miércoles, mayo 09, 2007

NOTA: A vueltas con el Primero de Mayo en Taksim




Cartel de convocatoria del sindicato DİSK para celebrar el Primero de Mayo de 2007 en la Plaza Taksim









Tras unos días de frenética actividad informativa en relación a la crisis turca, Andrés Mourenza tiene la amabilidad de ponerse de nuevo al teclado y enviarme un largo mail con interesante información sobre los sucesos del Primero de Mayo en y en torno a Taksim. Para este joven periodista que reside y trabaja en Estambul y ha vivido los acontecimienbos muy en directo, deben separarse esos incidentes del resto de los acontecimientos acaecidos en Turquía a partir del 27 de abril: boicot a la elección del presidente, "e-golpe", manifestaciones del 29 de abril, dictamen del Tribunal Constitucional, adelanto de las elecciones y renuncia de Abdullah Gül a presentarse como candidato presidencial. Se reproduce a continaución su mail en color azul:


Por aquí abunda el trabajo y los que estamos aquí intentamos luchar un poco contra la desinformación que inunda el tema de Turquía, aunque parece que pesa más la opinión de columnistas y tertulianos (en serio: he recibido varios mails de gente –universitaria- preguntándome si no tenía miedo de estar en un país así.)

Mi estrategia en “El Periódico” ha sido explicar todo el proceso con sus tecnicismo para no verme en reducido a la simplificación de hablar todos los días de islamistas y laicos, y además explicar el juego de intereses que supone la elección presidencial entre las dos burguesías de Turquía (puede ver el
articulo del 30 de abril post-manifestación que ocupó dos páginas en “El Periódico”, todo un logro, hablando de los diferentes actores políticos de Turquía). Creo que a pesar de la corta sección de internacional de “El Periódico” hemos hecho un buen trabajo con artículos todos los días a excepción del último sábado.

En cuanto a lo del Primero de Mayo siento contradecirle porque, además, estoy seguro de que la noticia que leyó en la edición digital de “El País” fue la que escribí yo para EFE. Estuve en los conatos de manifestación, en los gases y posteriormente siguiéndolo desde la oficina; y en un principio el delegado del gobierno informó de los famosos 590, luego la NTV amplió la cifra a 900 (CNN-Türk se quedaba en los “yuzlerce”, cientos) y finalmente al día siguiente se quedó en 799, según la delegación del gobierno.

También fui el artífice de desligar por completo la protesta sindical de la situación actual (lo siento pero me parece demagogía esos artículos con foto de la manifestación acompañados de texto sobre la crisis política). Conseguí que en “El Periódico” pasase la noticia de Internacional a Economía, e intenté explicar en las notas de EFE que ambas situaciones eran diferentes.

El caos que se produjo durante el Primero de Mayo en Estambul (no sólo los detenidos, y la brutal intervención policial, sino que la gente hubo de caminar cuatro horas debido a los cortes de tráfico) se le puede achacar prácticamente en exclusiva al delegado del gobierno de Estambul, Muammer Güler, que ha conseguido sobrevivir a:

1) Las explosiones de Al Qaeda
2) El asesinato de Dink
3) Los increíbles problemas de tráfico en la urbe
4) El Primero de Mayo

Él y su socio, el jefe de la Dirección de Seguridad, Celaletin Cerrah, siguen sin tambalearse en el cargo, gracias a las redes clientelares que tienen, porque el AKP, como el resto de partidos turcos, también funciona en muchos casos por amiguismo. Este hombre, Güler, podía haber manejado la protesta de modo que concurriese a su favor y no supo hacerlo: cortó una barbaridad de kilómetros de carretera, así como el metro y los autobuses y cercó Taksim, en vez de organizar un dispositivo policial rodeando la manifestación y dejarles llegar a la plaza en paz, a sabiendas de que DİSK iba a manifestarse de todas formas.

Es decir, fue un conflicto entre la cabezonería de Güler y, si se quiere, la de DİSK. Precisamente Türk-Is (el sindicato socialdemócrata y mayoritario) y el CHP habían decidido hace ya tiempo que no se manifestarían en Taksim sin permiso de las autoridades y apostaron por la celebración tibia que se hace todos los años en Kadiköy.

En la protesta que intentó llegar a Taksim estaba lo que es la izquierda de Turquía, la que rechaza tanto al AKP –por sus medidas neoliberales- como al CHP y los “pachás” – porque son los que sufrieron más cárcel durante el golpe del 80-. Allí estaban el DİSK (segundo sindicato del país) el KESK, la TOMMB (otros dos sindicatos) y partidos izquierdistas minoritarios: ÖDP, SDP, TKP... Precisamente ÖDP y DİSK estarían interesados en una gran alianza de la izquierda (a la italiana) pero no están por la labor de aceptar las ideas de ese aprendiz de víbora que es Deniz Baykal (lo siento pero no puedo con él). Baykal pretende que el resto de partidos cierre y sus militantes pidan el carnet del CHP, así por las buenas (vid. “El Periodico” de hoy, edición del
7 de mayo, 2007). Aunque la pasada media noche parece que DSP y CHP han dado un paso más hacia la unión.

Por tanto, las protestas del Primero de Mayo eran otra cosa: un conflicto mucho más localizado (no hubo ningún altercado más en todo el país) entre un sindicato y un gobernador. Otros años sí que ciertamente hubo problemas, porque algún grupo minoritario radical (generalmente ligado a los ambientes filo-PKK) intentaba manifestarse y la cosa acababa en palos. Pero este año se trataba del 30º aniversario de la masacre de 1977 y el convocante era el segundo sindicato del país así que, como decían muchos comentaristas locales, podía haber tenido el señor Güler la manga un poco más ancha.

Ni siquiera los de “Zaman” ligaron una cosa a otra pero acusaron con muy mala idea a la “izquierda” de tomar las calles en un tono muy similar al que utilizaban los medios partidarios del PP en España para con las movilizaciones de la última legislatura. Pobre gente, los de “Zaman”: esta crisis les está agriando el carácter y se les estropean los artículos (había
uno muy divertido de uno de los columnistas más importantes del “Todays Zaman” [Bulent Kenes] dedicando una columna entera de insultos a ese “fascista” de Baykal, decía. Se los merece, pero un artículo así no posee mayor utilidad práctica. Por cierto, hace bien poco visité la redacción de nuestros queridos periodistas fetullahçis con un colega italiano y nos quedamos alucinados: Maddona! No hay periódicos así en España, ni en Italia (aquello era el triunfo de la tecnología, el minimalismo y el diseño).

Un saludo desde una cálida Estambul, hace buen tiempo a pesar de todo

Andrés Mourenza






Caricatura: Muammer Güler prohibe el acceso a Taksim. Procede de un foro en el cual se puede acceder a un interesante vídeo publicado en You Tube sobre lso hechos del Primero de Mayo de 1977, editado por DİSK








No cabe duda de que Mourenza aporta unos datos objetivos muy contundentes que perfilan la "crisis dentro de la crisis" que fueron los incidentes de Taksim. Sin embargo, como ya le expresé en el correspondiente mail de respuesta, resulta difícil imaginar que en la dureza de la represión policial de aquellas horas, no jugara de alguna forma el peso de los acontecimientos anteriores, en mayor o menor medida.

No se trata de disculpar a Güler, ni mucho menos. Tampoco a sus superiores, que quizá a lo largo de aquellas horas pudieron intervenir y hacer algo para suavizar la actuación policial. Pero muchas veces en la historia, procesos pensados o imaginados por separado, pueden mezclarse inesperadamente, si concurren circunstancias excepcionales. Bajo ese punto de vista, caben pocas dudas de que la sombra amenazante de los militares, a partir de la noche del 27 de abril, desencadenó un eléctrico nerviosismo entre todos los niveles de la sociedad turca que, a buen seguro tuvo que añadir un plus de dureza a las acciones policiales y a la intransigencia del delegado del gobierno, aún admitiendo que ésta era mucha ya en origen, sin necesidad de agravantes.

Y por supuesto, ningún político o gobierno reconoce estas cosas públicamente, al menos cuando los acontecimientos son recientes y persisten los miedos y presiones relacionados con circunstancias "exteriores" al comportamiento habitual de los actores en presencia. Hacerlo no sólo sería señal de debilidad, sino un verdadero suicidio político.

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