viernes, junio 27, 2008

La escuadra borbónica vence a la romanov















La selección turca celebra un gol durante la Eurocopa 2008


En días pasados, durante las crónicas sobre la meritoria escalada de la selección turca en la Eurocopa, los comentaristas deportivos recurrieron a una metonimia que, desde hace tiempo les entusiasma, por supuestamente original, y porque consideran que es marca de refinamiento y cultura: "otomano" por "turco". Así, ha sido muy frecuente escuchar o leer que la "escuadra otomana", esto o lo otro. ¿Podemos imaginar qué efecto hubiera producido leer que durante el partido del día 26, la "selección borbónica" (por española) venció en electrizante partido al "combinado romanov" (por ruso)? En el ámbito de la prensa deportiva española no son nada raros tamañas "gaffes" que no están inspiradas en las ironías u ocurrencias a que puede recurrir la misma prensa turca con sus jugadores: ahí está el caso de Arda, el "Emperador" y Nihat como "Príncipe Heredero". ¿Supuso el "Kaiser" Beckenbauer que la selección alemana fuera tildada de "escuadra hohenzollern"? Lo alarmante es que algunos reporteros de la crónica política vienen siendo tentados por la incorrecta "otomanización" de los turcos. El hecho de que la carta que acompaña este post no llegara a ser publicada por "El País", podría ser la prueba de que las redacciones son bien conscientes de ello.


















Jugadores de la "escuadra borbónica" (¿o "habsburgo"?) celebran uno de los goles marcados al "conjunto romanov" el pasado 26 de junio, ante el Príncipe Felipe, en el palco

Leo con sorpresa el titular de la crónica publicada por “El País” el pasado 14 de enero y firmada por Juan Carlos Sanz: “Una ‘armada’ empresarial otomana”, relativa a la visita de una delegación comercial turca. El muy erróneo recurso a identificar actualmente el calificativo “turco” con “otomano” suele ser propio de crónicas deportivas, necesitadas de retorcer sinónimos al precio que sea. Pero sorprende más que en la crónica política de un periódico destacado se confunda a una nación con una dinastía: la otomana, en este caso, descendiente del Osmán (u Otman) Bey que en el siglo XIII puso las primeras bases del imperio que llevaría su nombre.

El Imperio otomano, por cierto, fue originariamente fundado y dirigido por turcos, pero con el tiempo, los sultanes se reprodujeron mediante favoritas del harén, esclavas que no eran turcas; y lo mismo ocurrió con la administración de palacio, que terminó en manos de los esclavos más inteligentes, todos ellos también muy escasamente turcos. Por lo demás, el Imperio otomano coexistían turcos, árabes, persas, europeos balcánicos, caucásicos y durante decenios, tártaros y hasta ucranianos. Por lo tanto, no hay por dónde agarrar la infeliz identificación actual entre “otomano” y “turco”, aunque por convención el lenguaje historiográfico si acepta la metonimia inversa: “turco” por “otomano”, para antes de 1918 (el “Imperio turco”). Se sobrentiende el juego de palabras que intenta el titular mencionado combinando “otomano” y “armada” en alusión a Lepanto y todo eso. Pero en realidad resulta decepcionante. ¿Podemos imaginar que en pleno 2008 una delegación comercial española fuera saludada en Turquía como “borbónica” o incluso “habsburgo”?¿Sería “romanov” si procediera de Rusia?

Etiquetas: , , ,