mencionó Kosovo, pero da igual, porque para muchos televidentes, los Balcanes son una gigantesca albóndiga informe, un corral donde serbios, bosnios, croatas, albaneses y tutti quanti comen, duermen y hacen sus necesidades, todos juntos y revueltos. Y de esa manera quedan a salvo las simpatías políticamente correctas del más tibio y televisivo nacionalismo catalán hacia los "pueblos y naciones oprimidos" en general, sin dar nombres y pasando por encima de los conflictivos albaneses.

Mientras tanto, ayer por la mañana
, “El País” informaba en su edición electrónica de que Chipre es el único país miembro de la UE que se opone con uñas y dientes al reconocimiento formal de la independencia kosovar. ¿Realmente existe la posibilidad de que ese proceso lleve a un reconocimiento internacional de la República Turca del Norte de Chipre? Pues claro que sí, faltaría más. ¿Por qué no? La misma lógica “aplastante” de unos se aplica a los otros: ¿Por qué negarles a los albaneses de Kosovo su independencia, si eso es lo que quieren?¿Por qué no reconocerles a turcos de Chipre su república, si eso es lo que desean? Claro que una vez más se puede tirar del doble rasero habitual, pero eso terminaría funcionando ahora a favor de Turquía, ya ven lo que son las cosas. Y más facturas políticas que deberán pagarse en los Balcanes, y más dinero a fondo perdido (parece que sobra) en el enorme agujero negro que es en realidad el pequeño territorio kosovar. Los europeos están cayendo impasiblemente en las trampas de los demás: la que supuso Kosovo para Yugoslavia, y la que fue Afganistán para la Unión Soviética.

Por lo tanto, se está formando un plancton de confusiones y agravios comparativos que vamos a ver cómo se deshace. Desde luego, lo que menos importa es el destino de los albaneses de Kosovo y cualquier alusión a sus “derechos históricos” es mera filfa, por el mero hecho de que nunca existió anteriormente una “República de Kosovo”. No hay nada que restaurar. Tendría más lógica histórica una Gran Albania que integrara a Kosovo y el tercio occidental de Macedonia, pero eso parece difícil que vaya a cumplirse ante la oposición de los albaneses de Albania, que no muestran precisamente muchas simpatías por los hermanos kosovares. Una Gran Albania con capital en Priština es lo último que desearían.














Poses de guerra fría: un par de oficiales paracaidistas rusos miran hoscamente al oficial británico que les fotografía. Slatina, aeropuerto de Kosovo, junio de 1999. Rusia fue especialmente humillada en Kosovo y una reacción de última hora consistió en enviar tropas de intervención desde Bosnia para ocupar el aeropuerto de Kosovo adelantándose a la llegada de las fuerzas de la OTAN. Pinchar en la foto para obtener ampliación

En realidad, los que están jugando ahí su partida propia son Rusia y los Estados Unidos; quién pagará los platos rotos, como suele ser norma, es la Unión Europea. Moscú, lógicamente, desea retomar el papel que tuvo en los Balcanes desde el siglo XVIII. Durante la fase final de la presidencia de Yeltsin, un periodo de máxima decadencia, se vio apartada por la intervención de la OTAN y la presión norteamericana. Pero era mucha ingenuidad por parte de los occidentales suponer que las cosas seguirían siempre así. Y hoy, al final de esta historia de la independencia anunciada de la microrrepública, la gran pregunta del millón: ¿A quién le comprarán los albaneses de Kosovo el petróleo, el gas, la electricidad, todo el paquete energético, en suma? Pues lo más lógico es que de una forma u otra importen de Rusia, el proveedor más cercano y más económico. Además, no hay muchas más alternativas posibles, si excluimos el caro, lento y más bien decadente oleoducto AMBO, de capital norteamericano, pero que al fin y a la postre transportará crudo... ruso.

Por otra parte, muchos hombres de negocios albaneses están haciendo grandes negocios con los rusos. De hecho, algunos actúan incluso como intermediarios u hombres de paja de inversores de esa nacionalidad que están comprando terrenos por aquí y por allá, en Montenegro, en Croacia, en diversos puntos de los Balcanes. Para muestra un botón:
Beghjet Pacolli, el millonario albanés que hizo suculentos negocios en Rusia y volvió a Kosovo para fundar en 2006 du propio partido: Alianza para un Nuevo Kosovo (Aleanca Kosova e Re, AKR) partido que quedó tercero en las recientes elecciones, con un 10% de los votos, a pesar de la insistente campaña de denuncia que se le organizó en su país. Por lo tanto, si unos han de acostumbrarse a la idea de un Kosovo independiente, les guste o no, los otros tendrán que resignarse al retorno de Rusia a la zona, así están las cosas. La superpotencia eslava será el principal suministrador de energía de la zona, un referente para las inversiones en Kosovo, destino de negocios para los albaneses y, debido a todo ello, terminará por tener la sartén por el mango en una serie de cuestiones.



















Behgjet Pacolli posa con Boris Yeltsin tras llegar a un acuerdo comercial, en 1996. La fotografía forma parte de la campaña que sus adversarios políticos organizaron contra él durante las recientes elecciones generales en Kosovo

Visto desde el prisma norteamericano en 1999, el conflicto de Kosovo fue un intento por demostrar que el “Nuevo Orden” anunciado por George Bush padre a comienzos de los años noventa, había triunfado a finales de la década, aunque fuera a golpes de fuerza bruta aquí y allá. De paso, se trataba de hacer olvidar otros conflictos que se estaban desarrollando por esas mismas fechas y desmentían de plano ese discurso, pero que tenían la mala fortuna de desarrollarse en regiones más pobres del planeta: Argelia, Congo, Sierra Leona, Colombia. La guerra de Kosovo supuso, por parte de la OTAN, un despliegue militar descomunal cuyo fin real no era exactamente solucionar un conflicto en una pequeña provincia balcánica del tamaño del principado de Asturias, sino ofrecer la imagen de que el Nuevo Orden era lo que un grupo de grandes potencias decidirían que fuera. A éste respecto, cuando la prensa occidental ofrecía espantosas descripciones de las matanzas argelinas, con todo lujo de detalles sobre tripas colgando de los árboles, niños aplastados contra la pared o embarazadas destripadas; cuando las televisiones mostraban a los niños soldados de Sierra Leona o los abigarrados rebeldes liberianos con máscaras o pelucas de colores, sólo se trataba de ofrecer imágenes más o menos pintorescas o crueles que dieran una medida de cuán primitivas eran esas guerras y por lo tanto, cuán irresolubles le resultaban a la “comunidad internacional occidental”.

Dado que teóricamente resultaba imposible resolver tales conflictos, el Nuevo Orden debería ajustarse a aquellos otros susceptibles de ser zanjados por las potencias occidentales. Esto podía ofrecer un abanico más o menos amplio de opciones, pero de cualquier forma, una cosa era vender el resultado como un depurado producto mediático, a mayor gloria de las potencias intervinientes; y otra muy diferente era mover las piezas con discreción, a veces como acción colateral en el escenario principal.























Un joven albanés besa fervorosamente un poster del presidente George W. Bush. La devoción de los albaneses de Kosovo por los norteamericanos llega casi a la obsesión: hay restaurantes, calles, posters y mil denominaciones que loan a la familia Clinton al completo o al actual presidente. Sin embargo, la gran mayoría de las ayudas y subvenciones provienen de Europa.


Sin embargo, ese Nuevo Orden selectivo que intentaban imponer las grandes potencias occidentales, no sólo no coincidía con el que deseaban las nuevas potencias emergentes, como Rusia, China o India, sino que ni siquiera respondía a los grandes desafíos de la globalización. Al fin y al cabo, ésta era heredera directa de la Guerra Fría –el primer gran conflicto global de la historia- y de la misma forma que durante esos cuarenta años cualquier conflicto en cualquier punto del planeta era susceptible de desencadenar un guerra a gran escala o un foco de tensiones de difícil resolución, lo mismo iba a suceder a partir de 1991. Y justamente por ello, los conflictos yugoslavos se encadenaron unos con los otros durante la década de los noventa, y Kosovo –o mejor, el modus operandi de las grandes potencias en torno a esa guerra- no tardarían en llevar a Afganistán e Irak.

Así, a pesar de los grandes esfuerzos propagandísticos destinados a insistir en que Kosovo era el comienzo de una nueva era de paz y justicia internacionales basados en una tecnología militar futurista, en realidad esa guerra supuso un retorno a modelos antiguos de intervencionismo internacional. No sin razón, la campaña de Kosovo no tardó en generar numerosas protestas entre aquellos que había apoyado la intervención en Bosnia y pronto comenzó a hablarse, no sin razón, del nuevo “imperialismo humanitario”, concepto que iba a inspirar más de un libro.

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domingo, diciembre 02, 2007

“Un hombre de nacionalidad rumana…”






















Ejemplo a seguir: cubierta del libro de Miguel Pajares del cual se hace una breve reseña al final de este post. Un estudio profesional y completo sobre un asunto controvertido que no interesa a los políticos españoles

En los últimos tiempos han menudeado noticias desagradables o dramáticas protagonizadas por inmigrantes de nacionalidad rumana. Primero llegaron a nuestros telediarios y periódicos algunos casos de violencia de género, como se dice ahora, de forma gramaticalmente impropia pero políticamente correcta. Después, a comienzos de septiembre, nos golpearon las espantosas imágenes de un inmigrante rumano quemándose a lo bonzo en Castellón. El hombre, se prendió fuego en protesta por el precario estado económico de su familia, tras llegar a España con una promesa de trabajo que resultó ser falsa, tras lo cual tuvo que sobrevivir tres meses, junto a su mujer y sus dos hijos, con la venta callejera de refrescos y chatarra. Ingresado con quemaduras que le interesaban hasta el 70% de su cuerpo, sobrevivió quince días en estado crítico antes de fallecer, el 19 de septiembre. El caso de Marian Mitriţă, que era como se llamaba este pobre hombre de etnia gitana, tuvo derivaciones todavía más penosas cuando, ya en Rumania, su familia segregó a su esposa, señalándola como causante de la tragedia. Todo ello fue cumplidamente seguido por la prensa española y en algunos casos, aunque parezca obsceno, incluso algunos intentaron sacar réditos políticos, aunque fueran mínimos.



El horror de una tragedia innecesaria: Marian Mitriţă se prende fuego ante las cámaras. Sucedió en Castellón, provincia que aglutina un destacado porcentaje de la inmigración rumana en España












Para rematar el conjunto, la Unión Hispano-Rumana “Dacia” tuvo que intervenir para que You Tube retirara un vídeo de intencionalidad xenófoba en el cual la canción de Georgie Dan “La Barbacoa” acompañaba las imágenes de Mitriţă ardiendo. ¿Recuerdan la escandalera que se organizó en marzo de este mismo año, cuando se publicó la noticia de que un fiscal turco había bloqueado la difusión de You Tube en el país porque la empresa no había retirado un video ofensivo contra la figura de Atatürk? Por entonces hubo mucho llanto y crujir de dientes ante el “avasallamiento” de la libertad de expresión que parecía significar el correctivo aplicado a la política editorial de You Tube. Después de ese incidente hubo otros muchos similares. Sólo dos meses más tarde, el Pentágono prohibía el acceso desde los equipos del Departamento de Defensa a You Tube y My Space; los motivos fueron técnicos, pero la decisión generó polémica, porque no parecía que se tratara sólo de eso. Por estos pagos se ha denunciado reiteradamente la utilización de ese foro para colgar vídeos de violencia y abusos grabados por adolescentes; y en ese contexto entraba el vídeo xenófobo montado a costa de Marian Mitriţă; pero en este caso, nuestros bravos medios de comunicación pasaron de puntillas sobre el asunto, claro que sí. De hurgar en el drama del gitano suicida sí que se podía sacar algo; de denunciar nuestro propio humus xenófobo, no.

Pasaron las semanas, que ni siquiera meses, y muy a comienzos de noviembre estalló el escándalo de las expulsiones masivas de rumanos en Italia. Todo comenzó cuando una mujer italiana fue violada, robada y asesinada en Roma presuntamente por un ciudadano rumano de etnia gitana, residente en un siniestro poblado de chabolas, Tor di Quinto. El gobierno italiano respondió aprobando un polémico procedimiento de expulsión que en teoría afectaba a todo el colectivo de inmigrantes rumanos en Italia, más de medio millón. Europa quedó boquiabierta ante la contundencia y celeridad con la que actuaron las autoridades italianas: en cuestión de horas el gobierno Prodi aprobó un decreto urgente que habilitaba a los prefectos de todas las ciudades de toda Italia a expulsar ciudadanos de otros países de la UE por causa de delitos o “motivos de seguridad pública”. En realidad, el decreto iba dirigido contra los rumanos y las expulsiones comenzaron casi enseguida: inicialmente afectaba a unas 5.000 personas.

El escándalo era un nuevo producto de la siempre tortuosa política italiana: una jugada del actual alcalde de Roma, Walter Veltroni, recién ungido como líder de la nueva formación de centro-izquierda, el Partido Demócrata. Como sucesor natural de Romano Prodi, actual primer ministro, Veltroni se estrenó con un golpe de efecto populista que dejó fuera de combate a la derecha: convocó una conferencia de prensa y pidió mano dura contra la emigración descontrolada. Ante esa situación y teniendo en cuenta que se espera una pronta convocatoria de elecciones en Italia, Prodi sólo tenía la opción de desautorizar a su heredero político o seguirle el juego. Así fue como Veltroni pilló descolocados a todos, incluido al presidente de la República, Giorgio Napolitano, que firmó inmediatamente el decreto de expulsión.

Por lo tanto, el oportunismo político llevado al límite desató una crisis social muy peligrosa. Veltroni hurgó en los recovecos más turbios de los miedos italianos. Según él, hasta un 75% de las detenciones en Roma correspondían a ciudadanos de origen rumano. Desde que Rumania ingresó en la UE, en enero de este mismo año, miles de inmigrantes llegaron al país, haciendo de Italia el país de la UE que más rumanos acogió, y dejando en segundo plano la imagen de los albaneses como gran colectivo principal, con gran potencial delictivo.



La policía italiana irrumpe en fuerza en la barriada chabolista de Tor Di Quinto, que fue derribada en el contexto de la política de mano dura contra la inmigración rumana, puesta en marcha en Italia durante el pasado mes de noviembre







Todo este barullo que hubiera podido dar lugar a una verdadera catástrofe social y política fue desactivado en el último momento por la intervención del gobierno rumano, que el 7 de noviembre envió al primer ministro Călin Popescu Tăriceanu a entrevistarse con Romano Prodi. Rápidamente, los italianos suavizaron actitudes y maneras –de la misma forma que previamente las habían encrespado, con furia latina- y prometieron que las expulsiones sólo se ejecutarían puntualmente. Ambos políticos suscribieron acuerdos de colaboración y de paso aprovecharon para cargarle parte del muerto a Bruselas, enviando una carta para que la UE tomara cartas en el asunto; dicho de otra manera, para que aportara fondos destinados a programas de integración social de inmigrantes sin recursos dentro de la UE.

El pasado día 27, el presidente rumano, Traian Băsescu, llegó a Madrid en su primera visita de estado a España. Le acompañaban los ministros de Exteriores y de las PYME. Lo recibieron los reyes, visitó Castellón y allí, en la plaza de toros citó a miles de compatriotas que trabajan y residen en esa provincia. Los medios de comunicación españoles pasaron sobre esta visita; apenas mención en la prensa y rápida revista en la televisión.
Transcrito en una crónica de Europa Press, su discurso no llama mucho la atención. Pero aún así, los que conocen la lengua rumana en general y a Băsescu en particular, quizá pudieron apreciar un tono algo tenso, un punto bronco. Ciertamente, es el estilo característico de este presidente rumano, tirando a crispado y con capacidad de crispar. Y una de las frases que destacaba era aquella en que afirmaba que los rumanos que residen en España no entienden por qué el gobierno español mantiene la moratoria que impone restricciones a la libre circulación de trabajadores rumanos pese a la entrada de su país en la UE en enero.


Uno de los muy escasos efectos positivos que tuvo la crisis de los inmigrantes rumanos en Italia fue la disolución del grupo parlamentario de extrema derecha en la Eurocámara (Identidad-Tradición-Soberanía), a raíz de unas declaraciones antirrumanas realizadas por la diputada Alessandra Mussolini, nieta del dictador homónimo, que los ultra de Vadim Tudor se tomaron muy mal






Al parecer, hubo varias incursiones a esta idea: Rumania quiere que sus ciudadanos "puedan ejercer el derecho fundamental ganado por la adhesión a la Unión Europea, que es la libre circulación de personas". O bien, dijo mostrarse muy agradecido del "calor" con el que ha sido recibido en España, que "no espera más del Gobierno español de lo que ya está haciendo" con respecto a los rumanos que residen en este país y que sus conciudadanos están muy agradecidos por cómo han sido recibidos en España, aunque les gustaría "ser tratados como ciudadanos europeos", de ahí la petición del fin de la moratoria. Por supuesto, hubo una inevitable alusión a lo ocurrido en el país latino: "Gracias a Dios ustedes no se han convertido en Italia". Y continuó explicando que ningún país que expulse a ciudadanos rumanos se encontrará "con la sintonía de las autoridades rumanas" puesto que Bucarest sólo aceptará imponer restricciones a sus propios ciudadanos si hay una sentencia judicial. "Rumanía no se va a convertir en un tipo de cárcel para sus propios ciudadanos", prometió.

Por lo tanto, Băsescu se pasó por Madrid para proponer algunos negocios y sacar un poco de pecho. Eso está bien, es lo que un presidente debe de hacer por su país, sus ciudadanos y también por sí mismo. Otra cosa es que desde aquí digamos amén a todo, tras habernos entrado por una oreja y salido por la otra. Aunque sea brevemente, la cuestión merece algunos comentarios.

Parece evidente que existe un problema relacionado con la inmigración rumana, asociado a su vez con un nexo causal común: el acceso de Rumania a la UE, en enero de este mismo año, que ha supuesto un aumento considerable del número de migrantes; por lo tanto, a más recién llegados de una misma nacionalidad concreta, más problemas potenciales con ese colectivo: es un axioma estadístico. Según el Ministerio de Trabajo,
el número de rumanos con tarjeta de residencia en España se ha duplicado en nueve meses (a fecha de 2 de noviembre). Si en tan sólo ese periodo (de enero a septiembre) el número de residentes rumanos registrados ha pasado de 264.928 a 560.670, eso significa una afluencia de casi 296.000 recién llegados en nueve meses. No es de extrañar que se produzcan disfunciones burocráticas, problemas de todo tipo, malentendidos: es muy posible que pura y simplemente, la maquinaria administrativa española no está preparada para afrontar un incremento que, además, ha continuado concentrándose en determinadas provincias, no se ha distribuido por toda la península. Y ello haciendo referencia tan sólo a los inmigrantes legalizados, ni se habla de los numerosos casos de personas que residen sin papeles. Ante este fenómeno sí se entiende mejor el asunto de la moratoria que Băsescu cuestiona. O por el contrario, quizá sería mejor levantarla, si realmente resulta que no sirve para nada. ¿Qué dice el gobierno español a todo esto?




















El presidente Traian Băsescu se dirige a la colonia de rumanos en España en la plaza de toros de Castellón, noviembre de 2007


Por otra parte, el presidente de Rumania nos explica que la razón por la cual los rumanos abandonan su país es "porque los sueldos son superiores" en los países a los que emigran. En consecuencia, siempre según Băsescu "esto se terminará cuando los sueldos en Rumanía sean aceptables para las aspiraciones de los rumanos". No sé qué pensarán ustedes, pero a mi esta argumentación me parece un tanto ingenua. La pregunta que viene a continuación sería: “¿Y por qué los sueldos en Rumania son tan bajos?” Porque según el mismo presidente admite, hablamos de dos millones de emigrantes rumanos. Dos millones sobre una población total de 22 millones de habitantes, es mucho emigrante: más del 9% de la población total del país, sin contar la proporción que supone de la población activa real. Es cierto que los rumanos son ahora ciudadanos de un estado miembro de la UE; pero parece claro que Rumania es un país de la comunidad cuya economía está bajo sospecha. Porque no es muy “comunitario” eso de tener fuera a dos millones de ciudadanos para que la economía nacional pueda seguir funcionando; y más ahora, cuando al parecer, siempre según Băsescu, Rumania tiene un "déficit de fuerza de trabajo". Dicho en otras palabras y reconocido desde hace tiempo por la prensa rumana: es tan elevado el número de emigrantes que muchas empresas locales han tenido que contratar inmigrantes de otros países para cubrir los huecos.



La trama argumental de "Lamerica" parte de los intentos de un empresario italiano por montar una empresa ficticia en Albania para intentar cobrar subvenciones de forma fraudulenta












Pero aún hay más: la abultada emigración rumana ha supuesto también una auténtica fuga de cerebros: ¿Cuántos miles de ingenieros, arquitectos, médicos y demás profesionales están trabajando como emigrantes en España o Italia, y en puestos laborales de base en sectores como restauración, construcción, agricultura etc.? Por supuesto, esto no concierne a las autoridades españolas e italianas, pero no parece muy normal que un gobierno de la UE, como es el rumano, no controle la fuga de cerebros o el deterioro del propio tejido social. Porque eso no dejará de repercutir en la perpetuación de un desarrollo económico y social deficiente y en el mecanismo fácil de que la emigración que “lo arregla todo”, especialmente la balanza de pagos siempre deficitaria.

Bien, ya sabemos: las autoridades rumanas no han tenido tiempo aún de enmendar estos problemas. Y otros peores. Por ejemplo: resulta que las empresas extranjeras que se han establecido en Rumania, pagan sueldos iguales o incluso inferiores a los que abonan las empresas rumanas. En busca de mano de obra barata, firmas italianas del textil, por ejemplo, están ofreciendo en Rumania salarios de 50 euros al mes por jornales de 10 ó 12 horas diarias [dato aportado por Miguel Pajares en pag. 70 de su libro, vid. más abajo]. Esto es, pura y simplemente, un escándalo de escala europea. Por lo visto, la situación retratada por Gianni Amelio en
Lamerica (1994) para ciertos empresarios italianos en Albania, sigue perpetuándose en otros países del Este. Pero, y no me gustaría equivocarme, da la sensación de que aquí hay algo que no cuadra, en lo tocante al precio real de ciertas estrategias destinadas a atraer la inversión extranjera, sea como sea. Y posiblemente, una parte de la responsabilidad le corresponde al gobierno rumano. Dicho de otra manera más clara: ¿No estaremos financiando entre todos (inmigrantes rumanos, países de la UE) la rapacidad neoliberal de unos y la incapacidad gestora y política de otros?

También es de suponer que no existen intenciones poco confesables trenzadas en el proceso. Pongamos por caso: la de sacarse de encima a sectores sociales inadaptados facilitándoles la salida en la corriente de inmigrantes. Esto no es nada nuevo: lo hicieron bastantes regímenes políticos a lo largo de la historia. Enviar fuera al ciudadano problemático puede ser ya de por sí un alivio; pero si además éste contribuye con sus remesas de divisas más o menos regulares o legales a la economía nacional, mejor que mejor, doble ventaja. Claro, hacer eso sería una mala idea, porque afectaría a la imagen global de la emigración rumana. Pero al fin y al cabo, es lo que, por desgracia ocurrió en Italia. Y además, hemos de recordar que Rumania tiene un importante problema de corrupción administrativa; de hecho, el asunto le da bastantes dolores de cabeza a Bruselas, y fue el caballo de batalla del aparatoso enfrentamiento reciente de Băsescu con su propio gobierno. Por lo tanto, ya saben: el miope interés de los corruptos puede dar lugar a errores de gran calado e ir en contra de los intereses del país o de la gran mayoría de ciudadanos honrados.

















George Gigi Becali, empresario multimillonario, político y accionista mayoritario del C. F. Steaua, autor del proyecto de financiar pequeños partidos políticos independientes integrados por emigrantes rumanos en los países de acogida. En España, la idea cuajó en octubre del 2006 en el PIR, Partido Independiente Rumano, liderado por el constructor Augusto Tecu, afincado en Castellón y de tendencia centro-derecha. Becali, conocido como el "Berlusconi rumano", es amigo del líder ultraderechista rumano Corneliu Vadim Tudor


En todo caso, estas son cuestiones a discutir. Cuando se apagan los discursos, una vez subsanados los momentos de tensión demagógica, no deberían dejarse de lado los debates serios, académicos, técnicos, sobre estas cuestiones. Justamente, porque estamos hablando de muchas decenas de miles de trabajadores honrados y eficaces, de la rentabilidad económica y social de la emigración para todos, del futuro de la UE. Aquí, en España, como sabrán muchos lectores extranjeros de este blog, andamos inmersos en pleno periodo preelectoral. Uno de los partidos contendientes ha propuesto una implicación más activa en la lucha por combatir el calentamiento global de la atmósfera. La oposición argumenta que esa es una cuestión a cincuenta años vista, como mínimo. Puede ser, pero España es uno de los países que peor está cumpliendo con el protocolo de Kyoto, y este tipo de problemas han de abordarse antes de que transcurran esos cincuenta años. Sin embargo, y de la misma forma, hay otros asuntos de matriz progresista que deberían ser debatidos, so pena de que las campañas electorales se conviertan en un espectáculo populista y demagógico que ofende la inteligencia del ciudadano medio. Y uno de ellos es el debate político sobre la inmigración, abierto y público. No a favor o en contra: a estas alturas de siglo, estar a favor o en contra de las corrientes migratorias es tan absurdo como estar a favor o en contra de que la lluvia caiga hacia el suelo. No: la cuestión es debatir sobre el control, rentabilización e integración de la inmigración, poner sobre el tapete temas importantes sobre el asunto, y con la debida antelación. Si resulta que los inmigrantes rumanos (y de otras nacionalidades comunitarias) pueden ya votar en nuestras elecciones municipales e incluso pronto en las generales, quizá sería interesante ir logrando una mayor sintonía, despejando malentendidos, que de eso se trata. Por ejemplo, ¿podría ser cierto que la última regularización masiva de inmigrantes en España se debió en parte a presiones bancarias, como parecía insinuar el diario “România Liberă” no hace mucho?¿Da igual que medios de prensa o políticos extranjeros aticen la idea de que la emigración de su país es fundamental para el desarrollo del de acogida? Pues si eso es cierto, sería interesante tenerlo bien claro. Se trata precisamente de evitar manipulaciones políticas de uno u otro lado. O de sacar a la clase política española de la poltrona, en la que a veces esperan pacientemente sus grandes figuras, hundidas en la comodidad, para ver de quién pueden copiar en asunto delicados, como el de la inmigración: ¿De Sarkozy?¿De Merkel?¿De Veltroni?

Mientras tanto, los lectores interesados en el tema tienen a su disposición el libro de Miguel Pajares, Inmigrantes del Este. Procesos migratorios de los rumanos, editado por Icaria en este mismo año de 2007. Es un volumen de 274 páginas que sale por 16,50 euros, que ha contado con subvención o apoyo del Eusko Jaurlaritza (Gobierno Vasco) y la Generalitat de Catalunya – Secretaria per a la inmigració. Se trata de un trabajo serio, llevado a cabo por un antropólogo social como es Miguel Pajares, que lleva ya tiempo investigando sobre el fenómeno inmigratorio en España y la integración. En este libro, el autor maneja una importante bibiliografía de referencia, así como datos no publicados u obtenidos en Rumania. Pero sobre todo, Pajares trabaja sobre el terreno, en Rumania y España: entrevista, escucha, observa. Esto es muy importante, porque convierte a su libro en un trabajo empírico, de esos que hacen mucha falta. La única deficiencia, aunque totalmente subsanable, es que la obra fue terminada antes de que Rumania ingresara como miembro de pleno derecho en la UE, por lo que Pajares no ha llegado a tiempo de analizar el impacto que eso ha tenido en el fenómeno migratorio rumano. Por eso, estamos ante un libro que tarde o temprano necesitará de nuevas reediciones.

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