sábado, diciembre 22, 2007

Comics y guerras de secesión yugoslavas (y 5)




Cubierta de uno de los libros de comics más célebres de Zograf, publicado en castellano. Pulsar sobre la ilustración para ampliar













Zograf (alias de Saša Rakezić), la letra “Z”, la última del alfabeto: es el final natural de de la evolución que habían punteado sus predecesores: Hermann, Lavrič y Sacco. ¿Final? Zograf quizá no fue el último (o no lo será) que haya dibujado y escrito comics sobre las guerras de secesión yugoslavas. Pero sí que dedicó su obra al capítulo final: los bombardeos de la OTAN sobre Kosovo y Serbia, los postreros meses finales y la caída de Milošević. Por lo tanto, estas obras cubren el periodo 1999-2000; pero además sus comics fueron contemporáneos a los hechos que relata: llegaban por fax a sus amigos y editores de Occidente a los pocos días, a las pocas horas de que hubieran sucedido los acontecimientos. Zograf enviaba sus tiras cómicas desde Pančevo, fea ciudad industrial bombardeada por la OTAN, toda una hazaña cuando la electricidad empezó a fallar debido a los ataques con bombas de lana metálica sobre las centrales y tendidos del países. Así fue como Zograf saltó a la fama con sus breves pero densos álbumes: Cómo fui bombardeado por el mundo libre y Fin de siglo, ambos de la serie: Regards from Serbia.

El trabajo de Zograf se encuadra en la tendencia del microcomic, con un estilo plástico directamente tomado de la escuela americana, algo que él mismo reivindica en una
extensa entrevista:


Autorretrato de Zograf entre dos de sus característicos monstruos. El mundo onírico juega un papel muy importante en su obra, expresado en clásicos trazos underground












It sure is. Would you say that there are differences between European and American comics and does that bother you at all, i.e. do you consider yourself more Euro- than US-style artist?

I don't really know how to explain it, but I feel that I belong to the American independent comics scene. The fact is, most of my work was published in the U.S. first and only later reprinted in Europe. I never really visited the U.S., and I do not even idolise American culture, but at the moment their comics scene is the most exciting in the world and why not be a part of it? I know that it's strange to live in a country like Serbia and concentrate your activities on a different, distant cultural environment, but why be stuck to your local city limits or state borders? Of course, I do not wish to say that differences between American and European scenes are really important; I may transfer my activities to European or Asian or Australian comics publishers if I find them more exciting. The important thing is not to be trapped by the boundaries, and that's all!”

Su estilo es underground, con claras referencias a autores primitivos e incorporaciones oníricas (sus “espectros”). El resultado es un estilo gráfico burdo, abigarrado, desgarbado y muy, muy expresionista, con fuertes toques surrealistas. Zograf parece el Grosz de los 90. En conjunto, una obra de factura irónica, un tanto amarga. Pero incluso asuntos delicados los trata con cierta ternura alejada del dramatismo –a veces un tano demagógico- que impregnaba el relato literario (o de comic) sobre la guerra en Bosnia. Algunas viñetas han devenido célebres entre los conocedores del género, como la dedicada a los niños muertos en las incursiones aéreas o la tira en la que hace una vitriólica descripción de las “bombas inteligentes”, muy en la onda del humor de entonces: recordemos que cuando las baterías antiaéreas consiguieron derribar un bombardero norteamericano F-117 Stealth, teóricamente invisible, se editaron en Serbia unas postales en las que se podía leer: “Lo sentimos, no sabíamos que era invisible".

Una de las postales editadas en Serbia tras el derribo de un F-117 norteamericano: "Sorry, we didn´t know it was invisible"

Todo ello hace de Zograf uno de los autores de tiras cómicas más intelectuales, al menos en el conjunto de los que dedicaron su esfuerzo a escribir y dibujar sobre las guerras de secesión yugoslavas. En parte, ello está en sintonía con el hecho de que Belgrado era por entonces la capital artística e intelectual de la ex Yugoslavia, con una intensa actividad literaria, dramática, cinematográfica y musical que muchas veces aglutinaba a jóvenes creadores no sólo serbios, sino de todo el ámbito ex yugoslavo. Así, la obra de Zograf se asimila a libros escritos por jóvenes serbios y escritores en general, que despertaron grandes simpatías e interés en Occidente. Más en particular, entronca, de un lado, con toda la corriente intelectual y joven de rechazo a la guerra representada, por ejemplo por Vladimir Arsenijevic, cuya novela Entre Líneas (U potpalublju) editada en español por Edhasa (Barcelona, 1998) tuvo un gran impacto en los ambientes alternativos de Belgrado, por entonces. De otro lado, la ironía de los comics de Zograf se ajusta mucho a la de Dušan Veličković en su obra: Amor Mundi, (Eds. del Bronce, 2003). Como por ejemplo, cuando afirma: “El momento ha llegado por fin. Los bombardeos son el momento ideal para ordenar la biblioteca. Cuando suenan las sirenas que anuncian el peligro inminente es una de las pocas tareas que uno es capaz de hacer”. La filosofía de los comics de Zograf se ajusta tanto a la ironía literaria de Veličković que valdría la pena leerlos en paralelo.



Saša Rakezić, es decir, "Zograf"











Este planteamiento da una vuelta de tuerca más, la última de todas ellas, a lo que se podría denominar el desarrollo descriptivo de las guerras balcánicas en los medias. Desde el punto de vista de los occidentales “bienpensantes”, los serbios han sido “por fin”, bombardeados. Pero pasan los días y las semanas, y el resultado no es el esperado, ni militar, ni política ni culturalmente. Los serbios no se hunden moralmente, no se echan a llorar ni caen de rodillas. Su actitud desafiante, irónica o resignada, a pesar de que el daño humano y material que les fue infligido resulte disimulado por los medias occidentales. Zograf es el gran ejemplo de esa actitud: se horroriza de los excesos cometidos contra los albaneses en Kosovo, pero también denuncia los desastres y la letalidad de los bombardeos de la OTAN, sin que ello suponga rechazar o maldecir a Occidente, a los amigos o raíces culturales que tiene allí. Es un serbio civilizado, demócrata e inteligente y por ello es un europeo más, civilizado, demócrata e inteligente. No es de extrañar que sintonice con la manera de pensar de muchos continentales y se pregunte si para terminar con una crisis político-militar era necesario en bombardear territorio europeo sin contar siquiera con el aval de la ONU

Por último, Zograf es el más subjetivo del grupo de artistas del comic que se centra en las guerras de la ex Yugoslavia porque él es un protagonista directo, relata día a día lo que está viendo como un ciudadano más, vive lo que cuenta y le afecta lo que ocurre. No tiene nada ni de periodista ni de viajero. Es un actor directo más, que sufre las consecuencias del bombardeo, que reacciona contra Milošević y que, por tanto, actúa políticamente con sus comics.

Una de las tiras más célebres de Zograf, con el característico aspecto artesanal que tenían cuando las remitía por fax desde Pančevo, en la primavera de 1999. Pulsar sobre la ilustración para ampliar



Otra tira célebre, la dedicada a los niños muertos bajo las bombas de los aviones de la OTAN. Pulsar sobre la ilustración para ampliar

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