Seymour Hersh, hace seis meses
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, explica el 28 de agosto pasado en una entrevista a la CNN, sus sospechas de que la actual administración Bush estuvo detrás de la agresión georgiana contra Osetia del Sur para favorecer la candidatura del republicano John McCain a la presidencia
Durante la reciente Convención Nacional Republicana que designó a John McCain como candidato a la Presidencia de los Estados Unidos de América para las próximas elecciones del mes de noviembre, se pudo constatar con claridad cómo éste se lanzaba en profundidad a sacar partido de la reciente crisis ruso-georgiana. El candidato republicano atacó a Rusia y dió un un apoyo exagerado a Misha Saakashvili y "el pueblo de Georgia" que contrastaron marcadamente con la discreta alusión que hizo Barack Obama en la correspondiente Convención Nacional Demócrata, en la cual fue elegido a su vez como candidato presidencial. Recordemos además que cuando estalló el conflicto, el pasado 7 de agosto, Barack Obama pasaba sus vacaciones en Hawaii, mientras que John MacCain, que permanecía en activo, pudo reaccionar con rapidez al evento y sacarle el correspondiente beneficio político en su carrera por la Casa Blanca. Completando la maniobra, nos enteramos por crónica fechada a 26 de agosto, que la esposa del republicano, Cindy McCain ha viajado ya a Georgia "para colaborar con las labores de ayuda humanitaria". Al parecer, el viaje estaba programado de antemano y nadie explicó muy bien qué debía hacer allí la mujer de presidenciable quien, por cierto, ha sido su principal apoyo en la carrera hacia el poder gracias a su fortuna personal.
Todo esto ocurre mientras en la prensa occidental en general y española en particular se siguen desgranando artículos de opinión que gustan de abundar en el manido asunto (cotidiano durante los cuarenta años de régimen franquista) de que si hay rusos de por medio, allí hay una conspiración. Y sin embargo, resulta más bien al contrario: la tradición británica de la manipulación política a lo largo y ancho del globo (ahí están las interminables historias y aventuras mitad reales, mitad fabuladas sobre el poder del mítico "Intelligence Service") arranca de su histórica habilidad para gobernar el vasto imperio, enfrentando a unos contra otros. Los norteamericanos siempre han sido mucho menos discretos, pero su "score" es realmente impresionante; ahí están, sin ir más lejos, sus motivaciones para intervenir en Irak, que al parecer y recientemente, sólo quiso recordar el enviado especial ruso a las Naciones Unidas, Vitaly Churkin, durante su intervención del pasado 29 de agosto.
Por lo tanto, y aunque el autor de este post continúa pensando que la actual presidencia norteamericana posiblemente no tuvo una responsabilidad directa en el ataque desencadenado por el presidente georgiano contra Osetia del Sur, tampoco se quedaría anonadado de asombro si al final resultara que Bush le pagó a uno de sus aliados más cercanos con la misma moneda con la que utilizó con Aznar durante la invasión de Irak: dejándolo colgado. A tal efecto llama la atención de algunos intelectuales derechistas en poner el carro delante de los caballos y colar la tal combinación a cualquier precio. Por ejemplo, el escritor peruano Mario Vargas Llosa deja caer que Moscú prefiere en la Casa Blanca a un conservador duro antes que a un demócrata blando, "pues un mandatario norteamericano partidario de la confrontación tiene asegurada una impopularidad internacional que puede favorecer a Rusia y a cualquier adversario de Estados Unidos". Claro, eso suponiendo que Rusia desee mantener una confrontación que, en realidad, no parece haber sido iniciada por esa potencia y de hecho le perjudica económicamente; a no ser que regresemos a la teoría conspirativa de la "larga mano de Moscú" y vuelta a empezar; supongo que ese es el tipo de posicionamiento que cuadra con la orientración política actual de Vargas Llosa.
Todo esto ocurre mientras en la prensa occidental en general y española en particular se siguen desgranando artículos de opinión que gustan de abundar en el manido asunto (cotidiano durante los cuarenta años de régimen franquista) de que si hay rusos de por medio, allí hay una conspiración. Y sin embargo, resulta más bien al contrario: la tradición británica de la manipulación política a lo largo y ancho del globo (ahí están las interminables historias y aventuras mitad reales, mitad fabuladas sobre el poder del mítico "Intelligence Service") arranca de su histórica habilidad para gobernar el vasto imperio, enfrentando a unos contra otros. Los norteamericanos siempre han sido mucho menos discretos, pero su "score" es realmente impresionante; ahí están, sin ir más lejos, sus motivaciones para intervenir en Irak, que al parecer y recientemente, sólo quiso recordar el enviado especial ruso a las Naciones Unidas, Vitaly Churkin, durante su intervención del pasado 29 de agosto.
Por lo tanto, y aunque el autor de este post continúa pensando que la actual presidencia norteamericana posiblemente no tuvo una responsabilidad directa en el ataque desencadenado por el presidente georgiano contra Osetia del Sur, tampoco se quedaría anonadado de asombro si al final resultara que Bush le pagó a uno de sus aliados más cercanos con la misma moneda con la que utilizó con Aznar durante la invasión de Irak: dejándolo colgado. A tal efecto llama la atención de algunos intelectuales derechistas en poner el carro delante de los caballos y colar la tal combinación a cualquier precio. Por ejemplo, el escritor peruano Mario Vargas Llosa deja caer que Moscú prefiere en la Casa Blanca a un conservador duro antes que a un demócrata blando, "pues un mandatario norteamericano partidario de la confrontación tiene asegurada una impopularidad internacional que puede favorecer a Rusia y a cualquier adversario de Estados Unidos". Claro, eso suponiendo que Rusia desee mantener una confrontación que, en realidad, no parece haber sido iniciada por esa potencia y de hecho le perjudica económicamente; a no ser que regresemos a la teoría conspirativa de la "larga mano de Moscú" y vuelta a empezar; supongo que ese es el tipo de posicionamiento que cuadra con la orientración política actual de Vargas Llosa.
Y ahora sugiero que le echen un vistazo a la entrevista que sigue a continuación. El Premio Pulitzer Seymour Hersh, uno de esos periodistas de choque norteamericanos curtido en mil batallas y blindado profesionalmente por informadores de primera calidad que, como él mismo argumenta, ostentan cargos de segundo nivel. Hersh pronosticaba hace seis meses en "La Vanguardia", que la actual presidencia metería a los Estados Unidos en un nuevo conflicto a fin de torpedear la candidatura de Barack Obama. La idea que se barajaba hace un año por estas mismas fechas, era el ataque contra Irán; pueden leeer también cómo en la oficina de Cheney (el mismo que estos días andaba por Georgia intentando sostener el cadáver de Saakashvili en pie) se barajaron diversas ideas para provocar la guerra en Irán, entre ellas, la de disfrazar como iraníes a tropas SEALS de la Marina norteamericana. ¿Desean leer las reflexiones de Hersh sobre la actual tensión ruso-americana en torno a Georgia? También pueden hacerlo, aunque por el momento no hay revelaciones importantes
En definitiva, parece quedar claro que el gabinete Bush, metido ya de lleno en la barrena plana de la impopularidad, lleva meses urdiendo una política internacional consciente de "cuanto peor, mejor". Y ello es así porque esa estrategia funciona, como pudimos ver durante la Convención Nacional Republicana: una proporción importante de los norteamericanos no desea aceptar que la decadencia norteamericana es tan rápida y patente. Si los republicanos ganaron la Guerra Fría, los republicanos deben enderezar la situación rehaciendo el mismo camino y aplicar de una vez por todas el New Order diseñado por ellos mismos.
Lo malo es que la dialéctica que se aplica resulta estructuralmente deficiente, dado que para justificar su presencia en el poder, los republicanos deben demostrar que los desafíos planetarios heredados de la Guerra Fría así lo exigen (y Obama, supuestamente, no posee experiencia para desenredar la maraña que sus rivales han tejido). Y entre esos desafíos, ahora está el de una supuesta Nueva Guerra Fría. Ahora bien: si Putin ha logrado resucitar al poder ruso de sus cenizas y plantear una nueva confrontación mundial, ¿qué carajo de Guerra Fría ganaron los norteamericanos en 1991?
Seymour Hersh en una foto reciente y una actitud característica
"Los republicanos irán a por Obama por ser musulmán"
Seymour Hersh, premio Pulitzer por informar sobre My Lai (Vietnam) y Abu Graib (Iraq)
Entrevistas - 14/03/2008 11:53 - Autor: Luis Amiguet - Fuente: La Vanguardia
Tengo la tira de años y siempre periodista... ¡Dios! Si hubiera servido, me habría dedicado al golf. Nací en Chicago, allí decimos la verdad; en Washington mienten hasta los muertos. Soy demócrata, pero amo más la verdad. Recibo el premio Vázquez Montalbán de Periodismo.
Critican que usted cita demasiadas "fuentes del Gobierno"... Siempre anónimas.
¡Ah! Mire mis notas...
¿Cómo demonios se aclara usted, Seymour?
Me aclaro. Cuando entrevisto a alguien interesante, se acumulan los apuntes.
¿Qué cuentan? ¿Invadirá EE. UU. Irán?
Existió el peligro y el plan. Ahora mismo, Cheney, que es quien decide, está presionado por Barak, el ministro de Defensa israelí, un tipo listísimo, para que bombardee Irán antes de las elecciones.
¿Por qué tantas prisas?
Porque Israel y el lobby judío americano tienen pánico a Obama, que puede ganar.
Pero... ¿por qué?
¡Porque no pueden comprar a Obama!
¿Pero por qué no pueden comprarlo?
Porque Obama obtiene sus fondos de miles de pequeñas donaciones de internet. Eso es una revolución y le concede una enorme libertad, que los Clinton no tienen.
¿Por qué?
Hillary recibe su dinero sobre todo del lobby judío americano, por eso es tan dura y proisraelí en Oriente Medio, pero a Obama no lo pueden comprar porque no los necesita, y eso pone muy nerviosos a Barak, a sus halcones y además a todo el lobby judío.
Todo candidato tiene servidumbres.
El problema de fondo es que los judíos del exterior, sobre todo en EE. UU., son más duros, agresivos y monolíticos que los israelíes que sí viven en Israel. Allí, muchos israelíes albergan críticas muy razonables contra el ciego e inútil militarismo de Tel Aviv.
Usted explicó cómo Washington le consiguió las bombas nucleares a Israel.
Israel tiene el mismo problema de asimetría militar que nosotros en Afganistán...
¿Cuál?
Tel Aviv tiene 400 bombas nucleares... ¿Y qué? ¿Qué va a hacer? ¿Tirárselas a los palestinos que les lanzan piedras? El otro día hablaba con un general amigo que regresaba de una base militar secreta en Afganistán.
Cuente, cuente...
Su arma secreta: ¡ovejas! Muchas ovejas.
¿En una base secreta? ¿Para despistar?
Para pagar a los campesinos por la información y favores varios. Ahí tiene otro caso de asimetría: hemos ofrecido 25 millones de dólares por Bin Laden... Igual con unas ovejitas hubiera sido suficiente.
Un rebaño entero... En mi pueblo hay.
Cualquier cosa menos ofrecer 25 millones de dólares a pastores de las montañas que saben que serían fusilados sólo por tenerlo.
Usted es judío: ¿no le insultan por revelar los planes neocon y los de Israel?
Me han insultado y llamado "kappo". Mire, yo no soy pacifista: el 11-S estaba convencido con todos los norteamericanos de que había que detener a los asesinos y juzgarlos.
Y yo también.
Pero mi presidente declaró una guerra al terror en vez de encontrar a los asesinos, traerlos y juzgarlos. Tenían que haber tomado nota de España, que sí supo hacer eso después del 11-M. Detener criminales. Eso es. ¿La policía española es eficaz?
Entonces lo fue, sin duda.
¡Ese es el camino! Detener y juzgar a los criminales y no volver a las cruzadas...
¿La larga pelea, cada vez más sucia, Hillary-Obama debilita a los demócratas?
Al contrario, Hillary le está haciendo un enorme favor a Obama: le está endureciendo. Le da la experiencia y la mala uva que le falta. Será un gran ganador.
Muchos ven a McCain más seguro.
McCain es un formidable competidor. Tiene una mala leche también formidable y encanto personal, aunque sea viejo, pero seguirá la doctrina neocon en Oriente Medio.
¿Por quién se apostaría una cena?
Los republicanos saben hacer una campaña... Y lo vamos a ver. Pronto concentrarán todo su fuego en un único punto: Obama es negro, pero ese no es el problema, su problema es que es musulmán.
Eso no está claro y él lo desmiente.
Es un flanco débil que puede acabar con él: un musulmán significa un enemigo de los cristianos y de los judíos al mismo tiempo. La mera sospecha puede liquidarlo.
¿Quién le cuenta todas esas cosas?
Yo no hablo con el presidente, ni con Condoleezza ni con Cheney... No se me ponen.
Le mentirían, de todas formas.
Por eso me relaciono con cargos de segundo nivel que creen que deberían tener más poder del que tienen. En esta Administración, el poder lo tienen muy pocos, aunque haya muchos cargos.
¿Y qué sacan al largarle cosas como las torturas de Abu Graib o, en su día, la construcción de la bomba nuclear por Israel o los planes para la invasión de Irán?
Hay tres tipos de razones y hay tipos para cada una. Primera, ego: sentirse importantes. Es bonito tener el poder de que publiquen lo que dices, gratificación psicológica.
Muy humano.
Y si encima eres cargo pero no te dejan decidir nada, pues entonces largas. Hay quien me dice cosas para putear a alguien.
Más humano todavía.
Y también están, en fin, quienes creen sinceramente que el presidente Bush es el peor que hemos tenido y es un peligro para EE. UU. y para el planeta. Y explican por qué.
Nunca los cita.
Si los nombrara, los echarían. Siempre digo los nombres a mi editor en The New Yorker y todos callamos.
Soldado norteamericano exhausto. Valle del Koregal, Afganistan, 2007. Célebre foto del reportero húngaro Balasz Gardi
Adenda al material ofrecido, a 9 de septiembre, 2008
Nueva situación en Afganistán-Pakistán
Adenda al material ofrecido, a 9 de septiembre, 2008
Nueva situación en Afganistán-Pakistán
En plena estabilización incierta de la crisis en el Cáucaso, pero también en los últimos tramos de la campaña electoral, el presidente Bush parece continuar aplicando su estrategia de "presión hasta el último minuto", y anuncia el envío de más tropas a Afganistán, como se puede leer en crónica de la BBC que se añade a continuación de esta entradilla.
Por lo tanto, parece evidente que puede existir una motivación de oportunismo político: inflar todas las tensiones posibles a escala internacional, antes de la cita electoral de noviembre. Pero, indirectamente, la noticia nos ofrece también otras cuestiones a considerar:
a.- Situación de emergencia: el estado de deterioro de la situación militar en Afganistán es real, pero en la actualidad se está contagiando con gran rapidez a Pakistán, y éste último podría ser el verdadero objetivo del incremento de tropas norteamericanas en la zona.
b.- Preocupación por la crisis abierta en la OTAN a raíz del conflicto ruso-georgiano en el Cáucaso: Washington lleva muchos meses viviendo con creciente ansiedad el deterioro de la moral interna en la OTAN, por causa de la fallida intervención en Afganistán. La forma en que se "solucionó" el conflicto de Kosovo en febrero de este mismo año, tuvo mucho que ver con eso. Pero parece evidente que el renovado interés por Afganistán también está directamente relacionado con la forma en que se desarrolló la crisis de Georgia y la difícil situación en que deja a los sucesivos proyectos de ampliación de la organización atlántica (la misma Georgia, Ucrania...). Y ello, a su vez, abre nuevas brechas entre los principales socios históricos de la OTAN.
c.- Colaboración con Rusia: la ampliación del marco intervencionista en Asia Central requiere, forzosamente, del apoyo de Moscú en aspectos básicos como logística e inteligencia. El aumento del contingente de tropas norteamericanas en Afganistán no puede responder, en ningún caso, a un aumento de la tensión con Rusia. Al contrario.
Martes, 9 de septiembre de 2008 - 02:45 GMT
El presidente estadounidense George W. Bush se prepara a anunciar el envío de más tropas a Afganistán en los próximos meses.
En un discurso planeado para el martes, Bush informará que un batallón de infantes de marina, compuesto por unos 1.000 efectivos, que originalmente debía ser enviado a Irak en noviembre, irá en cambio a Afganistán.
Adicionalmente, una brigada de combate del ejército, que normalmente cuenta con entre 3.000 y 4.000 soldados, será enviada a Afganistán a comienzos del año entrante.
Según el corresponsal de la BBC en Washington, Jonathan Beale, la decisión es una señal de la creciente preocupación de la Casa Blanca con el resurgimiento del Talibán en Afganistán.
Aumento de la violencia
Más de 260 civiles murieron en julio pasado víctimas de la violencia en ese país.
El gobierno afgano dice que el baño de sangre está relacionado con los acuerdos de paz que el gobierno paquistaní ha buscado con militantes islamistas en las regiones tribales noroccidentales cerca de la frontera con Afganistán.
Bush sostendrá que los brutales ataques del Talibán han afectado la confianza de la gente en Afganistán.
"Pese a todo el buen trabajo que hemos hecho en ese país, es claro que debemos hacer aún más", dice parte del discurso que Bush dará este martes.
"A diferencia de Irak, tiene pocos recursos naturales y tiene una infraestructura subdesarrollada. Sus instituciones democráticas son frágiles".
Del mismo modo, el mandatario sostendrá que se planea retirar cerca de 8.000 soldados estadounidenses de Irak antes de febrero próximo, momento en el cual habrá un nuevo presidente en la Casa Blanca.
"Mientras el progreso en Irak es todavía frágil y reversible, el general David Petraeus y el embajador Ryan Crocker informaron que ahora parece haber un grado de durabilidad en los avances que hemos logrado", dirá Bush en su intervención en la Universidad Nacional de la Defensa, en Washington.
El corresponsal de la BBC señala que los retiros de tropas que se anunciarán el martes marcan el comienzo de una lenta y limitada reducción de efectivos, que de todos modos dejará en su lugar a la mayoría de las fuerzas estadounidenses en Irak.
En la actualidad hay cerca de 146.000 soldados estadounidenses en Irak y 33.000 en Afganistán.
Etiquetas: "Neo Cold War", Afgasnitán, Bush, Georgia, Hersh, Hillary Clinton, Irán, Israel, McCain, Obama, Osama Bin Laden, Rusia
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